Historia

Con el inicio de la Revolución Industrial en el siglo XVIII, se desarrolló el capitalismo en Europa y nacieron las grandes empresas. Los países europeos ampliaron sus colonias en Asia y África. A mediados del siglo XIX, las potencias occidentales habían obligado a la dinastía Qing de China y a Japón a abrir sus puertas. Posteriormente se lo exigieron a Joseon, pero este se negó y no cedió ante los ataques navales franceses perpetrados en 1866 ni ante los ataques estadounidenses de 1871.

En el período siguiente, las potencias occidentales no dejaron de presionar. En 1875 Japón envió al acorazado Unyo Maru a atacar las islas Ganghwa-do y Yeongjong-do, exigiendo que Joseon abriera sus puertas a las misiones comerciales extranjeras. Finalmente, sometido por la fuerza, Joseon se vio obligado a firmar el Tratado de Ganghwa-do con Japón en 1876; un tratado comercial unilateral y muy desigual.

A partir de allí, las potencias imperialistas, como Japón, saquearon y se disputaron los recursos de Joseon. En 1897, Joseon se vio obligado a cambiar su nombre a «Imperio de Corea», impulsó reformas y una política de puertas abiertas, pero ya era demasiado tarde. Al poco tiempo, Japón, tras importantes victorias en sus guerras contra Rusia y la dinastía Qing de China, se convirtió en una fuerte potencia al noreste de Asia e inició una campaña para anexionar a Joseon. Muchos patriotas coreanos, como Ahn Jung-geun, se resistieron a este plan, pero fue en vano. En agosto de 1910 el Imperio de Corea se convirtió en una colonia japonesa.