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Este máximo festival mundial de fútbol, que se celebró durante 31 días, entre el 31 de mayo y el 30 de junio de 2002, tuvo por primera vez en su historia dos países anfitriones y también fue la primera vez que se desplegó fuera de los continentes de América y Europa.


El Mundial de 2002 tuvo numerosos resultados inesperados. Uno de ellos, y el más sorprendente fue, seguramente, el hecho de que Corea del Sur llegase a las semifinales. Por otra parte, este hecho fue la oportunidad para mostrar al mundo otros aspectos del pueblo coreano hasta entonces desconocidos por el imaginario colectivo: miles de seguidores de fútbol con camisetas rojas vitoreando a su selección nacional, los llamados «Diablos Rojos»; su forma de alentar a su equipo dio mucho que hablar en todo el mundo. Decenas de miles de personas vestidas de color rojo llenaron las calles y apoyaron a su equipo nacional: todo un espectáculo digno de ser visto. Durante el partido de Corea contra Alemania en disputa por la cuarta posición, 6,5 millones de personas colmaron las calles vitoreando a la selección coreana.



Aficionados en la calle durante la Copa Mundial de la FIFA Corea / Japón 2002.

Aficionados en la calle durante la Copa Mundial de la FIFA Corea / Japón 2002