Extranjero

El autor Kim Ho-yeon visitó Madrid, uno de los escritores más reconocidos de Corea para presentar su obras: La asombrosa tienda de la Señora Yeom, la novela más vendida actualmente en Corea. La Razón  pudo entrevistar al autor quien dice que uno de los principales objetivos de la novela es retratar a la sociedad coreana.


Asegura el escritor que Corea «siempre ha sido un país en el que se ayuda bastante al prójimo, se le trata con bondad. Pero ahora la sociedad se ha vuelto más fría y egocéntrica. Estoy seguro de que en el fondo hay buenos corazones, pero que se demuestre es raro». Porque, ¿cuánta gente se para a ayudar a una persona sintecho y le da de comer y, es más, le ofrece trabajo? Cuando ocurre algo así suele aparecer en las noticas, lo que significa, puntualiza Ho-Yeon, «que no es algo frecuente». Dicha frialdad la relaciona, principalmente, con la tecnología, «que ha alterado la forma que tenemos de comunicarnos. Antes no había móviles, quedabas con alguien y confiabas en que se presentara. Ahora se puede cancelar en cualquier momento. Pienso que la comunicación, cuanto más incómoda y difícil, más valor tiene».


Ho-Yeon se define como un autor «que retrata la vida de las personas, de lo que está pasando en la humanidad». No solo la coreana, sino la asiática, la universal, pues «represento en mis libros valores que afectan a todos. Mi libro está traducido a 23 idiomas y en todos esos lugares los lectores se sienten identificados, tanto en Europa como en Estados Unidos o los países arábicos», explica. Se refiere a aspectos como la bondad entre las personas, la importancia de la comunicación, o el perdón: «¿Hasta qué punto podemos perdonar a personas que han cometido un gran delito y luego se arrepienten? ¿Son importantes en todos los casos las segundas oportunidades? Son algunas de las preguntas que planteo al lector. A través de Dogko, confecciono un dilema que hace reflexionar, que hace sentir incomodidad».


Más información: https://www.larazon.es/cultura/literatura/libros/segundas-oportunidades-siempre-fueron-incomodas_20240405660f4d9617c56e00014942dc.html



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