Cultura

03.07.2014

Christmas in August (Navidad en agosto) (1998)
Director: Hur Jin-ho


Jeong-won, interpretado por Han Suk-kyu, es un fotógrafo treintañero que tiene su propio estudio fotográfico en las afueras de Seúl. Padece una enfermedad terminal, pero ha aceptado su destino. Una mujer de mediana edad la solicita restaurar viejas fotos de su época de juventud. Otra, en los últimos años de sus vida, acude al estudio para tomarse una foto, anticipando su funeral. Llevando una vida monótona, Jeong-won discreta y apaciblemente se prepara para la muerte. Deja por escrito instrucciones para que su padre, interpretado por Shin Goo, pueda manejar solo su reproductor de video.

Un día, el fotógrafo conoce a Da-rim, papel interpretado por Shim Eun-ha. Esta mujer es inspectora de estacionamientos, una persona siempre vivaz y alegre. Tras su encuentro con Da-rim, Jeong-won experimenta -por alguna razón- inquietud. Da-rim va al estudio a la misma hora todos los días para revelar las fotos que ha tomado durante el día de autos mal estacionados. En ocasiones, la mujer pide al fotógrafo que le ponga en la cámara el rollo de la película. En ocasiones se queja de lo que ha ocurrido durante el día. A Jeong-won le agrada todo lo que ella hace.

Jeong-won se va definitivamente al hospital. Da-rim ignora lo anterior, y va al estudio de fotografía, como de costumbre. El negocio permanece cerrado durante mucho tiempo. Después de la muerte de Jeong-won, Da-rim pasa por el estudio, donde ve que su retrato está colgado de la ventana. Ello la hace sonreír.

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Comentarios sobre la película del crítico de cine Lee Yeon-ho

Los críticos consideran que la película de Hur Jin-ho es en esencia “un melodrama que provoca emociones espontáneas”. Visto como un melodrama, en esta cinta debería predominar el romance. Sin embargo esta clasificación logra explicar los sutiles y delicados detalles subyacentes en esta película. Una palabra más adecuada para calificar a esta cinta es “como de película”, algo que podría sonar a cliché. Parece sencillo hacer que algo se “parezca a una película”, sin embargo es ello no se logra sin considerable oficio y trabajo. “Christmas in August” pertenece a este tipo de películas. Euna cinta como de película, opera prima y melodrama. Se trata del trabajo con el que debuta en el cine Hur (1998), y a la vez es un melodrama, de allí que el término “como de película” revista aún más importancia para mí.

Desde luego, todo lo anterior está en función de la manera como recibí y conservé en mi memoria este filme, por lo que no niego que en mi opinión estén operando algunos prejuicios sobre los melodramas. En la mayoría de éstos, surgen obstáculos una y otra vez que interfieren con el amor pasional de los protagonistas. El diálogo es demasiado obvio, a la vez que los incidentes que se presentan en la historia son exageradamente dramáticos. Abundan detalles sensibleros y cursis, a lo que cada actor contribuye con su interpretación. Sin embargo, la disonancia que crean las películas melodramáticas suscita críticas de la misma sociedad que ha propiciado dicha desarmonía, y lleva al espectador a identificarse con los personajes de la cinta.

Es interesante observar que si se elaborara una lista de las características generales de los melodramas, ello permitiría darse cuenta de que “Christmas in August” es un melodrama poco convencional. Ello explica el porqué esta cinta se considera de inicio como melodrama: en primer lugar, la clasificación no es mía. Ello más bien tiene que ver con la manera como la empresa productora se planteó la realización de la cinta, y la manera como se le describió cuando fue proyectada por primera vez y clasificada como parte de la historia del cine coreano. Además, a las cintas parecidas a las películas se les considera como el polo opuesto de los melodramas.

Conforme se va desarrollando, la historia de “Christmas in August” transita del melodrama a una cinta como de película. Si bien hay algo de romance, no se llega al drama. Si bien hay una relación emocional entre Jeong-won, quien está muriendo, y Da-rim, no existe un drama como tal. No importa que se trate del último amor de Jeong-won, o del primer amor de Da-rim. En vez de verlo como un destino, el amor entre ellos sería más bien un encariñamiento establecido con el día a día. Los protagonistas se van tomando cariño poco a poco, por ejemplo cuando toman un helado juntos, y al viajar en la misma escúter, muy cerca uno del otro.

Si bien hay emoción, no hay drama. Aunque las imágenes permanecen en la mente, se le resta emoción al filme. Sin embargo, un tedio e indiferencia que no están presentes en las telenovelas, permite al espectador ver algo más en esta película. A menudo lo que se percibe es la vista desde atrás de la silueta de un personaje, lo que crea un abismo abrumador, como el que crearía una luz que cae sobre un pórtico.

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En “Christmas in August” también está ausente una insistencia por hacer de ésta una película demasiado efectista. Cuando una película está integrada por episodios triviales, el director o el guionista se sienten tentado a utilizar ciertas técnicas o abordajes clásicos para lograr que la cinta parezca completa. Estos afanes a menudo se traducen en una repetición de la vida cotidiana y un aletargamiento del desarrollo de una historia; o bien, da la impresión de ser una historia circular. Con todo, es evidente que el director Hur entendió y estuvo perfectamente al tanto de esta tenue línea divisoria, y evitó exagerar por exceso o por defecto, y caer en la trampa.

Tomemos como ejemplo el uso de una fotografía suspendida del muro del estudio fotográfico. Hay escenas en las que Ji-won, el primer amor de Jeong-won, se aparece en la puerta del estudio. Jeong-won, quien está haciendo la limpieza de su estudio, se ve a través del vidrio de la ventana por la cual escurre agua. En la siguiente escena, cuando Jeong-won se sube al autobús para dirigirse al hospital, se escucha en el radio un fragmento de la canción de Sanullim: “La ventana evoca en mi mente un viejo recuerdo desdibujado”. A continuación, con base en el monólogo de Jeong-won, el espectador se da cuenta de que Ji-won quería que se retirara su fotografía. Jeong-won dice que el amor un día acaba en mero recuerdo. Sn embargo, la fotografía de Da-rim que posteriormente estará colgada en el estudio, produce un efecto distinto. Un día, Da-rim, quien ignora que Jeong-won ha muerto, lanza una piedra al estudio para desahogar su resentimiento. Luego, ve su foto colgada del muro del estudio. Entonces se dibuja en su rostro una sonrisa, muestra de que está convencida de que Jeong-won la ama. Al espectador le entristece ver una Da-rim sonriente, pues él está al tanto de la muerte de Jeong-won, y con todo, el director pone fin a la cinta justo en este momento. La película presenta la vida cotidiana de Jeong-won, a través de imágenes en las que el fotógrafo aparece tomando fotos, y de escenas en donde aparece y desaparece su novia, lo que genera un gran patetismo.

Resalta que en la cinta no se presente el incidente dramático de la muerte, y esto es lo que lo diferencia de otros melodramas. Conforme se va desarrollando la historia del amor y la vida de un paciente con una enfermedad terminal, podría decirse que hay sentimentalismo, y una ocasional exageración de una emoción extrema. Sin embargo, está ausente la descripción dramática de la muerte o de emociones. Y ello se debe a que en esta película, el fotógrafo es el único que conoce su sino y se enfrenta solo con la agonía de su muerte. Jeong-won bebe ocasionalmente con sus amigos, pero solloza a solas, cubriéndose con una frazada. Sin embargo, le preocupa más el dolor por el que tendrá que pasar su familia cuando él muera, que su propia situación.

La silenciosa y discreta muerte de Jeong-won lleva al espectador a mirar con una actitud serena a los personajes, escenarios y objetos que rodean al protagonista. Las delicadas escenas creadas por el finado director de fotografía, You Young-gill, ´para quien esta fue su última película, describen las oleadas de oscilantes emociones que se presentan en el tiempo y espacio de Jeong-won. Éste escribe con todo detalle un manual para el uso del reproductor de casetes para que su anciano padre lo pueda utilizar. Esta escena, así como los objetos que toca, dejan una honda impresión. En conclusión, el que esta cinta sea “como una película” o no dependerá de la persistencia de imágenes en la memoria de alguien que haya visto la cinta. Al recordar “Christmas in August”, viene a mi mente la imagen de un hombre sentado en un pórtico, con desparpajo, cortándose las uñas del pie. A pesar de que minuto a minuto se acerca la muerte de este hombre, él se mantiene tan tranquilo como las uñas de su pie. Y ello, a pesar de ser tan joven.

Lee Yeon-ho

(Traducción: Raúl Bautista Gutiérrez)



*La publicación de esta serie de artículos ha sido posible gracias a la cooperación del Archivo Cinematográfico de Corea.

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