Los soldados surcoreanos vigilan la parte sureña del área de seguridad conjunta por la Línea de Demarcación Militar de Panmunjeom.
Por la Reportera Honoraria, Andrea Benavides de Colombia
17 de abril de 2018 | Andrea Benavides
Uno de los lugares más intrigantes de todo el mundo es la frontera entre Corea del Sur y Corea del Norte, ese lugar conocido como el DMZ (Korean Demilitarized Zone) establecido hace 65 años. Durante mis primeros 2 años de vivir en Seúl sentí nervios de visitar este lugar que engloba el borde más vigilado y hostil del mundo. Pero finalmente, tomé uno de los tours especializados para el área y estoy contenta de al fin haberlo hecho.
Recuerdo que esa mañana me cambió la mirada, figurativamente hablando. Había visitado el Memorial de Guerra en Corea a los pocos meses de haberme mudado a mi nueva casa, Seúl. Había aprendido acerca de lo que pasó entre 1950 y 1953 en la península coreana. Había aprendido que, hasta mi país natal, Colombia, había también sido parte de una guerra en este lado del mundo apoyando a Corea del Sur. Y había, como resultado, acogido unos nervios hacia esa zona donde físicamente se separa Corea del Sur de Corea del Norte y donde se había firmado un armisticio del cese al fuego el 27 de julio de 1953. Cese el fuego, pues técnicamente las dos naciones han seguido en guerra todos estos años.
Aquella frontera está a tan solo 50 km al norte de la ciudad de Seúl y toma una hora en llegar. Divide la península coreana en lo que se conoce como Corea del Sur y Corea del Norte y se extiende 250 km a lo largo y 4 km a lo ancho. 2 km de ancho pertenecen al norte y 2 km al sur; en el punto de encuentro está la Línea de Demarcación Militar, línea donde físicamente se separa el sur del norte. La zona donde está la actividad y vas en tour —única forma de entrar allí— es tan solo una parte de todos esos kilómetros fronterizos. La mayoría está deshabitada, protegida con minas y alambres de púas; y por lo tanto se ha convertido en un albergue de variada flora, fauna y de animales en vía de extinción.
¿Cómo es el tour a la Zona Desmilitarizada de Corea?La DMZ está dividido en varias áreas. Una de ellas es el área de seguridad conjunta (también conocido por su denominación en inglés Joint Security Area o sus iniciales JSA), única área donde los soldados de Corea del Sur y Corea del Norte se encuentran cara a cara. Es allí donde están las salas de conferencias (esas casas azules que todos relacionamos con la frontera) que dan lugar a las reuniones de unificación y donde se firmó el cese al fuego en 1953.
En el tour al que asistí visitamos 4 áreas. La primera y más impactante fue el JSA; las 2 siguientes daban un vistazo a lo que fueron los años siguientes a la guerra: el observatorio de Dorasan y el tercer túnel; y la otra área, la estación de Dorasan, desvelaba deseos de unificación a futuro.
Comenzamos el día a las 7am. Llegué a la oficina del USO (United Service Organizations) en Seúl, administrada por el ejército norteamericano, para enlistarme con mi pasaporte. Allí es indispensable firmar un documento aceptando que nadie es responsable de accidentes, lesiones o incluso la muerte dentro del borde. Y como si ya no le tuviera nervios al lugar, temblante firmé ese papel. Durante el trayecto una guía, coreana, pero con buen inglés, nos fue contando datos de Seúl.
Área de seguridad conjunta (Joint Security Area) A las 8:30am llegamos a la frontera. La primera parada sería el JSA, zona que está bajo la autoridad del Comando de las Naciones Unidas (UNC) y por lo tanto protegida por soldados tanto coreanos, como del ejército norteamericano. En el centro de visitantes del JSA, uno de los soldados norteamericanos expuso la historia de la frontera para contextualizar apropiadamente el importante territorio que nos encaminábamos a visitar.
Con únicamente cámara en mano, nos embarcamos en un bus exclusivo del área. Para llegar al JSA has de pasar primero por una edificación conocida como la Casa de la Libertad. Organizados en fila, en silencio, y algo petrificados de los nervios, subimos unas frías escaleras enmarmoladas.
Allí donde se veía nuevamente la luz del día, formamos una hilera mirando hacia al frente, cuán batallón. Y ese momento, al cual le había huido por 2 años, al fin había llegado. Parada con la mirada fija hacia el norte, escuchando atenta las advertencias del soldado norteamericano de qué hacer, no hacer, y de cuándo y para dónde tomar foto, pude por fin ver esa zona que había visto de manera distanciada en televisión y por internet. Tres casas azules de una planta —los salones de conferencias—, y unos soldados surcoreanos la poblaban. Nadie más hablaba, y solo cuando el soldado dijo que se podía tomar foto, se rompió levemente el silencio. Los soldados surcoreanos que se encontraban vigilando el área, siguieron inmóviles durante todo ese rato.
Un soldado norteamericano expone la historia de la frontera para contextualizar apropiadamente el importante territorio en la parte sureña de la línea de demarcación militar.
Entramos a una de las salas de conferencias, lugar donde se hacen las reuniones de unificación. Allí hay unas mesas de madera y más soldados vigilando parados como estatuas. La mesa principal —la que tiene la bandera de las Naciones Unidas— está sobre la Línea de Demarcación Militar (MDL) que representa físicamente la frontera. Pisé entonces, por unos pocos segundos, tierra perteneciente a Corea del Norte.
Una de las salas de conferencia, lugar donde se hacen las reuniones de unificación. La mesa principal está sobre la línea de demarcación militar.
De los 10 minutos que estuvimos allí adentro, 8 fueron dedicados a tomar fotos. Los soldados de Corea de Sur, con posición de Taekwondo y gafas negras para evitar confrontación visual, se convirtieron en la atracción del lugar. Más que un área hostil, sentí estar en un museo. Un museo relatando físicamente los estragos de una guerra que revolcó todo el mundo. A pesar de que se tenía que andar con delicadeza, el ambiente hostil y peligroso que me había imaginado, no se parecía a aquello que había visitado. Todavía me parece increíble como un lugar puede incitar tantos nervios y al mismo tiempo tranquilizarte cuando al fin lo ves con tus propios ojos.
Observatorio de Dorasan La segunda parada fue el observatorio de Dorasan, o de la montaña de Dora (San significa montaña en coreano). Esta queda situada en el punto más al norte de la zona desmilitarizada y desde allí puedes ojear Corea del Norte. No es permitido tomar fotos una vez pasas una línea amarilla pintada en el piso, pero lo que sí pude hacer fue rentar unos binoculares poniendo una moneda de $500 KRW y ver la Villa Propaganda Kijong-dong y la ciudad de Gaesong.
En el observatorio Dorasan, se puede ver la Villa Propaganda Kijong-dong y la ciudad de Gaesong trás unos binoculares.
Se dice que Kijong-dong es una villa que está realmente inhabitada. De ahí que sea una villa propaganda. Fue construida en la década de 1950 para hacerle creer a Corea del Sur que Corea del Norte estaba viviendo una vida próspera. La cruda realidad es que los edificios ni vidrios en las ventanas tienen.
Tercer túnel
El tercer túnel es uno de los cuatro túneles encontrados por Corea de Sur y construidos por Corea del Norte con el fin de invadir Seúl. Fue descubierto en 1978 y tiene una longitud de 1.6km, una altura de 2 metros y 2 metros de ancho. Está a 73 metros bajo tierra y se dice que allí se pueden movilizar 30.000 soldados en una hora.
Hasta ahora se han encontrado 4 túneles, pero Corea del Sur junto con el ejército americano sospechan que puede haber muchos más y están activamente buscando en el DMZ rastros de algún otro.
Por la entrada del tercer túnel se encuentra una zona para fotos.
Durante el recorrido, el cual era un poco incómodo especialmente si medías más de metro y medio, nos encontramos con docenas de niños coreanos saludando amigablemente en inglés: hello, hello! Y así, sin siquiera pensarlo, ellos mismos se encargaron de transmitir un mensaje de añoranza a todos los que en ese momento visitaban. De paz en un futuro. Su futuro.
Estación de tren de Dorasan La estación de tren de Dorasan es la parada más al norte de las líneas férreas en Corea de Sur. Está ubicada a 55 km de Seúl y a 205 km de Pyeongyang, capital de Corea del Norte. Desde el 4 de mayo de 2014 se puede llegar allí usando la línea Gyeong-ui, desde Seúl.
Fue construida en el 2002 con deseos de reunificación entre las dos Coreas. Por un corto periodo entre los años 2007 y 2008, un tren industrial partía de aquí con destino hacía la ciudad de Kaesong en Corea del Norte llevando materias primas y retornaba con productos terminados. Sin embargo, a finales del 2008 Corea del Norte no siguió admitiendo el paso de los trenes.
Compré la entrada a la plataforma por $1.000 KRW. Recibí una postal con una simbólica estampa de Corea del Norte. Simbólica, porque se espera que algún día esta estación sí represente esa deseada unión entre las dos naciones.
La postal con una simbólica estampa de Corea del Norte, en el fondo se ve la estación de Dorasan.
Fue una larga jornada de 8 horas, pero lo que vi esa mañana me abrió los ojos a la historia del preciado país en el que ahora vivo. Sueño, como amante de este país y de esta cultura, que esa quebrantada historia de la que hoy en día quedan secuelas, quede en el pasado; y que tanto coreanos como extranjeros, podamos presenciar, por fin, un nuevo capítulo en la historia de la península coreana.
kimhyelin211@korea.kr
* Este artículo fue escrito por una Reportera Honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de Reporteros Honorarios son de todo el mundo y trabajan para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.