Por Kim Seon Ah

Los petroglifos a lo largo del arroyo Bangucheon, ubicados en el condado de Ulju-gun en la ciudad de Ulsan y que retratan escenas de la vida prehistórica en la península de Corea, están a punto de ser incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

El Servicio de Patrimonio de Corea (KHS, por sus siglas en inglés) anunció el 26 de mayo que el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), organismo asesor de la Unesco, recomendó que dichos grabados sean inscritos como Patrimonio Mundial. Salvo circunstancias imprevistas, esta recomendación suele derivar en una decisión favorable por parte del Comité del Patrimonio Mundial.

El ICOMOS afirmó que los petroglifos reflejan el nivel artístico de los antiguos habitantes de la península coreana mediante representaciones realistas y composiciones singulares, basadas en una observación excepcional. Los describió como una “obra maestra” que expresa la creatividad de estas sociedades, especialmente a través de la representación de ballenas y escenas clave de la caza de cetáceos.

Según el organismo, estos grabados constituyen un testimonio único de una tradición rupestre que se ha mantenido durante unos 6.000 años, encapsulando el desarrollo cultural de las comunidades asentadas en la costa sureste de la península.

La decisión final se tomará durante la reunión del Comité del Patrimonio Mundial, que se celebrará en París del 6 al 16 de julio. En caso de ser aprobada, Corea elevaría a 17 el número total de bienes inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco: 15 culturales y 2 naturales.

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