Gugak: Música Tradicional de Corea
La historia del gugak ha ido de la mano con la del pueblo coreano. Sin embargo, se establecieron sus fundamentos a principios del siglo XV cuando el rey Sejong ordenó la creación de la partitura “Jeongganbo”, la más antigua en Asia.
El rey Sejong creó la Jeongganbo e inventó instrumentos musicales propios, al mismo tiempo que él compuso varios cantos como Jongmyo Jeryeak (música interpretada en ritos ancestrales de la Corte Real, registrado en la categoría de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2001) y Yeomillak (gozo del pueblo). La música tradicional coreana se denomina como “gugak”, lo que significa “música nacional”. Este término fue acuñado por Jangagwon, una compañía real de música a finales de la dinastía Joseon para distinguirla de la música extranjera.
El gugak es un concepto amplio que abarca la música interpretada en el palacio; jeongak y jeongga, disfrutadas por la aristocracia de la dinastía Joseon; la música folclórica como pansori y sanjo; jeongjae, música para eventos de Estado; y danzas rituales como salpuri y seungmu.
En concreto, jeongak se define como la música que disfrutaba la clase alta o la realeza, tales como la música dedicada a la Corte, música budista llamada yeongsanhoesang, las canciones líricas como gagok y sijo. Mientras tanto, se engloban dentro del género folclórico la música chamánica y la música budista conocida como beompae; y las canciones populares, pansori, japga y sanjo.
De las varias canciones folclóricas que son más conocidas en Corea, “Arirang”, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2012, es la más emocionante gracias a sus letras que transmiten los sentimientos del pueblo coreano. Hasta la fecha, existen miles de letras y melodías de Arirang con un estilo diferente según la región entre las que destacan Miryang Arirang, Jeongseon Arirang y Jindo Arirang. Por otro lado, hay una gran variedad de instrumentos tradicionales con los que se toca música tradicional coreana. Existen aproximadamente 60 instrumentos tradicionales, tales como el piri, el daegeum, el haegeum, el gayageum, el geomungo, el janggu, el buk, el pyeonjong y el pyeongyeong. Sin embargo, la combinación de instrumentos varía de acuerdo con la música que se interprete.
Los instrumentos tradicionales mencionados se pueden clasificar en tres tipos: instrumentos de cuerda como el gayageum, el geomungo, el ajaeng, el bipa y el haegeum; instrumentos de viento que incluyen el daegeum, el piri, el danso y el taepyeongso; e instrumentos de percusión como el buk, el janggu, el kkwaenggwari y el jing.
Danza Folclórica
Se ha heredado una gran variedad de danzas folclóricas tales como el salpuri (danza ritual para ahuyentar malos espíritus), el gut (danza chamánica), el taepyeongmu (danza de la paz y la prosperidad), el hallyang (danza satírica), el buchaechum (danza de abanicos), y el seungmu (danza budista de espadas). De la gran diversidad de danzas folclóricas, las más representativas son el talchum (danza de máscaras), que satiriza la aristocracia corrupta, y el nongakchum (danza con música folclórica), practicado por los campesinos para rezar por una buena cosecha. En las representaciones, se tocan instrumentos como el kkwaenggwari y el buk para animar el ambiente.
Pintura y Caligrafía Artística
La pintura coreana ha cambiado constantemente junto con la historia de Corea. Los murales de las tumbas nos dejan entrever la majestuosa y sofisticada técnica artística de las dinastías Goguryeo, Baekje y Silla. Históricamente, en algunas ocasiones, la pintura coreana recibió la influencia de China, pero también a menudo el estilo artístico coreano se extendía a Japón. En particular, el arte budista fue popular en la dinastía Goryeo mientras que durante la dinastía Joseon se interesaron también en las pinturas de los letrados. La tendencia pictórica que nunca pasó de moda fue la pintura del paisaje donde se representaban las bellas escenas naturales, como por ejemplo “sagunja” (las cuatro plantas que consisten en la flor del ciruelo, la orquídea, el crisantemo y el bambú) y los animales como el tigre, el ciervo y la grulla.
A partir del siglo XVIII, surgió una nueva corriente artística que abordaba temas referentes a la cotidianidad de la gente común y corriente, dejando las escenas de palacios en un segundo plano. Las obras de Kim Hong-do y Shin Yun-bok, dos eminentes artistas, marcaron un antes y un después en la historia de la pintura con escenas poco convencionales y consideradas como eróticas en aquel tiempo, como las mujeres mostrando sus piernas para refrescarse en un río.
El arte de la caligrafía ha sido amado por los coreanos con o sin pinturas. Los elementos básicos para la caligrafía coreana son conocidos como munbangsau: papel, pincel, barra de tinta y piedra de tinta.
Kim Jeong-hee (1786- 1856) fue uno de los artistas más célebres de la caligrafía no solo en Corea, sino en el mundo. Bajo el pseudónimo de Chusa, creó un estilo de caligrafía llamado Chusache.
La porcelana blanca, a su vez, representa el estilo cerámico coreano de entre hace 100 y 600 años. En la porcelana blanca, se incluye una gran variedad como la porcelana blanca sin color alguno; la porcelana azul y blanca decorada con un pigmento azul cobalto, un tinte extremadamente valioso e importado desde Persia a través de China; y la porcelana adornada con el color rojo del óxido de hierro.
La Corte Real de la dinastía Joseon estableció y gestionó sus propios hornos de porcelana en Gwangju de la provincia de Gyeonggi-do. Estas avanzadas tecnologías de Corea se extendieron a Japón por los alfareros secuestrados durante la invasión hace 400 años.
Además del celadón y la porcelana blanca, la porcelana Buncheong fue uno de los estilos más populares entre hace 500 y 600 años. Esta cerámica fue fruto de los arduos esfuerzos de los alfareros que habían trabajado para la Corte Real de la dinastía Goryeo tras la caída del país.
Insa-dong es un paraíso para los amantes de las obras de arte tradicionales de Corea. En este barrio repleto de galerías, tiendas de productos artesanales y anticuarios, se celebran subastas de pinturas, obras de caligrafía y piezas de cerámica.
Artesanías Tradicionales
Corea ostenta una gran variedad de artesanía tradicionales gracias a las excelentes técnicas necesarias para producir los artículos esenciales en los hogares a lo largo de miles de años. Los coreanos han fabricado diversos muebles de madera, como armarios, cómodas y mesas. Además, han creado artículos de primera necesidad con bambú, glicina y lespedeza. Por otro lado, han utilizado el hanji (papel coreano) para elaborar máscaras, muñecos o adornos.
También, han recurrido a la savia recolectada de la corteza del árbol de la laca para dar un toque hermoso y aumentar la resistencia de los joyeros, los tocadores y las cajas para guardar agujas de coser. De igual manera, se han elaborado varios productos decorados muy finos y elegantes con laminados de cuernos de buey. Los coreanos no despreciaron nunca los elementos que se encontraban en la vida cotidiana, sino que utilizaron la creatividad para aprovecharlos como adorno en los muebles. En concreto, grabaron y pintaron las calabazas. Además, las incrustaciones de nácar y concha de abulón o de caracola se usaron como decoración de muebles.
Cabe destacar que el bordado y el nudo son uno de los elementos más interesantes de la artesanía tradicional de Corea, generalmente practicados por las mujeres. Las técnicas de bordado y nudo se emplearon para decorar el hanbok, biombos y colchonetas, así como en la creación de colgantes decorativos para mujeres llamados norigae. Aparte del bordado y el nudo, el teñido con tintes naturales también era popular entre las féminas.
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