El periódico El Español publica en su sección quincemil la apertura desde el 17 de febrero del restaurante Seul Soul, que por el momento solo sirve a domicilio.
Su dueña, la coreana Suhyeon Park, decidió trasladarse con su familia a La Coruña para tener "una vida más tranquila". En su restaurante la cartaestá integrada al 80% por comida típica del país, además de un par de platos de la denominada cocina callejera p. Una de las especialidades más destacadas es el Bibimbap, "un plato que elaboraban los ancestros" que se come templado y es sencillo y sano, que se come en un bowl con arroz blanco, verduras, carne de ternera con pasta de pimiento o salsa de soja y un huevo frito arriba. Otra de las elaboraciones principales es el Duruchigui, pertenece a la cocina tradicional y es muy consumido en Seúl en la calle por la gente que hace una pausa del trabajo para comer. Se trata de una carne de cerdo marinada con salsa de soja y pasta de pimiento un poco picante que se come con arroz blanco.
Otra de las recomendaciones de la dueña del Seul Soul es el Bulgogui, una carne de ternera marinada con salsa de soja y verduras variadas. Entre las demandas que más se repiten estos días entre los clientes de este nuevo local se encuentra el atípico "curry al estilo coreano", que según Park no se parece al tailandés que se consume con leche de coco. "Se trata de un estilo de cocina tradicional-moderno y es un plato que en Corea se elabora mucho en las casas, sobre todo para los niños, y se acompaña de arroz blanco", detalla. Las costillas Seul Soul son otro de los platos estrella y se cocina la carne maridándola con una salsa de soja especial casera que posee un ligero toque dulce y se gratina con queso.
Además ofrece varios postres tradicionales como "el pececito", que se trata de una especie de tortita cuya masa se elabora en una máquina especial en la que se introduce el líquido con la que está hecha y que da como resultado un panecillo en forma de pez. Está relleno de nutella para adaptarse más a los gustos occidentales porque su dueña tenía dudas de si la tradicional salsa de alubia roja con la que se consume este postre en su país gustaría en Galicia. El conjunto lo completan un helado de vainilla que ejerce de sol y un poco de chocolate o nata que emulan a las olas sobre las que nada el pez.