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En la larga historia de la comedia romántica siempre fue tan importante la química entre los personajes centrales y el desarrollo de la trama que los llevará a comer perdices como el impedimento que ponga en duda esa conclusión feliz. En 2024, las diferencias socioeconómicas que funcionaban en el pasado para mantener en vilo a los espectadores sobre los enamoradas en cuestión ya no se aplican si se pretende algún viso de verosimilitud. Pero, como demuestra Nadie quiere esto, todavía hay posibilidad de utilizar la idea de la pertenencia cultural como ingrediente disruptivo del romance.
El caso de Soñando con un maldito cuento de hadas, la serie de Corea del Sur que estará disponible desde este jueves 26 en Paramount+, como su título lo indica, se acerca a la comedia romántica desde los tópicos y modos más tradicionales para subvertirlos. La trama de la ficción de diez episodios está centrada en Moon Cha Min, el hijo de una poderosa y rica familia, una suerte de príncipe azul moderno que detesta a esas mujeres que se ven a sí mismas como la cenicienta lista para ser rescatadas por él. Como corresponde eso es exactamente lo que busca Shin Jae Rim, quien comienza a trabajar como gerente de su club. Claro que lejos de tener una idea romántica de su futuro, la chica busca con pragmatismo conquistar al millonario que la saque de su vida de pobreza. Con la premisa, tan transitada por el género, de los opuestos que se atraen, la nueva ficción coreana se suma a otras propuestas del mismo origen que, poco a poco, se hicieron un lugar en la dieta de consumo de los espectadores argentinos y ampliaron, gracias a su presencia en las plataformas de streaming, los alcances y las formas del género más allá del modelo creado e instalado por Hollywood.