Del 26 de octubre al 1 de septiembre se llevará a cabo la sexta edición del Festival Hansik, una celebración de la gastronomía coreana en Buenos Aires. Organizado por el Centro Cultural Coreano, la semana suma este año un concurso de cocina con los chefs Roberto Petersen y Lis Ra como jurados, y ofrece además la posibilidad de acceder a menús especiales a precio promocional en más de veinte restaurantes porteños, por delivery, take away y mesas al aire libre. Así, este festival dibuja un recorrido único por platos tradicionales y otros bajo una mirada moderna, que se puede descubrir en el sitio web del Centro Cultural cccoreano.org y en sus redes sociales (@centroculturalcoreano).
De ser una curiosidad de nicho, en los últimos dos años la gastronomía coreana vivió una verdadera revolución cultural en Buenos Aires, con la apertura de nuevos restaurantes y propuestas apta occidentales que atraviesan la ciudad. Con el kimchi a la cabeza (un fermento usualmente elaborado a base de akusai, reconocido como emblema culinario de Corea en el mundo), los intensos sabores se abren camino con aromas únicos y deliciosos. Entre los platos más conocidos, ahí está el bulgogi, una carne macerada en soja, dulzona y salada, que se cocina en parrillas o a la plancha; también el bibimbap, mezcla de arroz, carne y vegetales. Pero esta semana es también excusa para ir más allá y probar otros platos menos conocidos. Aquí, cuatro opciones imperdibles para abrir la cabeza y los paladares.
Aprovechando su precioso y recién estrenado patio cubierto en el centro porteño, Mr. Ho -uno de los restaurantes coreanos más celebrados en el último año- ofrecerá su jungshik, un menú completo para disfrutar todas las noches del festival (y también el sábado al mediodía).
La propuesta incluye: una proteína a elección, entre bulgogui, samgyubsal (panceta fresca a la plancha) o tofu salteado con hongos. Esto llega acompañado del infaltable kimchi, tortilla de huevo o pickle de repollo, empanaditas fritas de cerdo o de verdura, dwenjangjjigae (sopa de miso coreano con tofu) y una porción de arroz. Junto con la proteína vienen además hojas de lechuga, ensalada de cebolla de verdeo, cilantro fresco y la intensa salsa ssamjang, a base de porotos fermentados y aceite de sésamo.
La idea es que cada comensal pueda armar su propio ssam, una suerte de taco coreano donde la lechuga cumple la función contenedora de una tortilla, envolviendo el resto de los ingredientes. Es fácil, rico y divertido de hacer: para quienes tengan dudas, ahí estará el propio y carismático Sr. Ho explicando los pasos correctos. El menú completo sale $1500 y suma bebida sin alcohol o cóctel ligero a base de soju (destilado de arroz) y un postre delicioso, como única concesión al paladar occidental: una base tipo waffle elaborada con masitas de arroz dulce, cubierta por helado, chocolate y polvo dulce de porotos. Durante los mediodías de semana habrá también almuerzos a precios especiales, para llevar o comer en el patio, desde bulgogui a dakgalbi (pollo salteado picante con masitas de arroz) o tofu salteado con verduras, por apenas $450 con bebida, kimchi y tortilla de huevo ($550 con cerveza coreana Fitz). Un best value del Microcentro. Dirección: Paraguay 884 Instagram: www.instagram.com/mrho.kfood WhatsApp: 11-6560-1004
Papá, mamá e hijo. Así es la estructura que sostiene a Gogiya, un restaurante ubicado en pleno barrio coreano de Flores, sobre la Av. Carabobo. En épocas de pandemia, con el salón cerrado los progenitores siguen tras los fuegos, mientras que Kevin, el hijo, se encarga de los repartos.
"Tardamos un poco en comenzar con los deliveries, ya que el restaurante se especializaba en la parrilla coreana, que funciona como un tenedor libre. No teníamos un menú clásico para ofrecer y tuvimos que rediseñar nuestra oferta", explican.
El Festival Hansik es una buena ocasión para conocer este lugar, que abre el juego con tres propuestas bien distintas. Ahí están los beopbap ($400), una base de arroz cubierta por bulgogi o jeyuk (carne de cerdo picante). También los kimbap, que tienen la forma de los rolls de sushi japoneses, pero que en lugar de pescado llevan carnes cocidas y ya condimentadas ($400 las 20 piezas). Y uno de los platos tal vez más conocidos y aptos todo público, los deliciosos mandu (dumplings) en dos versiones: jjin mandu (bollos de pan cocidos al vapor rellenos de carne de vaca y cerdo con repollo y condimentos, $300 las cinco unidades); y los mul mandu, pequeñas empanaditas hervidas (similares a las gyozas), que salen apenas $300 las 20 unidades. Suaves y perfectas junto con una cerveza, son deliciosas también para los más chicos de la casa.Dirección: Carabobo 1583 Instagram: www.instagram.com/gogiya_bsas.WhatsApp 11-2403-6946
Han Obaek Nyeon es uno de esos lugares siempre necesarios para recuperar la historia de una gastronomía. Un lugar que defiende la tradición, esquivando los platos más exportados de Corea. "Mis padres abrieron este restaurante hace 30 años en Lautaro y Sarasa. Hace 15 nos independizamos; mi hermano sigue manejando aquel lugar; y nosotros abrimos acá", dice Dan Young, a cargo de la cocina.
Para esta semana festiva, Han Obaek Nyeon propone una clásica sopa de kimchi con panceta y tofu ($600), también un seolleongtang (caldo de vaca con fetas de carne cortadas como fiambre y fideos de arroz, a $700). Ambos platos incluyen guarnición de arroz y acompañamientos. Pero lo más peculiar y, por eso, seductor sin dudas es el sundae gopchang bokkeum, un salteado apenas picante que trae chinchulines, trocitos de morcilla coreana y varias verduras (repollo, ajíes, hojas aromáticas y más). Es un plato generoso, terminado al wok, suficiente para que coman dos o tres personas. Cuesta $1500 y se acompaña también con caldo de hueso, dos porciones de arroz con arvejas y cuatro banchan (brotes de soja, papa condimentada, kimchi de acusai y kkakdugiy). "El sundae es nuestra especialidad: es una morcilla, similar a la argentina, pero que se hace solo con sangre (sin ninguna carne o cuero) y con el agregado de fideos de batata", explican. Una panzada de tradición coreana. Dirección: Campana 685. Instagram: www.instagram.com/han.obek. WhatsApp: 11-5976-0281
Si se está buscando un plato que sea 100% coreano pero que a la vez seguro les guste a todos los comensales, Maniko Fried Chicken es la opción. Esta casa nació hace más de diez años, cambió de dueño un par de veces, hasta que en 2017 se empezó a hacer cargo Andrés, un joven parte de una nueva generación de la comunidad coreana nacida en Argentina. Y si bien en el país hay varias opciones de pollo frito (desde las peruanas a las de estilo norteamericano), la de Maniko es de las más sabrosas.
El pollo se macera durante toda la noche en una mezcla a base de leche; luego se lo pasa por un empanado seco de una mezcla secreta de harinas ("son más de 20", asegura Andrés) y finalmente se fríe en el momento hasta quedar perfectamente crocante por fuera y jugoso por dentro. En piezas enteras o deshuesado, se lo puede pedir solo o, mejor aún, con alguna de las salsas de la casa: la de ajo es riquísima; la picante es bien intensa; la de miel es adictiva. "Cuando termine el festival haré un cambio de menú: al pollo frito sumaré también pizzas de estilo neoyorquinas, incluyendo algunos sabores propios que mezclen la parte coreana, como una pizza de bulgogi. Quiero que Maniko sea un lugar para todos; para la comunidad coreana, claro, pero también para los que nunca probaron un plato de esta cocina", culmina Andrés. Dirección: Felipe Vallese 3472. Instagram: https://www.instagram.com/manikofcWhatsApp: 11-4671-3672