Por Xu Aiying

El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica un crecimiento económico para Corea este año de 2,6 por ciento.

El Ministerio de Economía y Finanzas dijo el 11 de octubre que el FMI, en su informe de perspectivas de la economía mundial, elevó la proyección de crecimiento de Corea al 2,6 por ciento desde el 2,3 por ciento de julio.

La cifra es la misma que las del Banco de Corea y el Banco Asiático de Desarrollo (BAsD).

El FMI pronosticó una inflación en Corea del 5,5 por ciento, superior a la proyección del 4 por ciento de hace tres meses y superior a las cifras del Gobierno coreano (4,7 por ciento), el BAsD (4,5 por ciento) y la OCDE y el Banco de Corea (ambas de 5,2 por ciento).

El FMI mantuvo su previsión de crecimiento del 3,2 por ciento para la economía mundial este año.

Se pronostica que la economía de EE. UU. crecerá un 1,6 por ciento, por debajo del 2,3 por ciento, Japón un 1,7 por ciento, igual que en julio, y el Reino Unido un 3,6 por ciento, 0,4 puntos porcentuales más. La proyección para China era del 3,2 por ciento, 0,1 puntos porcentuales menos.

El FMI dijo que, a partir del próximo año, el crecimiento de Corea experimentaría una tendencia a la baja del 2 por ciento, reducida desde el 2,1 por ciento, en medio de una desaceleración económica cada vez más intensa en todo el mundo.

El pronóstico del fondo para el crecimiento global el próximo año fue del 2,7 por ciento, rebajado de uno del 2,9 por ciento.

"La actividad económica mundial está experimentando una desaceleración generalizada y más pronunciada de lo esperado, con una inflación más alta que la observada en varias décadas. La crisis del costo de vida, los estrictos ajustes financieros en la mayoría de las regiones, la invasión de Ucrania por parte de Rusia y la persistente pandemia de COVID-19 pesa mucho en las perspectivas", dijo el FMI.

El ministerio explicó que el FMI en este pronóstico nombró la alta inflación, los altos tipos de cambio y los factores de riesgo prolongados como las principales causas de los altos riesgos a la baja para la economía, agregando que el Gobierno perseguirá políticas monetarias y fiscales con el control de la inflación como la máxima prioridad.

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