Cultura

23.08.2019

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Un plato de camarones con crema de limón presentado en un libro publicado en 2016 por el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas de la Administración de Desarrollo Rural (RDA, por sus siglas en inglés) para promover nuevas empresas de insectos comestibles. Estos camarones están hechos de gusanos de la harina molidos.

Un plato de camarones con crema de limón presentado en un libro publicado en 2016 por el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas de la Administración de Desarrollo Rural (RDA, por sus siglas en inglés) para promover nuevas empresas de insectos comestibles. Estos camarones están hechos de gusanos de la harina molidos.


Por Lee Jihae y Song Baleun
27 de agosto de 2019 | Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas de la Administración de Desarrollo Rural

En la película “El Expreso del Miedo (Snowpiercer)” (2014) del director coreano Bong Joon-ho, los protagonistas comen barras de proteínas hechas de insectos debido a que en su mundo congelado es la única manera de obtener proteínas. En la famosa película francesa “Pappillon” (1973), el protagonista prisionero come cucarachas para sobrevivir después de que el alcaide redujera las raciones.

Las películas a menudo representan el comer insectos como un acto desesperado para la supervivencia, pero en realidad comerlos no es un acto que solo existe en las películas. En las calles de los países del sudeste asiático no es sorpresa observar los puestos que venden escorpiones y ciempiés fritos, y en Corea, se come un aperitivo tradicional llamado beondegi: pupas de gusano de seda al vapor.

En 2013, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) designó los insectos como una fuente sostenible de alimentos, por lo cual ha crecido un movimiento que busca popularizar los platos con insectos comestibles en el mundo.

El contenido de proteína de los insectos oscila entre el 50-80% ,mientras otros animales muestran el 20-30%. También, los insectos emiten no más de un tercio o un séptimo del dióxido de carbono que emiten otros animales, y sus excrementos causan poca contaminación ambiental. Requieren menos comida, agua, y tienen un período de cría de entre 2 a 4 meses.

El pasado 25 de julio, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Asuntos Rurales clasificó por primera vez a algunos insectos en la categoría de 'ganado', y ha tratado de fomentar la industria de los insectos comestibles proporcionando exenciones de impuestos a las granjas de insectos.


Los coreanos ya desde antes consumían pupas de gusano de seda y saltamontes como comida, pero esta es la primera vez que el gobierno designa a los insectos como comida. La categoría oficial del gobierno para insectos comestibles comprende siete tipos, entre ellos escarabajos y  gryllus bimaculatus, un tipo de grillo. 


Anteriormente, en 2015 y en 2016 la Administración de Desarrollo Rural (RDA, por sus siglas en inglés) realizó concursos de apodos para los insectos, a fin de que estos pudieran parecer más atractivos para los consumidores. Como resultado, los tenebriónidos (un tipo de escarabajos de color negro) pasaron a llamarse gosoae (en coreano "goso" significa algo delicioso), y las larvas de las chicharras pasaron a llamarse ggotbaengi ("ggot" significa flor en coreano).


Aunque no ha sido frecuente, se han lanzado alimentos con insectos como ingredientes clave, por ejemplo: morcilla (sundae, en coreano) hecha de insectos y fideos hechos de insectos. En particular, la morcilla producida por la corporación Bio Jin y el gobierno municipal de Cheongju, obtuvo una patente en julio de 2014. El primer restaurante en ofrecer este platillo abrió sus puertas en el 2016, y para el año pasado ya había cinco restaurantes con este producto en su menú.

El director ejecutivo de la corporación, Park Nam-gyu, aclaró que había decidido producir la morcilla de insectos para desarrollar la alimentación saludable y dijo: “El aceite de cerdo tiene mucha grasa saturada y para sustituirlo utilicé polvo de insectos molidos en la morcilla. Tenemos clientes frecuentes que son fanáticos de su sabor sencillo pero sabroso”.

Los beneficios de los insectos para la salud también están atrayendo más interés. La RDA y el Hospital Severance en Gangnam anunciaron el 17 de julio que el consumo a largo plazo de gusanos de la harina mejoraba la nutrición y el sistema inmunológico. Según su estudio conjunto, los pacientes de cáncer de hígado y pancreático que consumían gusanos de la harina se recuperaban más rápido de la cirugía gracias a una mejora en su sistema inmunitario.

Haemulpajeon, panqueque de marisco hecho con gusanos molidos.

Haemulpajeon, panqueque de marisco hecho con gusanos molidos.


Según un estudio realizado por la Universidad Nacional de Seúl, citado por el Ministerio de Agricultura, el mercado nacional de los insectos comestibles registró un valor de 43 mil millones de wones coreanos en 2018 y alcanzará 99,2 mil millones de wones para el 2030.

Un funcionario del ministerio aclaró: “Continuaremos nuestros esfuerzos para mejorar la percepción pública sobre los insectos comestibles y expandir los alimentos saludables hechos con ellos”.

jihlee08@korea.kr