Un gran árbol de Navidad ilumina el 26 de diciembre la Biblioteca Starfield del centro comercial COEX, en el distrito de Gangnam, Seúl.
Por Aisylu Akhmetzianova
Fotografías: Lee Jeong Woo
En Seúl, la Navidad comienza en noviembre, incluso antes de que llegue el invierno. Aún con las decoraciones de Halloween sin retirar, las luces navideñas ya iluminan la ciudad y los villancicos resuenan por todas partes.
En Corea, la Navidad se ha convertido en un gran festival más que en una festividad religiosa: una ocasión cálida para compartir con parejas, familias y amigos, una emoción indescriptible en las calles y un ambiente que contagia el espíritu festivo.
Los primeros en prepararse son los grandes almacenes y comercios. Enormes árboles que cubren fachadas y espectáculos de luces cada vez más elaborados expresan el ánimo navideño de la ciudad.
A medida que cae la noche, las luces brillan como un gran escenario y la gente se detiene para fotografiar los paisajes de fin de año.
El ambiente navideño se percibe en todas partes: los productos temáticos en las estanterías, las tartas de fresa envueltas en lazos rojos y el famoso Stollen alemán adornando los escaparates de las panaderías. Las reservas se completan con un mes de antelación, prueba de la impaciencia con que la ciudad espera la Navidad.
Las visitantes observan el mercado de Gwanghwamun durante el Seoul Winter Festa, el 14 de diciembre, en la plaza Gwanghwamun en el distrito de Jongno-gu, en Seúl.
Unos niños depositan donaciones en un caldero del Ejército de Salvación de Corea, el 28 de noviembre, en el barrio de Myeong-dong, en el distrito de Jung-gu, en Seúl.