Llegamos a las 2:00 pm del 13 de julio al taller de la haenyeo (buceadora) Kang Hye Ri, ubicado en Hallim-eup, en la isla de Jeju, y nos sorprendió ver que Kang no era una haenyeo anciana como se podría pensar, sino una haenyeo de 30 años que ingresaba a su séptimo año de labor.
Cuando le preguntamos si las haenyeo suelen ser viejas, explicó que hay alrededor de 200 haenyeo jóvenes y que también hay buceadores, a quienes se les llama haenam.
En el pasado, los hombres iban al mar a recolectar mariscos, pero a medida que la población masculina fue descendiendo, las mujeres comenzaron a salir solas. Por eso, actualmente solo quedan unos 20 haenam en la isla de Jeju.
El trabajo que realizan las haenyeo al adentrarse en el mar y recolectar mariscos, se llama muljil, que hace referencia al buceo extractivo. Las haenyeo clasifican los productos del mar por especie según la aldea pesquera de donde son recolectados, y designan los artículos prohibidos según el período de reproducción. Los haliótidos, una familia de moluscos gasterópodos conocidos comúnmente como abulón, solo se pueden recolectar de enero a septiembre.
La foto muestra una estatua de unas haenyeo (buceadoras) en Gujwa-eup, la isla de Jeju. Las haenyeo se sumergen sin la ayuda de ningún tanque de oxígeno, a una profundidad de 20 metros, para recolectar mariscos. | Charles Audouin
Las condiciones para poder hacer muljil son complicadas. Incluso si el equipo para bucear está disponible, hay muchas ocasiones en las que no es posible ingresar al mar debido a las condiciones climatológicas volátiles del mismo. Al respecto, la haenyeo Kang explicó que esto se debe a que el mar tiene que aceptarlos para que puedan trabajar en él. Es por eso que las haenyeo suelen salir al mar de 10 a 15 veces al mes.
En el pasado, las haenyeo practicaban el buceo con ropa de tela y sin aletas, pero en la década de 1970 comenzaron a usar trajes de neopreno. Gracias a esto, con el paso del tiempo fue posible que se hiciera el muljil más fácilmente. Después de ponerse su traje de neopreno y las aletas, la haenyeo Kang se colocó un cinturón con piezas aplanadas de plomo, que le permitiría sumergirse en las aguas profundas del mar para bucear. Empacó un gorro de baño, guantes, gafas y herramientas, incluyendo un kkakkuri, como se le suele llamar en coreano a una herramienta de recolección, para recoger erizos de mar; y luego se dirigió al mar.
El 13 de julio, el periodista de Korea.net Charles Audouin, bucea como parte del programa de las haenyeo de Jeju, en Hallim-eup, en la isla de Jeju. Ese día, el reportero necesitó mucha resistencia para evitar ser empujado por las olas. | Equipo de producción de OSSC
Sumergiéndome en el mar como una haenyeo
Después de hacer todos los preparativos necesarios, junto con el equipo nos sumergimos en el mar. La presión del agua ensordeció mis oídos y nubló un poco mi mente, pero ante mis ojos se desplegó un hermoso paisaje que solo había visto en documentales de naturaleza. Los peces nadaban de un lado a otro entre las algas. También había una concha en forma de surco, escondida entre las piedras y la profundidad de las aguas.
No pude contener la respiración por más tiempo, así que subí de nuevo a la superficie. Estaba decidido a atrapar lo que vi justo antes de ascender y volví a sumergirme en al agua. Después de varios intentos, pude sostener la caracola con mi mano. Ese fue el momento en el que me di cuenta de que, los mariscos que se pueden comprar fácilmente en los mercados de pescados y mariscos, o en los supermercados, no aparecen de la nada como por arte de magia.
El 21 de julio, después de bucear como las haenyeo en el pueblo pesquero de Hado en Gujwa-eup, en la isla de Jeju, el periodista de Korea.net Charles Audouin (derecha), se toma una foto conmemorativa junto con Jeong Chun-ja, una buceadora de la isla que tiene 50 años de experiencia como haenyeo. En ese momento, Jeong Chun-ja dijo que “si trabajara durante unas cuatro horas, recolectaría alrededor de 100 kilogramos de mariscos, incluyendo caracoles, abulones y pulpo”. | Charles Audouin
Buceando con una haenyeo que tiene más de 50 años de experiencia
Una semana después, el 21 de julio a las 2:00 pm, nos dirigimos al pueblo pesquero de Hado en Gujwa-eup, en la isla de Jeju, para nuestra segunda experiencia de buceo con las haenyeo. Jung Chunja, una haenyeo de 76 años que conocimos aquí, vive en el mar desde que era niña y aprendió a recolectar mariscos por su cuenta, sin que nadie la educara ni la enseñara.
Las haenyeo siguen una estricta jerarquía. Este tipo de buceo se divide en rango superior, medio e inferior según la edad, las habilidades de buceo, etc. Según estos grados, también se determina el acceso a un asiento en bulteok, un espacio donde las haenyeo se cambian de ropa o descansan mientras calientan sus cuerpos con el calor del fuego y comparten su sentido de pertenencia como comunidad. Jung es una buceadorade rango medio, que puede contener la respiración durante tres o cuatro minutos cada vez que se sumerge.
Cuando se le preguntó qué es lo más importante al momento de bucear, la haenyeo Jung respondió diciendo: "Saber dónde están los objetos". Objeto es una expresión que utilizan las haenyeo para referirse a los productos marinos.
Alrededor de las 3:30 de la tarde, fui al mar con la haenyeo Jung y otros 20 participantes. La experiencia de la semana anterior facilitó la entrada al agua. Las personas a su alrededor fueron empujadas por las olas y, en algún momento, solo la haenyeo Jung era visible. Fue una oportunidad para ver con mis propios ojos la apariencia de las haenyeo que han sido las representantes del arte del buceo en la isla de Jeju durante medio siglo. Mientras flotaba en el agua, miré hacia el mar y vi a la haenyeo Jung buceando por un breve momento, quien estaba persiguiendo diligentemente productos marinos mientras tiraba piedras. La haenyeo Jung al subir a la superficie del agua dijo: "No, no", y volvió a sumergirse en el mar. Siguiendo su movimiento, se adentró en el agua para buscar mariscos, pero desafortunadamente solo encontró arena.
La foto muestra los trajes de neopreno secándose al aire libre, después de que los participantes bucearan el 21 de julio, en el pueblo pesquero Hado en Gujwa-eup, en la isla de Jeju. | Charles Audouin
Dyondra Wilson, una influencer y profesora de inglés de los Estados Unidos, que también buceo ese día, dijo: "Me daba un poco de vergüenza entrar al agua sin entrenar antes de la experiencia, pero fue divertido porque las haenyeo me guiaron y me ayudaron a bucear y a encontrar una caracola". Además, explicó que a pesar de la barrera del idioma, pudo comunicarse con la abuela haenyeo y entablar una relación profunda, así que pasó un buen rato pensando sobre ella, como si fuera una 'madre del mar'.
La influencer colombiana Bibiana Patiño Rodríguez agregó: "Fue muy interesante ver a las haenyeo mostrar su pasión por el muljil", y agregó: "Estoy agradecida con las haenyeo que amablemente me enseñaron algunos conocimientos y habilidades que no se pueden aprender por medio de los libros".