Se muestra la vista panorámica de la Sala de Historia de la Prisión Seodaemun, en el distrito de Seodamun-gu, en Seúl. | Sala de Historia de la Prisión Seodaemun
Por Lee Jihae
La Sala de Historia de la Prisión Seodaemun, ubicada en el distrito de Seodaemun-gu, en Seúl, fue construida por el Japón imperial en 1907 y abierta al año siguiente. Hoy es un espacio donde alrededor de 600.000 visitantes al año aprenden sobre la dolorosa historia del período colonial.
Korea.net visitó el lugar el 30 de julio, antes del 80º aniversario de la liberación nacional, el 15 de agosto.
Los activistas independentistas coreanos interrogados por la policía japonesa en esta prisión eran sometidos a presión psicológica a través de insultos y los gritos y ruidos de sus compañeros siendo torturados. | Jihae Lee
El sótano de la prisión permanecía en penumbras. Allí se apostaban detectives veteranos para evitar trasladar a los activistas a una comisaría antes del juicio.
La sala de interrogatorios estaba situada intencionalmente junto a la cámara de torturas, para que los detenidos escucharan los gritos de otros prisioneros. El objetivo era infundir miedo y forzar confesiones. Actualmente, modelos y fotografías muestran los horrores y el daño físico de aquellos tiempos.
Las torturas eran atroces: sumergir la cabeza en tanques de agua, colgar boca abajo a los prisioneros mientras se les vertía agua por la nariz y la boca, provocando asfixia. Algunos morían al llenarse sus pulmones de agua; otros, al ser encerrados en cajas con clavos y sacudidos violentamente.
Los visitantes, al ver testimonios en video de sobrevivientes, no ocultaban las lágrimas ni los ojos enrojecidos.
A la izquierda, la caja con clavos. Allí encerraban a los activistas y agitaban la caja. A la derecha, una escena de tortura con agua. | Lee Jihae
La vida en prisión era semejante a la esclavitud. Los reclusos trabajaban entre 10 y 14 horas diarias confeccionando ropa o en minas. Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría fue obligada a fabricar suministros bélicos.
Durante los meses de menos luz (enero-marzo y octubre-diciembre), no tenían descanso. De abril a agosto, cuando los días eran más largos, recibían solo 15 minutos de pausa en la mañana y en la tarde.
Al desplazarse entre las celdas y los talleres, debían saltar desnudos sobre palos de madera, para demostrar que no escondían nada. Aunque existían instalaciones separadas para hombres y mujeres, ello no impedía las humillaciones.
Las celdas originales de la prisión aún se conservan y están abiertas a los visitantes en la Sala de Historia de Seodaemun. | Lee Jihae
Las condiciones eran inhumanas: más de diez personas compartían una celda de 10,9 metros cuadrados, y hasta tres se hacinaban en un espacio de 3,9 metros cuadrados. El inodoro dentro del cuarto despedía un hedor permanente.
El activista Shim Hoon escribió a su madre: “Las paredes de ladrillo naranja se calientan como un horno en verano, y la bacinilla hierve. No podemos estirar las piernas y las chinches y pulgas nos devoran”.
Las raciones de arroz para los activistas encarcelados se regulaban con platos insertados en las tazas: cuanto más grueso el plato, menor la cantidad servida. La porción dependía de la ‘gravedad’ del crimen. | Lee Jihae
Las raciones de arroz para los activistas encarcelados se distribuían en nueve niveles, según la gravedad del delito. Los criminales comunes recibían niveles 1-5, mientras que los activistas eran clasificados como “criminales ideológicos” en los niveles 6-9.
Un plato delgado dentro de la taza permitía más arroz; uno grueso, menos. Así, los activistas debían sobrevivir con porciones mucho más reducidas.
Los prisioneros fueron liberados el 16 de agosto de 1945, un día después de la rendición de Japón. Salieron a las calles del distrito Jongno-gu, en Seúl, celebrando la libertad.
La prisión funcionó hasta 1987, cuando se demolieron algunas instalaciones. En 1998 fue reabierta como la actual Sala de Historia de la Prisión Seodaemun.
El recinto abre de martes a domingo (cierra los lunes), de las 9:30 a.m. a las 6:00 p.m. entre marzo y octubre, y de las 9:30 a.m. a las 5:00 p.m. entre noviembre y febrero. Las visitas guiadas requieren reserva en línea.
La entrada general tiene un costo de 3.000 wones para adultos (entre 19 y 64 años), mientras que los adolescentes (13 a 18 años) pagan 1.500 wones y los niños (de 7 a 12 años), 1.000 wones.
jihlee08@korea.kr