Reporteros Honorarios

26.06.2018

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El espacio común de la Spa Elybaden en Daegu, provincia Gyeongsangbuk-do.



Por la reportera honoraria de Korea.net, Paula Flores de Bolivia
11 de junio de 2018 | Organización de Turismo de Corea

“A donde fueres haz lo que vieres.”
Es un simple pero muy cierto dicho que todo viajero o visitante debe recordar mientras pisa suelo ajeno. Tenerlo presente no solo nos ayudará a mezclarnos entre los locales pero también hará de nuestra estadía más confortable. Eso fue lo que aprendí mientras estuve en tierras coreanas hace un par de años y me enfrenté a una experiencia totalmente ajena a mi cultura, la de las saunas o “jjimjilbang”.

Si bien los dramas coreanos nos dan una idea de qué esperar y hacer en uno de ellos, jamás llegaremos a ver la totalidad de un jjimjilbang y de todo lo que podemos hacer pues eso es algo que cada quien deberá experimentar por cuenta propia. En nuestros aclamados dramas vemos como hombres y mujeres visten unos pijamas, enrollan una toallita y se la colocan en la cabeza, comen huevos hervidos y se disponen a descansar. Eso es lo que pasa en el espacio compartido. ¿Y acaso hay algún otro espacio? Pues sí, aquel que es reservado solo para mujeres y aquel otro solo para hombres.

Por lo general, los saunas son lugares que operan 24 horas al día y suelen ser usados como una excelente y económica opción para relajarse, asearse o pasar la noche. Fue por esta última razón que una amiga y yo optamos por un jjimjilbang y no un hotel. Luego de pagar el precio, que puede llegar a variar de acuerdo a la zona de ubicación y de lo que ofrece, se nos entregó los pijamas, un par de toallas de mano, una llave de casillero para guardar nuestras cosas, se nos pidió que dejáramos nuestros zapatos en unos pequeños casilleros ubicados antes de la zona a la que luego se nos pidió ingresar, la zona de mujeres.

Al ingresar, inmediatamente bajé mi mirada al suelo pues quería evitar ver a todas las demás mujeres andando sin ropa. Grande fue nuestra sorpresa pues en un sauna en Bolivia, el país del que somos, si quieres disfrutar de las bondades de un sauna tanto hombres como mujeres comparten el espacio y llevamos ropa adecuada puesta.

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Una piscinita hecha de madera hinoki en Duksan Spa Castle en Yesan, provincia de Chungcheongnam-do.



Esa noche solo nos dispusimos a dormir en un espacio destinado para ello, oscuro y muy sencillo. Dormimos en el piso sobre una colchoneta y con una almohada pequeña, dura y cuadrada. Realmente quisimos haber tomada un baño aquella noche, pero hacerlo implicaría tener que hacer lo que todas las demás hacían y para nosotras resultaba muy penoso.

Hubo otras oportunidades en las que tuve que dormir fuera de mi casa y opté por quedarme en un jjimjilbang. Al verme sola decidí olvidarme de las miradas ajenas y me uní al deleite de tomar una ducha en un espacio común y de disfrutar las distintas mini piscinas, cada una con una temperatura diferente o con una infusión de alguna hierba con propiedades medicinales. 
Solo olvidándome de que ya no estaba en mi país y recordando las palabras de un profesor de la universidad quien nos explicó que visitar un sauna podía llegar a ser una experiencia liberadora; pues todos se encuentran en las mismas condiciones, fue que pude experimentar una relajación total. Además de ello, pude establecer conversación con algunas personas que se sintieron curiosas de saber de dónde era y qué hacía en Corea.

Sin duda alguna, visitar un jjimjilbang y disfrutar en su totalidad de él fue una de las experiencias más memorables durante mi visita. Y por supuesto pasar un tiempo en uno es algo que recomendaría a todo visitante probar mientras están en Corea.


kimhyelin211@korea.kr


* Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios son de todo el mundo y trabajan para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.