Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea. |
Para crear conciencia sobre el racismo hacia los asiáticos que está aumentando junto con la propagación de COVID-19 en el mundo, UGIC o la Unión de Jóvenes de Italia y China publicó el pasado 7 de febrero un video de protesta solitaria de un descendiente chino en Italia, titulado “No soy un virus”. | Captura del canal de YouTube de UGIC
Por la reportera honoraria de Korea.net, Araceli González de Argentina
Desde que el brote de COVID-19 se propagó a lo largo del mundo, llegando a ser calificado como pandemia por la Organización Mundial de la Salud el pasado 11 de marzo del corriente año debido a la amplitud de países y personas que afecta, también ha aumentado el número de ataques indiscriminados a las comunidades asiáticas que residen alrededor del mundo.
Una situación que para muchos permanece oculta, pasa desapercibida o no es considerada como un efecto grave, sin embargo lo que demuestran los hechos es que el virus afecta a estas comunidades doblemente: no sólo porque representa un peligro claro para su salud como lo es para todos, sino que además deben soportar injustamente la carga social de ser juzgados, atacados verbalmente y las agresiones físicas de la que son objetos.
El cartel colocado en el ascensor para la comunidad asiática que reside allí. | Facebook de Marina Kang
En la Argentina, en las últimas horas se ha viralizado el caso de una mujer coreana que es de segunda generación en este país (es decir, ella nació en Argentina). Su caso resonó en las redes sociales y en los medios locales cuando hizo público una denuncia por un cartel que fue colocado en su edificio de forma totalmente discriminatoria, xenófoba e ignorante por parte de los demás inquilinos. En la nota podía leerse los pedidos casi inhumanos a ser seguidos por las cuatro familias de raíces coreanas que hace años residen en el edificio.
Marina Kang compartió en sus redes sociales su descargo contra el trato que recibieron y cerró resaltando que “el peor virus es el del odio y la ignorancia, y esto recién empieza”.
No es la primer muestra de xenofobia debido al brote de coronavirus. A finales del mes de febrero un comerciante de nacionalidad china fue atacado verbalmente por un repartidor de mercaderías en relación al coronavirus y la discusión concluyó con una pelea física entre ambos hombres.
Esto se suma a los casos a escala mundial en la que ciudadanos de la comunidad asiática son víctimas de ataques contra su persona, simplemente porque otros, sin conciencia social creen que es una forma de lidiar con la enfermedad.
El 7 de febrero UGIC o la Unión de Jóvenes de Italia y China publicó un video de protesta solitaria de un descendiente chino. Este video muestra a un hombre con los ojos vendados y con una máscara blanca mientras está de pie junto a una pancarta que dice: “No soy un virus. Soy un humano. Libérame del prejuicio”.
En otros países, como en España se creó incluso un hashtag para visibilizar la lucha contra la discriminación, utilizando #NoSoyUnVirus para crear conciencia.
No solo como periodista, sino como una mujer que forma parte de la sociedad siento pena y mucha impotencia de ver que muchas personas deshumanizadas toman el camino de la violencia como medio para “combatir” la enfermedad al justificar sus malas acciones como un método de prevención o control del coronavirus, que mantiene al mundo en vilo.
De más está decir que al virus no entiende de razas o nacionalidades y no es justificable tratar a las personas de estas comunidades como portadores de ella y justificar la xenofobia. Todos somos habitantes de este mundo y merecemos buen trato y respeto ante todo como seres humanos.
Seguir las recomendaciones brindadas por las autoridades sanitarias, mantener una buena higiene sanitaria individual, cuidarse uno y a los que nos rodean es la mejor forma de prevenir el COVID-19.
Viralicemos la responsabilidad. Quédate en casa si podés hacerlo, de este modo también estás cuidando al que no puede hacerlo y debe continuar sus actividades con normalidad. Lidiar con la enfermedad nos concierne a todos.
brightsong@korea.kr