Por la reportera honoraria de Korea.net, Montserrat Piñeiro de México
8 de agosto de 2020 l Museo Nacional de Corea
El chamanismo se define como una filosofía de vida centrada en la creencia en buenos y malos espíritus que sólo pueden ser influenciados por los chamanes. Cuando los chamanes, considerados mediadores espirituales, danzan durante sus sesiones rituales, entran en trance y sus almas salen de sus cuerpos para ir al mundo de los espíritus. Cuando cae en éxtasis, el chamán se comunica directamente con los espíritus y muestra un poder y conocimiento sobrenatural. De esta manera al chamán se le adjudica el rol de intermediario entre los humanos y lo sobrenatural. Su comunicación con la gente es para invocar sus deseos, y con los espíritus para revelar su voluntad. Los dones que posee un chamán le permiten distinguirse de los demás miembros de la sociedad desde tiempos muy antiguos (se cree que existe desde varios siglos antes de Cristo, aunque no se ha podido demostrar el período con exactitud). La creencia de que el chamán se comunica con los espíritus le da autoridad sobre la comunidad. En las antiguas sociedades organizadas en tribus, el chamán asumía el rol de líder, pues sus poderes sobrenaturales contribuían al interés común.
En Corea, para demostrar que un chamán tiene el derecho a tener este cargo, debe poseer ciertas características:
1. El chamán debe haber experimentado la tortura de los espíritus al ser elegido para esta vocación. Este tipo de chamanes debieron haber sufrido una grave enfermedad durante meses o años. En promedio dicha enfermedad dura alrededor de ocho años, pero hay quienes la han padecido hasta por 30. Tal enfermedad consiste en una inestabilidad psicológica en la que la persona deja de comer normalmente y comienza a vagabundear. Cuando la persona recibe alivio, éste debe ser sin intervención médica. Después de este conflictivo período el nuevo chamán deberá vivir como aprendiz en casa de un padrino o madrina.
2. El chamán también debe ser capaz de oficiar ritos en los que se cree que se comunica con los espíritus.
3. El chamán necesita ser reconocido como un líder religioso con la habilidad de satisfacer las necesidades espirituales que la comunidad le exige. Con estas capacidades el chamán debe servir y asistir a espíritus específicos, lo cual indica que durante su iniciación él o ella ha optado por un espíritu en particular. Una gran variedad de espíritus son reverenciados en el panteón de los chamanes, como ejemplos tenemos al espíritu de la montaña, de las siete estrellas, de la tierra y del dragón. Además, el chamán puede servir también a figuras históricas trascendentales como reyes, generales y ministros. En general, los chamanes coreanos se dividen en dos tipos de acuerdo con el proceso de iniciación: aquellos que son elegidos por los espíritus y los que heredan la vocación a partir de sus ancestros. Los chamanes que son escogidos por los espíritus poseen poderes para aliviar enfermedades y predecir el futuro. Durante estos ritos hay música generada con instrumentos de percusión, tocados en un ritmo rápido para acompañar al chamán mientras cae en éxtasis al danzar.
Mientras tanto, los chamanes que heredan tal título por lo regular carecen de poderes trascendentales y no es necesario que hayan sufrido algún dolor. Su rol se limita a la ejecución de rituales y durante ellos, el chamán no está obligado a entrar en trance ni a reverenciar a un espíritu en particular. Tampoco construyen o conservan altares. Durante los ritos utilizan música que incluye instrumentos de cuerdas y de viento, además de los de percusión, y el ritmo es más lento que el utilizado por los chamanes “poseídos”.
El muryeong (무령) es uno de los principales artefactos utilizado durante los rituales chamanísticos de Corea
En general los rituales se dividen en tres tipos según los espíritus a los que se dirigen: espíritus que cuidan una familia, espíritus tutelares de la comunidad y espíritus o deidades del universo. Con frecuencia los rituales se ejecutan para invocar la felicidad. Antiguamente éstos se realizaban sin diferencias sociales e incluían tanto a la realeza como a los habitantes de poblaciones remotas. Lo anterior se puede comprobar por los diferentes registros históricos que afirman que en la Dinastía Koryo existieron diez templos en los que se invocaba la paz y la prosperidad de la nación.
Otro tipo de rituales se dedica a curar enfermedades consideradas como resultado de la influencia de los espíritus, donde sólo los chamanes pueden invocar y pedir por su curación. De esta manera, en épocas en que las epidemias aquejaban a la población, las casas de los chamanes servían de refugio. Además, existen rituales dedicados a escoltar el espíritu de algún difunto en su jornada al cielo. En cuanto al estilo, los ritos coreanos también se clasifican en tres tipos; el más simple consiste en el reclamo de oraciones a la vez que se frotan las manos. Otro estilo es en el que el chamán es poseído por algún espíritu. Por último, están los ritos donde los chamanes entran en comunicación con los espíritus, pero en todo momento conservan entidades separadas. Desde el punto de vista del chamanismo, los seres humanos están formados por cuerpo y alma (a veces más de un alma). Cuando el cuerpo muere, el alma vive para siempre o renace. Asimismo, el chamanismo clasifica las almas, éstas existen en el mundo de los vivos y en el mundo de los muertos. Se considera que las almas de los muertos no tienen forma y son invisibles, pero son omnipotentes: flotan libremente sin barreras de tiempo y espacio.
Como tal, Corea es un país con características diferentes del chamanismo en comparación con otros países asiáticos. Aunque el número de chamanes se ha reducido considerablemente recientemente, la religión sigue siendo uno de los factores que forman las emociones del pueblo coreano. Entonces, si tiene la oportunidad de visitar Corea, puede echarles un vistazo.
eliasmolina@korea.kr
*Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.