Por la reportera honoraria de Korea.net, Dayviana Díaz de Cuba
22 de marzo de 2021
El 25 de marzo de 2021 se conmemoran 100 años de la llegada de los primeros coreanos a Cuba. Por aquel entonces, a principios del siglo XX, llegaron cerca de 300 inmigrantes por el puerto Manatí, Las Tunas, procedentes de Yucatán, México, en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. Para conocer cómo llegaron, por qué llegaron y qué ha sido de ellos salí tras las huellas de sus descendientes y esto fue lo que el Sr. Antonio Kim, Presidente de la Asociación Coreana en Cuba, accedió a contarme sobre su historia.
¿Cómo llegaron los emigrantes coreanos a Cuba, en qué año y en qué condiciones?
Los emigrantes, antes de llegar a Cuba, viajaron primero a México desde Incheon en febrero de 1905, con un total de 1033 coreanos. De ellos llegaron 1030 a Salinas Cruz, México, después de un viaje de 45 días. Emigraron a México a causa de una situación precaria en Corea por motivo de la ocupación japonesa y por la necesidad de trabajar como mano de obra barata en las plantaciones de henequén. Por aquellos tiempos el trabajo en el henequén era uno de los más difíciles y más mal pagado, tanto en México como en Cuba.
Después de 16 años, llegaron a Cuba. La historia de los primeros inmigrantes coreanos empieza cuando un empresario cubano fue en busca de mano de obra barata a México y contrató a 300 coreanos de los que residían allí. En ese grupo de coreanos vinieron mis abuelos y mi papá, que tenía en ese entonces 11 años. Entraron por el puerto Manatí, el 25 de marzo del año 1921 en el vapor Tamaulipas. A su llegada comenzaron a trabajar en las plantaciones de caña en las provincias orientales. Una parte del grupo se enteró que en la provincia de Matanzas había trabajo en las plantaciones de henequén y la mayoría se desplazó al occidente. Los coreanos traían la experiencia de trabajar en las plantaciones de henequén en México, por lo que emigraron a estos sitios en busca de trabajo y es por eso que la mayoría de los coreanos en Cuba es de esas localidades. En ese grupo estuvieron mis abuelos.
En Matanzas los trasladaron para una finca de henequén que se llamaba “El Bolo” y allí se asentó la comunidad más grande de coreanos en Cuba. Hoy en día solo queda un monumento en homenaje a los coreanos que allí se asentaron y que se logró con ayuda de la Iglesia Evangélica Presbiteriana Unida de Seattle que corrió con los gastos y que unos años más tarde costeó el monumento en Manatí por donde entraron los primeros coreanos.
¿Después de su llegada cómo se unificaron los coreanos en Cuba?
Antes de 1959 los coreanos de Matanzas y Cárdenas vivían muy unidos, y para esto, crearon la Asociación Nacional Coreana (ANC), con sede en cada una de estas ciudades, en noviembre de 1921 y en agosto del 1927, respectivamente. En el caso de La Habana vivían muy dispersos y no existía una relación así. En un principio en Cárdenas muchas familias de coreanos no se conocían entre sí y se confundían por las familias chinas. Mediante la ANC las familias empezaron a unificarse y a conocerse. También se crearon la Asociación de Mujeres Coreanas por Gudelia Kim y la Asociación de Jóvenes Coreanos, ambas con sede en la finca “El Bolo”.
¿Cuál fue el propósito de crear estas asociaciones en Cuba?
Estas asociaciones fueron fundadas con el objetivo de mantenernos unidos, mantener la cultura coreana, y por sobre todas las cosas, mantener vivas las tradiciones, como por ejemplo, la cocina coreana, ya que los coreanos han vivido siempre orgullosos de su comida. Otros de los objetivos fundamentales de la ANC fue preservar el idioma materno y proveer a las nuevas generaciones nacidas en la isla el acceso a la lengua de sus ancestros. En aquel tiempo muchos de los mayores, entre ellos destacándose Ernesto Lim, cual nombre en coreano es Lim Cheon Taek, comenzaron a dar clases de idioma coreano para las generaciones más jóvenes. Además se construían viviendas típicas coreanas y se adornaban las casas con Taegeukgi, la bandera nacional coreana. Grandes han sido los esfuerzos de generaciones de descendientes por preservar la cultura coreana en Cuba y no perder su identidad nacional.
¿Los coreanos en Cuba jugaron algún papel en la lucha por la independencia de Corea contra Japón?
Durante la guerra de Corea contra Japón, nuestros abuelos, a pesar de ganar poco dinero, donaban casi el 80% de su salario para enviar apoyo para la guerra de la madre patria. El gobierno de Corea del Sur posee una lista con los nombres de esas personas que aportaron a la lucha por la península. De entre esa lista, en Cuba se entregaron seis medallas a familias de patriotas de la guerra por haber contribuido con aquella ayuda económica y aún están bajo investigación 13 más. Dentro de ese grupo de condecoraciones está la familia de Lim Cheon Taek y la de mi abuelo Manuel Kim, cuyo nombre en coreano es Kim Se Won. También existen familiares que hoy viven en Corea gracias al gobierno que les ha dado derechos a los descendientes de estos patriotas que emigraron hacia allá y la posibilidad de obtener la ciudadanía. Aquí en Cuba reciben un estipendio dos familias y cuatro están en proceso para recibirlo.
Este proceso de apoyo a la liberación de la península fue liderado en Cuba por Lim Cheon-taek, la persona encargada de recolectar el dinero y enviarlo a Corea. Es por ello que fue el primero en Cuba en ser reconocido como patriota nacional y obtener una medalla pero su contribución fue de toda una gran comunidad que trabajó y se sacrificó por su madre patria.
¿Conoce de coreanos que se hayan destacado en la historia de Cuba?
El más destacado es Jerónimo Lim (Lim Eun-jo), hijo de Lim Cheon-taek, que fue líder estudiantil, perteneció al Partido Ortodoxo, combatiente de la clandestinidad en la capital en apoyo al movimiento revolucionario del 26 de Julio y que, posteriormente en la Revolución cubana, ocupó altos cargos en el gobierno. Además tenemos a Rosendo Kim de Jovellanos, un municipio de la provincia de Matanzas, quien fue también combatiente de la clandestinidad y dirigente del Gobierno en Matanzas. Están Adolfo Lim de Matanzas, quien también fue combatiente y mi primo Edilberto Lim Kim fue piloto en la guerra de Angola, en Etiopia y en distintos países africanos. Estas son las personas más destacadas que recuerde en nuestra historia. En mi caso estuve en los sucesos de Playa Girón, estudié en Rusia la carrera militar y estuve de servicio en la Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) durante 27 años.
¿Cuál es la perspectiva de los descendientes coreanos en la actualidad?
Jerónimo Lim, encabezando la ACN, empezó a realizar el censo de los coreanos a partir de los años 90. Así recorrió Manatí, Matanzas y Cárdenas levantando una lista de todos los coreanos conocidos hasta ese momento. Cuando murió en el año 2006, me convertí en Presidente de la Asociación y continúe con su labor de reunir a los coreanos en Cuba. Así encontramos asentamientos de familias coreanas en Camagüey y en Ciego de Ávila. En el caso de Holguín, Manatí y Marcané, todos los coreanos que existen son de apellido “Kim”. En Ciego de Ávila, Camagüey y más hacia el occidente existen otros apellidos.
En el caso de La Habana, la Asociación ha logrado traer maestros para dar clases de coreano a los descendientes y al público cubano en general. También hemos logrado un local para crear el Museo Club Martiano Cuba Corea que se inauguró el 15 de agosto del 2014, con la ayuda de Corea del Sur, para fomentar la cultura coreana en Cuba. Actualmente tenemos dos aulas de idioma coreano con dos maestras cubanas. También creamos dos aulas de idioma coreano en la Casa de Asia, otra en el municipio de Boyeros y dos escuelas de coreano en Cárdenas y en Camagüey. Además, en nuestro museo se dan clases de comida coreana una vez al mes y se celebran actividades tanto coreanas como cubanas. A partir del 2013 hemos logrado mandar a jóvenes descendientes de coreanos a Corea a estudiar cursos durante tres meses en especialidades como la comida coreana, peluquería y panadería, y en el mes de agosto, se mandan todos los años un grupo de jóvenes descendientes de coreanos en intercambio cultural entre Corea, México y Cuba, aunque ahora dichos cursos se han parado por la pandemia de COVID-19.
Además, trabajamos en darle ayuda económica a los mayores de 60 años, a los discapacitados, los damnificados de desastres naturales y a los enfermos, principalmente, los afectados por el COVID-19 al menos tres veces al año, con la ayuda recibida desde el exterior y las donaciones. Este año, incluso con la situación del COVID-19, se ha mantenido el apoyo a nuestra comunidad, aunque en menor medida, dadas las condiciones actuales. Mediante las redes sociales los líderes de cada provincia nos comunicamos para mantenernos al tanto de los problemas y las necesidades de la comunidad. Por el censo que tenemos actualmente las provincias con mayor población coreana son Cárdenas con 309, La Habana con 269, Matanzas 159 y Camagüey 150, además de otros cinco asentamientos para un total de ocho con 1.092 descendientes en total. De ellos 'coreanos puros' solo existen 19 en Matanzas, 15 en Cárdenas y en La Habana respectivamente, para un total de 49.
En el puerto de Manatí, por donde desembarcaron hace cien años, aquellos coreanos que buscaban un futuro mejor en Occidente, existe un obelisco cuya tarja dice: “Por este puerto de Manatí llegaron a Cuba 300 inmigrantes coreanos procedentes de México, el 25 de marzo de 1921, en el vapor Tamaulipas. Sus descendientes, integrados a la sociedad cubana, viven hoy en distintas provincias del país con el recuerdo imperecedero de sus raíces ancestrales”. A todos ellos le rendimos homenaje porque, aun siendo parte de la diáspora coreana por el mundo, en Cuba han sabido encontrar su lugar como parte de la nación cubana, multicultural en esencia, y han luchado por preservar y mantener vivas su cultura e identidad étnica a través del tiempo y las circunstancias.
Muchas gracias al Sr. Antonio Kim y al Museo Club Martiano Cuba Corea, a la Alianza de descendientes coreanos México Cuba y a la Señora Martha Lim Kim por su apoyo para la realización de este artículo.
eliasmolina@korea.kr
* Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.