Reporteros Honorarios

24.08.2022

Ver este artículo en otro idioma
  • 한국어
  • English
  • 日本語
  • 中文
  • العربية
  • Español
  • Français
  • Deutsch
  • Pусский
  • Tiếng Việt
  • Indonesian

Por la reportera honoraria Romina Marin de España

Corea del Sur no es un país tradicionalmente conocido por el café, debido a que fue introducido con posterioridad comparada a otras regiones. En el país, el café es un fenómeno moderno, el cual dispone de una cultura única y especial. Como dato, un coreano consume una media de 12,3 tazas de café a la semana y 2,3 kg per cápita al año. Asimismo, Corea representa el 6% del mercado del café en la región Asia-Pacífico, y en el país pueden encontrarse más de 83.000 cafeterías y, en el caso de la capital, Seúl, dispone de más de 18.000 cafeterías, siendo la ciudad con mayor concentración de establecimientos de la marca Starbucks en todo el mundo. Para comprender esta información, hay que tener presente la historia que hay detrás y la manera en la que fue incorporándose el café en la vida diaria de los coreanos.


La historia del origen del café en Corea se remonta en el transcurso del siglo XIX, cuando barcos de guerra extranjeros visitaban ocasionalmente las ciudades costeras de la península. Los funcionarios coreanos eran invitados a bordo para un recorrido o refrigerio y se les servía alcohol o café. De acuerdo con los registros, a mediados de la década de 1880, los invitados extranjeros que acudían al palacio real de Corea eran servidos con café y, desde entonces, el emperador Gojong (1852-1919) tuvo la ocasión de probarlo por primera vez. El emperador Gojong desarrolló un gusto excepcional por el café, por lo que construyó la que sería la primera cafetería de Corea en la sala Jeonggwangheon situada en el palacio Deoksugung. Además del emperador, miembros de la realeza, políticos, empresarios, artistas e intelectuales, también fueron cautivados por el café, convirtiéndose así en un símbolo de alto estatus que representaba la cultura occidental.


Pasteles y bebidas ofrecidas en una cafetería contemporánea | Unsplash

Pasteles y bebidas ofrecidas en una cafetería contemporánea | Unsplash


Cuando recién fue introducido el café en Corea, los coreanos no supieron cómo debía de beberse. Al tratarse de una bebida amarga, se servía en vasos pequeños y se tomaba como un licor fuerte. El café se ofrecía en un establecimiento llamado dabang, donde, además de café, también se servía té y otras bebidas no alcohólicas. El primer dabang se inauguró en el hotel Sontag, el primer hotel europeo instaurado en Seúl, regentado por una rusa-alemana llamada Antoinette Sontag, a pedido del emperador Gojong. Más adelante, se establecieron otros dabang alrededor de la capital, específicamente en los distritos de Myeongdong y de Jongno. Hasta el año 1950, estos lugares fueron centro de reuniones y de disfrute del arte coreano emergente dirigido a la alta sociedad, puesto que el café era un producto de importación, de un valor muy elevado para la gente común. Los dabang de aquella década fueron los primeros prototipos de las cafeterías posteriores y, para entonces, el café se servía caliente. Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, los dabang tradicionales fueron desapareciendo y se fueron formando los dabang con un concepto más comercial. Asimismo, durante la Guerra de Corea (1950-1953), los soldados estadounidenses trajeron consigo café instantáneo para los sobrevivientes.


Interior de una cafetería estética en la ciudad de Cheonan

Interior de una cafetería estética en la ciudad de Cheonan


A partir de la década de 1960, los dabang podían ser visitados por personas de cualquier clase social y se convirtieron en el núcleo de la cultura social de la época. Se popularizaron como lugar de reuniones de negocios, citas a ciegas para los estudiantes universitarios, foco de discusiones relativas al arte o zona de descanso para las personas de mediana edad. Con el paso del tiempo, se fueron incorporando máquinas expendedoras de café, así como nuevas cafeterías al estilo estadounidense, donde se vendía café a base de espresso. Por su parte, el café instantáneo utilizado era mezclado con agua caliente, leche en polvo y azúcar. En 1976, la empresa Dongsuh Foods había presentado la primera mezcla instantánea que contenía café en polvo, azúcar y crema en polvo en paquetes individuales. Se trataba de un producto revolucionario que había llegado a los hogares, oficinas y colegios del país. Igualmente, en esta década aparece el primer dabang temático con un pinchadiscos que recibía solicitudes de canciones por parte de los clientes. Paulatinamente, el café se fue transformando en una necesidad diaria para los coreanos y, a finales de la década, el 75% de la población consumía café instantáneo de forma regular, convirtiendo a Corea en el mayor consumidor de café instantáneo a nivel global.


Cafés y postre en un establecimiento de la cadena Starbucks | Pixabay

Cafés y postre en un establecimiento de la cadena Starbucks | Pixabay


Durante la década de 1980, comenzaron a aparecer en la capital las primeras cafeterías modernas y temáticas. En aquel entonces, existían cafeterías que molían el propio grano del café para proporcionar un café de mayor calidad. A medida que fue creciendo la economía del país, la población pudo disfrutar de nuevas experiencias tomando café en un ambiente agradable. No fue hasta la apertura de la primera cafetería de Starbucks en Corea, en 1999, cuando despegó la cultura del café a base de espresso para llevar. Las cafeterías pasaron a convertirse en una zona de estudio para los estudiantes, en un lugar para relajarse y pasar el rato o para sencillamente pedir café para llevar. Otras marcas de café extranjeras se fueron incorporando al mercado como Coffee Bean & Tea Leaf, así como marcas locales como Hollys Coffee, Tom N Toms, A Twosome Place y Ediya. El número de cafeterías fue exponencialmente en aumento, pasando, en la capital, de unas 800 en 2005, a unas 15.000 en 2019, y casi 18.000 en 2021. Si se toman en cuenta las cafeterías de todo el país, a datos actuales se contabilizan más de 83.000. 


Entrada de una cafetería oculta tras una máquina expendedora en Seúl | Unsplash

Entrada de una cafetería oculta tras una máquina expendedora en Seúl | Unsplash


En la actualidad, además de las cadenas de cafeterías, existen cafeterías locales, cafeterías estéticas, cafeterías en una casa tradicional coreana, cafeterías "de animales", cafeterías de algún personaje popular, cafeterías con vistas a la naturaleza, entre otros. La cultura del café en Corea fue creando nuevos espacios con la intención de que fuesen atractivos y únicos. El menú puede incorporar bebidas y postres característicos con presentaciones decorativas peculiares. Por otro lado, el café por preferencia de los coreanos es el americano frío. El precio medio por una taza de café oscila los 4.000 wones (alrededor de 3 dólares), pero puede ascender hasta 7.000 wones (un poco más de 5 dólares) aproximadamente, de acuerdo con la popularidad, el prestigio o la ubicación del establecimiento. Los precios son muy competitivos y las cafeterías buscan sobresalir ante el resto con el fin de atraer más clientes. No obstante, más allá de brindar únicamente café, las cafeterías pretenden que el consumidor pueda llevarse una agradable experiencia con el entorno del local.


kimhyelin211@korea.kr

* Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea