Reporteros Honorarios

24.10.2022

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Por la reportera honoraria Verónica Soledad del Valle de Argentina
Fotografías: Jiye Kim

El estilo sumukhwa (수묵화) es una pintura con lavado de tinta tradicional coreana que llegó a su pináculo durante la dinastía Chosǒn (también escrita Joseon). Entre sus temas tradicionales de preferencia naturalista, se destacan las cuatro "plantas nobles" que simbolizaban los valores confucianos, al mismo tiempo que sugerían el paso del tiempo. El bambú (que se dobla sin romperse) simboliza lealtad y fidelidad; el ciruelo, que florece antes de que se derrita la nieve y señala la llegada de la primavera; la orquídea, que evoca la belleza frágil y delicada en el verano; y, finalmente, los crisantemos, que florecen a finales del otoño.

La caligrafía coreana, también conocida como seoye (서예), se caracteriza por la simplicidad, la belleza y la conexión entre el cuerpo y la mente. Tradicionalmente involucró mayormente hanja (ideogramas chinos), pero actualmente muchos calígrafos están experimentando con nuevos estilos de hangul (el alfabeto coreano).

El profesor Park Seung Kil es un gran artista de pintura oriental y calígrafo coreano, que a lo largo de 29 años ha formado generaciones de alumnos coreanos y argentinos. En esta entrevista que muy gentilmente aceptó para Korea.net, con la asistencia de su talentosa discípula Jiye Kim, nos cuenta un poco de su historia.

El profesor Park Seung Kil es un gran artista de pintura oriental y calígrafo coreano, que a lo largo de 29 años ha formado generaciones de alumnos coreanos y argentinos.

El profesor Park Seung Kil es un gran artista de pintura oriental y calígrafo coreano, que a lo largo de 29 años ha formado generaciones de alumnos coreanos y argentinos.


Korea.net: ¿Cuándo llegó a la Argentina y por qué decidió emigrar a este país?

Profesor Park: Llegamos a Argentina, con mis padres, en agosto de 1971. En 1950 habíamos dejado Corea del Norte para refugiarnos en Corea del Sur. En 1968 teníamos la sensación de que otra guerra se aproximaba en Corea, dadas las acciones del militante comunista Kim Shin Jo. Por eso, si en ese momento se declaraba una guerra, sufriríamos represalias de parte de Corea del Norte por habernos marchado. Justo en ese momento de incertidumbre, nos enteramos de que habían abierto las puertas de Argentina para recibir inmigrantes.

¿Volvió en algún momento a Corea del Sur? De ser así, ¿cómo vio al país?

Sí, en varias oportunidades. La primera vez fue en 1991, unos 20 años después de haber emigrado a la Argentina. En esos tiempos Corea del Sur estaba atravesando por un período de desarrollo arrollador. Por eso, a pesar de que era mi patria, todo me resultaba ajeno, un país extranjero en el cual hablaban mi idioma. Luego regresé en dos oportunidades, siendo el presidente de la Asociación de Pintura Coreana en la Argentina y organizando la exposición "Pintura Argentina Contemporánea". Así, en 1995, 13 artistas viajamos a Corea del Sur para un intercambio cultural artístico entre los dos países. Y al año siguiente, en 1996, volvimos a Seúl a celebrar la exposición. Siendo un ciudadano argentino, participé como parte de la exposición con mis obras de pintura occidental y al óleo junto con los artistas argentinos.

Nos gustaría conocer acerca de su relación con la pintura. ¿Cuándo y cómo comenzó su camino en el arte?

Comencé a pintar cuando estaba en la escuela primaria. Más tarde, en 1993, cuando nos establecimos definitivamente en Argentina, abrí mi taller de pintura.

¿Cuál es su técnica de pintura preferida y qué la caracteriza?

Por supuesto que mi técnica favorita es la de sumukhwa, que es la técnica de pintura tradicional coreana, donde se usa la tinta en barra, pincel y papel de arroz.

Entre sus maravillosas obras, varias reproducen las cataratas del Iguazú. ¿Qué lo llevó a querer inmortalizar ese paisaje sudamericano?

El día que fui como turista a las cataratas del Iguazú, quedé maravillado por el paisaje majestuoso de las cascadas. Por eso empecé a pintarlas. En esas imágenes, pude observar que su composición era perfecta para usar la técnica tradicional coreana de paisajes.



El profesor Park dijo que el día que fue como turista a las cataratas del Iguazú, quedó maravillado por el paisaje majestuoso de las cascadas. Por eso empezó a pintarlas.

El profesor Park dijo que el día que fue como turista a las cataratas del Iguazú, quedó maravillado por el paisaje majestuoso de las cascadas. Por eso empezó a pintarlas. 


¿Qué representa para usted la caligrafía coreana? ¿Qué características e importancia podría decir que tiene?

La caligrafía coreana tradicional, seoye, también es  llamada seodo, que significa "camino de la escritura". En ese camino se entrena la personalidad del aprendiz, que comprende desde una postura física correcta hasta la concentración mental.

¿Qué lo llevó al camino de la enseñanza de la pintura y caligrafía? Entre sus alumnos, hay también argentinos? De ser así, ¿por qué cree que se acercan a la pintura y caligrafía coreanas?

Cuando comencé con el taller, tenía como objetivo difundir la pintura coreana en la Argentina. Actualmente tengo más alumnos argentinos que coreanos. Hay distintas razones por las cuales se acercan para aprender estas artes, pero generalmente es porque les interesa la cultura asiática y la filosofía oriental. Y luego ocurre que Corea del Sur apuesta a la exportación de su cultura en todo el mundo a través de la ola coreana, o hallyu.

kimhyelin211@korea.kr

* Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.