Póster oficial del drama surcoreano 'Aterrizaje de emergencia en tu corazón' | tvN
Los contenidos audiovisuales articulan imaginarios sociales, ponen de manifiesto problemáticas históricas y complejizan vivencias contemporáneas. Bajo esta premisa, desde el campo de la comunicación podemos entender cómo un drama coreano materializa ciertos aspectos de la sociedad, es decir, cómo construye “lo real”. Es mediante la caracterización de personajes, ambientes, textos y locaciones que enmarcan, recortan y moldean experiencias en diálogo con las audiencias.
Descubrí "Aterrizaje de emergencia en tu corazón" en las primeras semanas del aislamiento obligatorio producto de la pandemia. De un día para el otro, nos quedamos sin abrazos ni charlas de café. Ahí estaba Netflix, listo para ofrecernos toda la contención que necesitábamos en momentos de gran incertidumbre. Una tarde vi el afiche de este drama. Le di "reproducir" y sin pensarlo abrí la puerta a un universo nuevo para mí, pero con toda una historia detrás.
La serie se enmarca dentro de lo que entendemos como hallyu (ola coreana), un fenómeno que refiere a la expansión de productos audiovisuales y musicales de origen coreano. El drama coreano se constituye de 16 capítulos, de los cuales nueve están ambientados principalmente en Corea del Norte, mientras que los siete restantes ocurren en el Sur. El argumento trata las peripecias de una empresaria chaebol surcoreana (Yoon Se-ri) que, durante una práctica de parapente, es alcanzada por una tormenta y cae accidentalmente en Corea del Norte. Allí es interceptada por un oficial de las Fuerzas Especiales (el capitán Ri) que la oculta en su vivienda, y con el tiempo comienza entre ellos una historia de amor.
Como comunicadora que soy, fue inevitable mirar la serie surcoreana con los anteojos de una analista. ¿Qué me están contando? ¿Cómo me lo están contando? ¿Qué elementos quieren destacar y desde dónde realizan este encuadre? Así es como pude identificar tres conceptos clave sobre los que pivota la caracterización de Corea del Sur desde un producto audiovisual surcoreano. Estas ideas son tecnologización -una Seúl moderna hipertecnologizada-, securitización -un aparato de seguridad e inteligencia integrado a este ecosistema tecnológico- y consumo -una trama social marcada por el consumo y organizada bajo la lógica chaebol-. Vamos a explorarlas con más detalle.
Tecnologización
Las primeras imágenes nos muestran una ciudad vibrante, con movimiento, autos novísimos, pantallas gigantes en la vía pública con anuncios publicitarios y noticias, rascacielos y edificios de arquitectura moderna, vidriados. El tejido urbano es el de una Corea del Sur, más precisamente Seúl, desarrollada y pujante.
A lo largo del drama, hay un uso extendido del teléfono celular por parte de los surcoreanos: filman videos, envían mensajes, visitan redes sociales, activan notificaciones, utilizan la geolocalización. El teléfono inteligente forma parte de la vida cotidiana de las personas. Según un escrito de la Academia de Estudios Coreanos, puiblicado en 2013, fue a principios de los años 90 que la tecnología de la información comenzó a ser considerada vital para el futuro de la sociedad coreana. A partir de entonces, el Gobierno central ha patrocinado en gran medida los negocios y la industria IT.
A su vez, se exhiben los cibercafés como espacios para el esparcimiento de jóvenes adultos a través de los juegos en línea y la interacción social a través de la tecnología. “El cibercafé es la gran fuente de información de Corea del Sur”, advierte uno de los soldados del Norte durante su travesía en Seúl. En esta línea, también hay indicios del uso de inteligencia artificial en los hogares, con luces que se encienden al hacer palmas. Las pantallas y plataformas están a la orden del día.
Securitización
Ligado al paradigma tecnológico, aparece el segundo de los ejes, que es el de la securitización. Hay una conexión clara entre ambas categorías, ya que el mandato de la seguridad -hablamos de seguridad en sentido amplio debido a que no solo alcanza a la protección de las personas y de los bienes, sino también a la garantización de la seguridad nacional- se ve facilitado mediante los dispositivos tecnológicos. En este sentido, los circuitos de videovigilancia constituyen la piedra angular del sistema. La serie muestra la existencia de cámaras en las calles, en las empresas, en los centros comerciales, en las playas y en los autos. “El Sur es un lugar aterrador. Hay cámaras de seguridad, por doquier, en autos y celulares. Y la Internet más rápida del mundo. Si alguna capta tu cara, en media hora llegará a todo el mundo”. Lo llamativo es que la frase la dice Yoon Se-ri, la empresaria surcoreana, asumiendo de manera fehaciente rasgos velados de su propia sociedad.
A su vez, este modelo de control digital es complementado por un comando de inteligencia que aparenta ser, si se quiere, más impoluto que el de su contraparte, pero no por eso menos rígido. A diferencia de Corea del Norte, los oficiales de Seguridad no visten uniformes militares, sino trajes. No usan camiones camuflados sino camionetas negras. De perfil más profesionalizado, ya no hay venias y gestos amenazantes, sino sobriedad y buen trato. También cuentan con armamento de última generación. La Oficina de Inteligencia es un edificio moderno, amplio, con dispositivos, pantallas y computadoras, una sala de interrogatorios luminosa y sin elementos de tortura a la vista. Los detenidos visten ropa nueva, reciben alimentación variada y son revisados clínicamente. En el capítulo 15, uno de los soldados detenidos dice sobre el mencionado sitio: “Oí hablar de ese lugar en el Norte. Te sacan las uñas y no te dan un grano de arroz”. La siguiente escena muestra platos de comida y un diálogo amable con los oficiales de inteligencia mostrando los evidentes contrastes.
Consumo
Finalmente, encontramos un tercer pilar basado en el consumo como estructurante de un mandato social ligado al éxito. La protagonista, que se asume como chaebol, menciona en reiteradas ocasiones sus hábitos de dispendio elevados, los restaurantes de la Guía Michelin a los que concurre, los vinos de alta gama y los alimentos importados que consume. También hace alusión a las tendencias en la indumentaria en Corea del Sur como el “Newtro” y los últimos desarrollos en cosmética y cuidado de la piel. Hay dos líneas de diálogo que ligan estas huellas con la búsqueda de la superación constante y que, en última instancia, se relacionan con el máximo rendimiento personal y profesional como objetivo final: “Joven y rica. Tengo que ser esas dos cosas”, “Hay que comer y dormir bien para estar saludable. Y hay que estar saludable para poder vencer a los demás. Ahora que lo pienso, eso es más productivo”. Ambas frases pertenecen a Yoon Se-ri.
Asimismo, se edifica una gestión del consumo como aspiracional surcoreano que se evidencia en estos textos: “Es hora de convertirte en surcoreano”, le dice Se-ri al capitán Ri una vez arribado a Seúl, con el propósito de cambiarle la apariencia. Y las siguientes escenas muestran un raid por varios locales de un centro comercial y la compra significativa de indumentaria. “Nunca nos vestimos bien, pero cuando lo hacemos parecemos gente de Seúl”, afirma en otra ocasión el soldado norcoreano Pyo Chi-su.
Por otra parte, el drama coreano explora la cultura pop local y las actividades de ocio habituales en Corea del Sur: comer afuera, ir al cine, comprar ropa, ver deportes entre amigos, ver espectáculos callejeros, pasear en familia durante la Nochebuena, expresar cariño mediante el gesto del corazón con los dedos, la cita durante la primera nevada, entre otros. De esta manera, se vuelve sobre los patrones fundacionales del hallyu que hacen a la industria cultural local y global. La serie coreana es entonces producto y productor dentro del engranaje de intercambios discursivos y se asume a sí misma como tal.
Para culminar, haremos referencia a la lógica chaebol en la que se circunscribe esta dinámica de consumo. Cumings define chaebol como “un grupo de compañías de propiedad y gerenciamiento familiar, que ejerce un control monopólico u oligopólico en líneas de productos o industrias”. En este mecanismo, la cuestión familiar es central porque allí se dirimen los conflictos por la conducción de las empresas, la cantidad de acciones y quizás el punto más importante: la sucesión. La problemática por quién sucederá en la pirámide de la firma se encuentra presente en drama coreano. De hecho, el padre, líder del conglomerado “Grupo Queens” dice: “El hombre rico tiene herederos, no hijos”, cristalizando esta gama de conflictos internos.
Diálogos a distancia
A lo largo de este artículo, hemos podido advertir cómo se configuran los imaginarios de Corea del Sur desde el drama "Aterrizaje de emergencia en tu corazón". Los tres paradigmas enumerados -tecnologización, securitización, consumo- materializan imaginarios en un contexto social, político, económico, cultural y, sobre todo, histórico. Las audiencias dialogan con esos tópicos, dan forma a las experiencias e integran de forma activa el intercambio discursivo. Allí, mediante esos chispazos de sentido, le ponemos el cuerpo a una relación afectiva a casi 20.000 kilómetros de distancia. Bienvenida sea la comunicación.
kimhyelin211@korea.kr
* Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.