Por la reportera honoraria Merit Mendoza de México
Fotografías: Centro Cultural Coreano en España


Entre recuerdos y personas, la vida poco a poco avanza sin que nos demos cuenta. La rutina que cada día imponemos como realidad, consume todo a su paso, incluso el valor de la empatía. Pero, ahí es cuando llega algo o alguien que nos hace recordar quiénes somos y cuál es nuestro propósito en la vida.

Esto es lo que ocurre en la novela ''La asombrosa tienda de la señora Yeom", del escritor coreano Kim Ho-Yeon, que se ha consolidado como uno de los autores más representativos de la literatura coreana en la actualidad. Conformada por ocho capítulos, esta obra nos muestra que a pesar de las adversidades, todos tenemos la capacidad de recuperarnos y de no perder nuestra esencia.

De acuerdo con la página web de la editorial de la versión en español, Duomo Ediciones, el ejemplar ha sido catalogado como best seller, ya que vendió más de un millón de copias desde su lanzamiento en 2023, tanto dentro como fuera de Corea.

En una entrevista para el portal español Metrópoli, Kim mencionó que el objetivo principal de su obra es mostrar a las nuevas generaciones el gran peso que conlleva brindar nuevas oportunidades a las personas y cómo se pueden aprovechar en los diferentes ámbitos de la vida. En propias palabras: "Lo que deseaba reflejar en la novela es la importancia de la bondad, de cómo una persona adulta sabe tratar a un joven que necesita una segunda oportunidad".

En este libro se relata la historia de Yeom, la dueña de una tienda 24 horas, quien le brinda apoyo emocional a Dokgo, un indigente que ha perdido todo, incluso la memoria.

El encuentro entre ambos sucede gracias a que Dokgo encuentra y resguarda la cartera que la señora Yeom había extraviado en la Estación de Seúl. La forma en la que Dokgo defiende el monedero como si fuera suyo ante un grupo de maleantes, crea una atmósfera de confianza inmediata entre ambos.

Gracias a este gesto, Yeom lo invita a su tienda para que coma y beba algo, pues también se puede notar que lleva varios días sin comer. Entre los estantes propios de un lugar que ofrece todo tipo de productos básicos, una inesperada oferta laboral llega a Dokgo, quien acepta y a partir de ese momento su vida cambiaría totalmente.

Cada cliente que visita el local, deja en nuestro personaje principal una enseñanza, algo para aprender y continuar. Paradójica y personalmente hablando, el paso de Dokgo por la tienda, se traduciría como el espacio que cada persona ocupa en nuestra vida. Algunas van de paso porque solamente buscaban un consejo en específico, otras se quedan unos cuantos minutos más para hablar de cualquier tema. Sin embargo, todas y cada una de ellas tienen algo en común: los recuerdos y la enseñanza que dejan en nuestro corazón.

Con el paso del tiempo, la señora Yeom y Dokgo refuerzan su amistad, pero hay algo que impide continuar con aquello que apenas se formaba, debido a que Dokgo no recuerda nada de su pasado. No sabe quién era antes de ver pasar las horas en la Estación de Seúl. ¿Tendría familia? ¿Alguna profesión? ¿Cómo era antes de formar parte de los empleados del lugar?

Todas estas preguntas inundaban a Yeom, quien no se imaginaba que, poco a poco su ayuda se convertiría en la semilla para generarle una segunda oportunidad a Dokgo.


En lo personal, esta obra refleja valores más allá de la empatía, porque resalta la importancia de ser solidarios y humanitarios. Haciéndonos reflexionar que cada vida es un mundo, y cada mundo lleva consigo problemas y circunstancias que, en primera instancia, desconocemos. Esto deriva en un respeto hacia cada persona con la que nos cruzamos, pues no sabemos lo que está viviendo en ese momento.

Las páginas avanzan, así como el crecimiento personal de Dokgo. Él se siente en deuda por la ayuda que recibió, así que lo refleja en buenas acciones hacia los demás. Hechos que colaboran para rememorar su pasado, que no define para nada la persona que es al terminar el libro y que, gracias a la señora Yeom, pudo redireccionar su camino con pequeñas acciones que construyen un gran futuro.

Aunque la tienda no tiene nada mágico o sobrenatural, entre sus paredes conserva algo que vale más que cualquier dote de otro mundo: el creer en las segundas oportunidades. Todos hemos cometido errores en nuestro pasado; sin embargo, eso no define la persona que somos actualmente. Cada día crecemos, aprendemos y luchamos por no regresar a lo que un día nos definió, como ocurrió con Dokgo, quien gracias a la ayuda de Yeom, pudo redireccionar su vida.

"La asombrosa tienda de la señora Yeom" forma parte de la cultura coreana que cada día nos sorprende, aquella que, con cada aprendizaje, fomenta el crecimiento personal y la búsqueda del ser uno mismo siempre.

shong9412@korea.kr

*Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.