Por la reportera honoraria Laura López Velázquez de México
En noviembre del año pasado durante el 2023 KOCIS Invitation Tour, los ganadores del concurso Talk Talk Korea, los mejores K-influencers y los mejores reporteros honorarios de Korea.net, tuvimos la oportunidad de vivir la experiencia de una estancia de dos días y una noche en un templo budista, el templo Bulguksa, localizado en la ciudad de Gyeongju, provincia de Gyeongsangbuk-do.
La estadía en el templo consiste en un programa de experiencia cultural que permite enriquecer nuestra comprensión sobre el budismo coreano y, asimismo, tener un acercamiento a la cultura tradicional coreana y sus bienes culturales. Dado que el templo Bulguksa es un sitio designado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, todas las actividades las realizamos dentro del área que comprende el templo, a excepción de dormir, para lo que nos hospedamos en la Casa de Estancia del templo Bulguksa, que se encuentra ubicada a solo cinco minutos en coche.
Nuestro arribo a la Casa de Estancia
Para llegar a Gyeongju, nos fuimos en autobús desde Seúl, lo cual tomó aproximadamente 4 horas de viaje. Posteriormente, subieron nuestro equipaje a las furgonetas y nosotros nos fuimos caminando desde la carretera principal, la cual estaba a 10 minutos a pie. La caminata nos permitió conocer los alrededores de donde nos hospedaríamos.
Llegamos alrededor de las 3:00 p.m. a la casa de estancia del templo, nos dieron la bienvenida y nos organizamos en pequeños grupos dependiendo de la capacidad de las habitaciones. Luego dejamos nuestro equipaje y nos pusimos el uniforme que nos proporcionaron (chaleco y pantalón). Posteriormente, nuestra guía nos platicó las actividades que haríamos y nos explicó la etiqueta en el templo, así como la manera adecuada de hacer una postración.
Nuestra guía nos explica la etiqueta en el templo en la Casa de Estancia del templo Bulguksa. | KOCIS
Caminata dentro del templo Bulguksa
Una vez que aprendimos lo esencial para guardar respeto dentro del templo, nos dirigimos hacia el mismo en coche. Al comenzar, los guías nos explicaron que debíamos caminar ordenadamente, con una postura erguida y haciendo la posición principal en el templo, “Cha-su”, es decir, colocar la mano derecha sobre la izquierda con el pulgar derecho colocado debajo del izquierdo y, posicionarlas al pecho. También nos explicaron que, al caminar, debíamos poner el talón primero y hacerlo de manera cuidadosa.
Entendiendo la posición adecuada de nuestro cuerpo, dimos un recorrido por los alrededores del templo y, dado que, está situado en un hermoso entorno natural, era un regalo poder admirar el paisaje natural, escuchar el sonido de las aves y respirar el aire fresco. De igual manera, los guías nos enseñaron acerca de los patrimonios culturales de Bulguksa.
Las fotos muestran algunos de los sitios que pudimos observar durante la caminata en el templo Bulguksa. De izquierda a derecha en el sentido de las manecillas del reloj: Puerta Jahamun que conduce al salón Daeungjeon, linternas tradicionales coreanas ubicadas frente al salón Daeungjeon, puente Banyagyo y caminata en grupo por los alrededores del templo | KOCIS y Laura López Velázquez
Mientras caminábamos, el sol se ocultó y, en nuestro andar, nos detuvimos un momento para escuchar uno de los cuatro instrumentos del dharma, la gran campana del templo Jonggak. El sonido fue intenso, profundo y a la vez calmante. Además, aprendimos que, el tocar este instrumento simboliza la oración por la paz de todas las formas de vida.
Un monje budista toca la gran campana Jonggak, ubicada en el pabellón de la campana dentro del templo Bulguksa. | KOCIS
Para finalizar la caminata nos posicionamos enfrente del salón Daeungjeon y colocamos las palmas de las manos juntas frente al pecho, lo cual tiene dos significados: “centrar la mente” y “tú y yo no somos dos seres separados, sino uno”. Después, caminamos varias veces alrededor de la Pagoda de Piedra de Tres Pisos llamada “Seokgatap”, el Tesoro Nacional No. 21.
La comida del templo
Todo el proceso que conlleva cultivar, cocinar y comer los alimentos es una extensión de la práctica budista, por eso, pudimos degustar uno de los platillos que normalmente consumen los monjes budistas, el
bibimbap. Dentro del templo, existe un comedor muy amplio y ahí, experimentamos el servir nuestros alimentos y comer conscientemente.
Meditación y práctica de las 108 postraciones
Al día siguiente, nos despertamos a las 5:00 a.m. para dirigirnos nuevamente hacia el templo. La práctica la realizamos dentro del salón Museoljeon, donde conocimos a un monje budista, quien nos estuvo guiando y acompañando durante la práctica.
Los participantes escuchan las indicaciones de la práctica de las 108 postraciones, realizada dentro del salón Museoljeon del templo Bulguksa. | KOCIS
Para empezar, cada persona tomó un cojín con una pequeña manta para poder apoyar la cabeza. Igualmente, cada uno tenía asignado una pequeña canasta que estaba colocada al frente, la cual contenía una cuerda y 108 cuentas de madera.
Tuvimos un breve calentamiento haciendo posiciones de yoga y, después, dimos inicio a la meditación durante unos minutos. Con ello, aprendimos el significado de cerrar nuestros ojos para encontrar nuestro verdadero yo interior y así, tener un estado de ánimo más positivo, ya que en ocasiones nuestro estilo de vida no nos lo permite.
La parte más desafiante fue la práctica de las 108 postraciones. Iniciamos estando de pie, luego doblamos nuestras rodillas y apoyamos los antebrazos y la frente en el cojín, colocando las palmas de las manos hacia arriba a la altura de nuestras orejas. Como parte de la experiencia, al hacer una postración, dejábamos ir nuestras impurezas y, a la vez, reflexionábamos sobre nuestra vida. Además, teníamos que colocar una cuenta en la cuerda como símbolo de humildad y renovación. De esta manera, esta práctica nos ayudó a calmar la mente y el cuerpo.
Las fotos muestran el proceso de la práctica de las 108 postraciones realizada adentro del salón Museoljeon del templo Bulguksa. | KOCIS
Desde mi perspectiva, realizar todas las actividades fue un desafío personal que ponía en práctica tu paciencia y, al mismo tiempo, calmaba nuestra mente, porque usualmente vivimos en un entorno que en la mayoría del tiempo no permite la introspección. Finalmente, puedo decir que fue una experiencia única que me permitió conocer y acercarme a la esencia real de las tradiciones coreanas budistas, algo que solo se puede vivir en Corea.
kimhyelin211@korea.kr
* Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.