Reporteros Honorarios

29.02.2024

Ver este artículo en otro idioma
  • 한국어
  • English
  • 日本語
  • 中文
  • العربية
  • Español
  • Français
  • Deutsch
  • Pусский
  • Tiếng Việt
  • Indonesian
Por la reportera honoraria Ilse Díaz de México


Bestias de una pequeña tierra (2022) de Juhea Kim | Ilse Díaz

Bestias de una pequeña tierra (2022) de Juhea Kim | Ilse Díaz



La historia de un mismo acontecimiento se puede contar de cientos de maneras diferentes, dependiendo de quién la esté contando, cuándo la esté contando y las razones que tenga para hacerlo. Muchos saben que gran parte del siglo XX fue un periodo turbulento para Corea, empezando con la lucha por la independencia, continuando con la Guerra de Corea, y terminando con los esfuerzos que se realizaron para convertir al país en una verdadera nación independiente.

Hay libros de historia, documentales e incluso películas que narran lo ocurrido en dicha época. Hace poco, visitando una librería, me encontré con una novela que también busca contar esa historia: Bestias de una pequeña tierra (2022) de Juhea Kim. Un título particular que solo se logra entender una vez que se ha leído el libro.

Kim nació en Incheon en 1987 y a los nueve años se mudó a Oregón, Estados Unidos. Allí estudió arte y arqueología, y en 2021 debutó como escritora, precisamente con su novela Bestias de una pequeña tierra, con la que fue finalista del Premio Literario de la Paz de Dayton en 2022.

En este libro, Kim narra la situación social, política y económica de Corea desde 1918 hasta 1964, llenándola de vida con personajes ficticios, cuyos pensamientos, emociones y luchas bien pudieron haber existido realmente. Al abarcar un periodo de tiempo tan amplio, la novela no solo hace un recorrido por el desarrollo de los personajes, sino también por el del país, comenzando con una nación sometida y sumida en la pobreza durante la ocupación japonesa, a una nación independiente que buscaba abrirse paso mediante el desarrollo de sus propias industrias, como la automovilística. 

La fotografía de la izquierda, tomada durante la ocupación japonesa en Corea, muestra a un niño jugando en un palacio. La fotografía de la derecha, tomada en 1962, muestra al Presidente Park Chung-hee asistiendo a la ceremonia de finalización de la fábrica de automóviles Saenara | Wikimedia Commons y Archivos Nacionales de Corea

La fotografía de la izquierda, tomada durante la ocupación japonesa de Corea, muestra a un niño jugando en un palacio. La fotografía de la derecha, tomada en 1962, muestra al presidente Park Chung-hee asistiendo a la ceremonia de finalización de la fábrica de automóviles Saenara | Wikimedia Commons y Archivos Nacionales de Corea


El título y la portada del libro, con la imagen característica de un tigre, el cual podemos encontrar en muchas pinturas y relatos del folclore coreano, son elementos que en conjunto contribuyen a llamar la atención fácilmente. En su portada, además, se describe al libro como "Una historia épica de amor, guerra y redención. El relato de un amor imposible en la Corea de principios del siglo XX". Después de haberla leído me parece que es mucho más que eso. Es una historia que realmente te hace sentir lo que los coreanos de esa época seguramente sintieron durante la ocupación. Además, más allá de hablar únicamente del amor de pareja, habla también del amor de familia, del amor de amigos y del amor a la nación y a la libertad.

Si se pudiera describir en una palabra la esencia de lo que el libro busca transmitir, diría que esa palabra es inyeon. Recientemente, dicho término se popularizó en Occidente gracias a la película Vidas Pasadas (2023), en la cual se explica que el inyeon es un vínculo muy profundo entre dos personas, el cual va más allá de la vida actual. Como lo explica el Instituto Económico Coreano de América (KEI, por sus siglas en inglés), el inyeon se puede traducir como "vínculo" o "relación", pero eso en realidad no cubre la fuerza de la conexión. Además, a menudo conlleva una connotación de fatalidad, ya que el vínculo estaba de alguna manera predestinado. 

Sin embargo, y dado que el término ya era conocido en Asia, es lógico encontrarlo en otros lugares. Ese fue el caso de la novela de Kim, donde el inyeon es mencionado en diversas ocasiones, convirtiéndose en el concepto que resumir adecuadamente la historia, ya que las conexiones entre los personajes logran darle un rostro y un sentido más claro al término.


La primera vez que se hace mención del inyeon en el libro es cuando Plata, uno de los personajes, habla sobre su hija y dice: "Entre Loto y yo, el inyeon es profundo y va más allá de esta vida"; lo que nos muestra que si bien el término es comúnmente asociado con las parejas, también se extiende a las relaciones familiares. Además, Plata también menciona que si algo no está destinado a ser, no sucederá. No importa cuánto se quiera, hay ocasiones en las que las personas que uno ama se convierten en desconocidos en un abrir y cerrar de ojos. En el caso contrario, hay personas que permanecen con uno contra toda probabilidad.

Otra de las menciones del inyeon la hace Jung Ho, uno de los personajes principales, durante una conversación con Jade, la protagonista, en la cual le dice que "En esta vida todo es inyeon... incluso cuando te quitas el polvo del dobladillo del abrigo en la calle".

Ciertamente, haber leído esta novela antes de ver la película Vidas Pasadas, me permitió comprender mejor los sentimientos de los protagonistas y a lo que se referían cuando hablaban del inyeon. Tanto la película como la novela de Kim, dan a entender que llegará un momento en el que será lo suficientemente fuerte como para permitir compartir toda una vida con aquella persona especial.

Kim también hace mención de numerosos elementos de la cultura coreana, algunos conocidos y otros no tanto, logrando acercarte más a ella. Algunos ejemplos de esto son los anillos garakji, el accesorio para el cabello conocido como binyeo, e incluso habla de las haenyeo, las mujeres buceadoras de la isla de Jeju.

shong9412@korea.kr

*Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.