Reporteros Honorarios

28.07.2025

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Por la reportera honoraria María Carmen Sánchez de España
Fotografías: Jang Min Vergara

La influencia de Corea en España es un fenómeno que se manifiesta en ámbitos muy variados, pasando desde la cultura popular, a la gastronomía, el idioma, la moda, la belleza y las artes. Esta influencia se ha visto incrementada en los últimos años gracias a la globalización, el auge del K-pop, los dramas coreanos y la presencia de una creciente comunidad coreana, tanto residentes como turistas, pero hubo un tiempo en el que no fue así.

Me gustaría presentarles a una persona muy especial, ejemplo vivo de cómo la diversidad cultural puede ser una fuerza poderosa. Nacido y criado en España, con raíces en Corea, Jang Min ha logrado combinar lo mejor de ambas culturas, creando un puente de entendimiento y conexión entre ambos países. Su perspectiva y habilidad para apreciar y respetar las diferencias culturales lo convierten en un “icono” en el ámbito de la interculturalidad. En el marco de un evento organizado por un amigo en común, tuve la oportunidad de conversar con el Sr. Min, a quien propuse realizarle una entrevista para HR. Su respuesta fue favorable desde el primer momento, mostrando una gran disposición para colaborar.

¿Quién es Min Jang Vergara?

Mi nombre es Min Jang Vergara. Como reflejan mis apellidos, conservo tanto el apellido coreano de mi padre como el español de mi madre. Nací en Elche, una pequeña ciudad de España, en 1991. Crecer en un entorno con tan poca diversidad cultural no fue fácil. En aquella época, ser diferente —ya sea por los rasgos, el idioma o la educación recibida en casa— generaba una sensación constante de desubicación.

Desde muy pequeño, viví la dualidad de dos culturas que, aunque maravillosas, son radicalmente distintas. Por un lado, el calor y la expresividad española; por el otro, la exigencia, el respeto y la contención emocional propias de la cultura coreana. Esto me generó confusión, pero también me ofreció una riqueza invaluable: hoy me siento profundamente agradecido de haber crecido entre ambas culturas que tanto amo.

Fotografía de los padres de los padres de Jang Min en su casa de España

Fotografía de los padres de los padres de Jang Min en su casa de España



¿Es difícil venir de una familia multirracial?

Sí, especialmente en un contexto como el de la España de los 90, donde la diversidad aún estaba en una fase muy inicial. Adaptarme a ambas culturas fue un proceso largo. Recibía una educación muy exigente por parte de mi padre, basada en valores coreanos como la responsabilidad, la disciplina y el respeto. Mientras tanto, mis amigos y compañeros crecían bajo normas más flexibles y afectuosas. Me costaba entender por qué yo tenía límites diferentes, por qué a mí no se me permitían las mismas cosas, y por qué las muestras de cariño de mi padre eran tan distintas a las que veía en otras familias.

¿Sus vecinos y compañeros sabían identificar su procedencia?

No, y eso lo hacía aún más difícil. En mi colegio, con más de mil alumnos, yo era prácticamente el único con rasgos asiáticos. En esa época, la mayoría de los referentes sobre Asia que se tenían en España eran chinos, así que muchas veces me llamaban así sin siquiera preguntarme. La falta de referentes culturales coreanos aumentaba la sensación de no pertenencia.

¿Cómo fue su infancia? ¿Le marcó el acoso escolar por ser multirracial y por su físico? 


Mi infancia fue algo dura. Por muchos años recibí burlas, insultos y acoso por ser diferente. No solo por mis rasgos, sino también por mi físico, ya que durante la infancia tenía una complexión más bien gordita. Eso me hizo cerrarme, hablar poco, evitar destacar. Intentaba pasar desapercibido por miedo a que se metieran conmigo. Tuve algunos amigos, pero en general me sentía solo, distinto, y sin un espacio claro de pertenencia.

Todo eso, sin duda, marcó mi carácter. Me hizo más introspectivo y me empujó a observar mucho antes de actuar. Con el tiempo, transformé esa sensibilidad en una herramienta para conectar con los demás de forma más auténtica.

Jang Min durante su preadolescencia

Jang Min durante su preadolescencia



Desgraciadamente su padre fallece muy joven. Acababa de cumplir 18 años y no le queda más remedio que abandonar los estudios y comenzar a trabajar. ¿Qué supuso para usted dar este paso?

El día que cumplí 18 años, mi padre falleció. Justo el día de mi cumpleaños. Sus últimas palabras fueron: “Min, sé responsable”. En ese momento no entendí todo lo que implicaban, pero con el tiempo esas palabras se convirtieron en una especie de brújula para mí. Su muerte no solo significó una pérdida emocional enorme, sino también un cambio radical en mi vida. Me vi obligado a dejar mis estudios, justo cuando España empezaba a entrar en una crisis económica muy dura, y tuve que empezar a trabajar de inmediato para salir adelante.

Durante esa etapa pasé por una profunda depresión. Perdí el rumbo y tuve que enfrentarme a la vida adulta sin red de apoyo. Comencé a trabajar como comercial para empresas españolas, sin experiencia, sin herramientas, pero con una necesidad muy clara: sobrevivir. Y fue en medio de esa oscuridad donde encontré algo que me ayudaría a transformar mi vida por completo: el deporte.

Decide convertirse en entrenador personal y a partir de ahí, da el salto a trabajar como modelo internacional. ¿Qué le llevó a tomar esta decisión?

El deporte fue mi terapia. Comencé a hacer ejercicio de forma autodidacta para mantenerme estable emocionalmente. Poco a poco, no solo mejoró mi salud mental, sino también mi autoestima. Perdí peso, gané confianza y descubrí que ayudar a otros a mejorar su bienestar también me llenaba. Así que decidí formarme y certificarme como entrenador personal.

En ese proceso, mi imagen también cambió. Y fue entonces, en un momento completamente inesperado, cuando recibí la propuesta de trabajar como modelo en el extranjero. Era el año 2012-2013, y esa oportunidad me llevó a Tailandia. Fue el inicio de una nueva etapa en mi vida, en la que comencé a viajar por el mundo y a participar en campañas para marcas como Nivea, Audi, Samsung, Kia, Toyota, Honda, entre otras.

Jang Min en una instantánea ejerciendo como modelo

Jang Min en una instantánea ejerciendo como modelo



Después de trabajar en Tailandia, Filipinas y Nueva York, decide trasladarse a vivir a Corea durante una gran temporada, ¿por qué eligió Corea y no otro país?

La razón fue profundamente personal. Sentía que había una parte de mí que todavía no conocía del todo: la de mi padre. Para poder entenderlo, para poder comprender de verdad sus palabras, sus silencios, su forma de amar, necesitaba conocer su idioma, su cultura, su tierra. Así que decidí ir a Corea no solo como modelo o profesional, sino como hijo.

Desde 2015 hasta 2022 viví allí, aprendí el idioma, me integré en su sociedad y logré algo que para mí tiene un valor incalculable: sentirme parte también de ese país. Corea me permitió cerrar un círculo emocional y personal muy importante. Conocí a personas maravillosas, construí amistades profundas y sentí que, por fin, también entendía a mi padre desde otro lugar.

Ya establecido en Corea comienza a destacar en redes sociales, acudiendo a programas de entrevistas de YouTubers. Es entonces cuando crea su propio proyecto en YouTube titulado “Project Jang Min” donde habla de Corea y de su idioma con un sentido del humor muy español.

Sí, fue una etapa muy especial. Estando en Corea, vi que podía aprovechar esa posición única que tenía como bicultural para compartir mis experiencias, mi estilo de vida, y también enseñar cosas sobre Corea desde un enfoque diferente. Así nació “Project Jang Min”, un canal de YouTube donde hablaba no solo del idioma, sino de costumbres, anécdotas culturales y situaciones cotidianas, todo con un toque de humor muy español.

Durante varios años mantuve activo el canal, pero luego lo pausé por otros compromisos. Hoy en día tengo la intención de retomarlo bajo un nuevo nombre: Jangara TV. Es una combinación de los apellidos de mis padres —Jang (coreano) y Vergara (español)— y refleja lo que soy: una mezcla orgullosa de dos culturas. El objetivo sigue siendo el mismo: tender puentes entre España y Corea, pero con una visión aún más madura y ambiciosa.

Foto publicada en su instagram @mjangarax

Foto publicada en su instagram @mjangarax



Tal vez el ser conocido en redes sociales hizo que se fijaran en usted y le ofrecieran la oportunidad de participar en el K-Drama “Yeonnamdong Global House". Un programa que daba la oportunidad a actores de otros países de participar en él. ¿Cómo fue esta experiencia?

Los casi ocho años que viví en Corea fueron absolutamente transformadores. Llegué con 25 años y me marché con 32, en una etapa vital clave. No solo crecí como profesional, sino también como persona. Aprendí el idioma, conecté con la familia y los amigos de mi padre, y pude recuperar la relación con mis raíces, incluso con familiares con los que habíamos perdido el contacto tras su fallecimiento.

Participar en el K-drama Yeonnamdong Global House fue un hito para mí. Fue emocionante poder formar parte de un proyecto internacional desde Corea, representando a España y mostrando lo que puede surgir cuando dos culturas se encuentran. Siempre me pregunto cómo se habría sentido mi padre viéndome hablar su idioma, actuando en su país, compartiendo nuestras raíces con el mundo. Fue una experiencia inolvidable.

Un día se cruza en su vida Kang Suyon, fue un flechazo en toda regla y no se lo pensó dos veces. Actualmente están felizmente casados pero ¿ha sido complicada la relación con su esposa debido a las diferencias culturales?

Creo que, precisamente por haber crecido en una familia multicultural, aprendí desde pequeño que ninguna cultura tiene “la verdad absoluta”. Mis padres me enseñaron que en una relación hay que buscar el punto medio. Y eso es algo que me ha ayudado mucho en mi propia vida en pareja.

Casarme con una mujer coreana ha sido una experiencia muy enriquecedora. Claro que hay diferencias, pero también hay muchos puntos en común. Con respeto, paciencia y mucho amor, hemos aprendido a construir un espacio compartido. Y es bonito ver cómo nuestras culturas, lejos de chocar, se complementan. Esa mezcla de visiones es lo que más valoro de nuestra relación.
Diferentes instantáneas de Jang Min visitando el viñedo y la bodega de una empresa familiar vinícola en funcionamiento desde 1567

Diferentes instantáneas de Jang Min visitando el viñedo y la bodega de una empresa familiar vinícola en funcionamiento desde 1567




En su última visita a España se le ha visto mucho “entre viñedos”. ¿Qué se trae entre manos?

Tengo muchas pasiones. Al igual que el deporte y la cocina, la gastronomía ocupa un lugar muy importante en mi vida. Siempre he sentido una profunda admiración tanto por la cocina coreana como por la española. Y dentro de ese amor por la gastronomía, el vino se ha convertido en una pasión muy especial.

Durante la pandemia en Corea, cuando salir a comer fuera era más difícil, descubrí el placer de compartir una copa de vino en casa, con amigos. Aquel momento despertó en mí una curiosidad que se transformó en verdadero interés. Cuando regresé a España, hace tres años, comencé a aprender más sobre el vino, sus procesos, variedades y riqueza cultural.

Mi deseo es poder compartir esta pasión con Corea. España tiene una cultura gastronómica riquísima y productos de altísima calidad. Me emociona pensar en llevar todo eso al otro lado del mundo, y ver cómo lo disfrutan allí tanto como lo disfrutamos aquí.

De izquierda a derecha y arriba a bajo. Casino de Madrid celebrando el 70º aniversario de las relaciones diplomáticas España y Corea. Jang Min con el anterior embajador de la República de Corea Sr. Sahnghoon Bahk. Inauguración de la sede de KOCCA en España, Jang Min junto a viceministra del Ministerio de Cultura de Corea, Deportes y Turismo Sra. Mi-ran Jang. Por último Jang Min junto el actual embajador de la Republica de Corea, el Sr. Soosuk Lim

De izquierda a derecha y arriba a bajo. Casino de Madrid celebrando el 70º aniversario de las relaciones diplomáticas España y Corea. Jang Min con el anterior embajador de la República de Corea Sr. Sahnghoon Bahk. Inauguración de la sede de KOCCA en España, Jang Min junto a viceministra del Ministerio de Cultura de Corea, Deportes y Turismo Sra. Mi-ran Jang. Por último Jang Min junto el actual embajador de la Republica de Corea, el Sr. Soosuk Lim




He coincidido con usted en varios eventos relacionados con Corea, y pienso que actúa como puente de entendimiento y conexión cultural entre ambos países. ¿Es consciente de esto?

Le agradezco mucho esas palabras, porque sí, creo que ese rol ha estado en mí desde siempre, incluso antes de ser consciente. Desde niño, cuando alguien me preguntaba por mis raíces, hablaba con orgullo de Corea. Y en Corea, nunca he dejado de compartir con entusiasmo todo lo que representa para mí España.

Aunque mi infancia tuvo momentos difíciles, hoy no siento más que respeto, amor y gratitud por ambas culturas. Me han dado identidad, valores y una sensibilidad única. Y a lo largo de los años, ese rol de puente cultural ha pasado de ser algo espontáneo a una misión consciente.

Desde mis proyectos en redes sociales, mi participación en televisión, YouTube, la cosmética coreana en España o ahora el vino español en Corea, todo lo que hago nace del deseo de unir estos dos mundos. Y mi meta ahora es ir más allá, fortalecer ese puente, profesionalizarlo, hacerlo más sólido. Porque ambos países lo merecen. Y porque no hay nada que me haga más feliz que verlos conectar.

Jang Min junto a su madre

Jang Min junto a su madre



¿Cuáles son sus metas a largo plazo?

Mi meta a largo plazo es seguir construyendo puentes. Empecé haciéndolo de forma inconsciente desde niño, y hoy se ha convertido en el eje de mi vida personal y profesional. Mi carrera como modelo comenzó en Tailandia, y curiosamente, incluso ahora mismo me encuentro aquí por trabajo. Pero mis pasos siempre oscilan entre tres países que han marcado mi historia: España, Corea y Tailandia.

Sigo trabajando activamente como modelo y creador de contenido, tanto en redes sociales como en YouTube. Junto a mi esposa, gestionamos una empresa en España dedicada a la importación y distribución de cosmética coreana, lo cual es otra forma de compartir lo mejor de Corea con el público español. Y ahora, además, estoy involucrado en proyectos vinculados al vino y la gastronomía, que deseo llevar a Corea para que también puedan conocer y disfrutar de ello.

No tengo aún la certeza del formato exacto que adoptarán todos estos proyectos, pero tengo muchas ideas y una gran motivación. Mi deseo es participar en iniciativas cada vez más sólidas, más influyentes, que fortalezcan los vínculos entre Corea y España. No solo como puente cultural, sino como alguien que contribuye activamente a generar oportunidades, experiencias compartidas y comprensión mutua. El tiempo, la constancia y las oportunidades marcarán el camino. Pero tengo claro que seguiré avanzando con el corazón puesto en ese propósito.

Quiero agradecerle sinceramente por dedicarme parte de su tiempo y por compartir su historia conmigo para este artículo. Su valentía y resiliencia, especialmente frente a los desafíos que ha enfrentado por ser multirracial, son verdaderamente inspiradoras. Deseo de corazón que todos sus proyectos se hagan realidad y siga construyendo un camino lleno de éxitos.

kimhyelin211@korea.kr

Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afecto y entusiasmo hacia Corea.