Por la reportera honoraria Camila Sanchez Baldeón de Perú
Fotografías: Cruz Contreras
El talento latinoamericano se está haciendo cada vez más presente en la animación internacional, podemos ver esto con Cruz Antonio Contreras Mastache, mejor conocido como Cruz Contreras, quien es un animador de origen mexicano especializado en el área de Character Effects.
Ha participado en producciones de Sony Pictures Animation, sobre todo en la más reciente película “Las guerreras K-pop”, una historia que fusiona el mundo del K-pop, elementos tradicionales coreanos y fantasía.
Esta entrevista fue realizada por videollamada el 9 de julio, en la que nos compartió ciertos detalles de su trayectoria, su manera de trabajo y los aprendizajes que tuvo en su participación en “Las guerreras K-pop”.
El animador mexicano Cruz Contreras muestra con orgullo su nombre en los créditos de la película 'Las guerreras K-pop', un proyecto en el que participó como artista de Character Effects
Antes de llegar a Sony Pictures Animation y trabajar en películas como "Spider-Man: Into the Spider-Verse" y "Las guerreras K-pop", ¿qué despertó tu pasión por la animación y cómo fue que encontraste tu camino en el área de Character Effects?
Desde pequeño siempre me ha gustado ir al cine, ha sido una de mis más grandes pasiones. Al crecer en una pequeña ciudad, donde no había muchas opciones de entretenimiento, ir al cine con mi madre se convirtió en una de mis rutinas favoritas, y lo que más me impactó fueron los efectos visuales. Me encantaba ver esos mundos mágicos, personajes capaces de volar o hacer cosas imposibles. Esa curiosidad me hizo investigar sobre el tipo de técnicas que utilizaban los profesionales del área y fue entonces cuando descubrí sobre los Character Effects.
Recuerdo una vez, mientras estaba buscando cómo animar el movimiento de una medusa, específicamente cómo lograban flotar hacia arriba, me encontré con un tutorial que explicaba que ese movimiento podría representarse con una expresión senoidal. Apliqué esa fórmula a un software de animación, al ver cómo la medusa subía de forma realista, me emocioné. Desde allí descubrí que quería dedicarme a esto.
Más adelante, estudié simulaciones dinámicas en Argentina, y justamente apliqué eso en “Spider-Man: Into the Spider-Verse”, “Across the Spider-Verse” y ahora “Las guerreras K-pop”.
Siempre decimos en broma que quienes trabajamos en esta área, acumulamos conocimientos que parecen inútiles en la vida real, pero resultan perfectos para animar mundos fantásticos.
Póster oficial de 'Las guerreras K-pop' | Netflix
Estuviste más de dos años siendo parte del equipo de la película "Las guerreras K-pop" ¿Qué te motivó a sumarte a este proyecto?
Mientras estaba por terminar “Across the Spider-Verse”, comenzaba a circular rumores sobre una nueva película en producción de unas guerreras K-pop con elementos de la cultura coreana que combatían demonios. Al principio me pareció una idea disparatada, pero también pensé que, si se ejecutaba bien, podría convertirse en una súper película debido a su propuesta bastante original.
Tuve la oportunidad de acceder a las primeras etapas del proyecto, y me sorprendió tanto que lo único que pude pensar fue que aquello se veía increíble. Además, noté que había mucha libertad artística para experimentar, y eso me motivó aún más a querer formar parte del equipo. En nuestro trabajo tenemos un Artist Manager, quien se encarga de asignarnos a nuevos proyectos. Yo le pedí específicamente que me colocara en “Las guerreras K-pop”, y tuve suerte. Terminé Spider-Verse un viernes y el lunes siguiente ya estaba empezando esta nueva producción.
Recuerdo que en ese momento había otros proyectos disponibles, y temía que me asignaran a otro, porque realmente quería estar en "Las guerreras K-pop".
En cuanto al proceso de selección, no hubo un contacto directo con la directora Maggie Kang, ya que normalmente los directores no deciden quién entra o no. Todo se gestiona a través de los líderes de cada departamento. En mi caso, muchos de los que trabajamos en Spider-verse pasamos directamente a este nuevo proyecto. Todo depende de cuántos proyectos estén disponibles, cuántos artistas se necesitan y el nivel técnico que se busca.
Mientras trabajabas con elementos del diseño tradicional coreano, como la vestimenta o los accesorios, ¿hubo algún detalle que te inspirará especialmente por su estética o significado?
Durante la producción nos brindaban clases sobre la cultura coreana para entrar más en contexto del proyecto. En una de esas, aprendimos a hacer un
norigae (accesorio tradicional coreano mayormente usado por mujeres, funciona como amuleto de la suerte y adorno decorativo) y eso ocurrió hace unos dos años, cuando fui a la oficina y nos entregaron todos los materiales necesarios para enseñarnos a hacer los nudos a mano.
Más adelante, descubrimos que esos mismos nudos serían utilizados en la película. Fue aún más emocionante porque ya conocíamos su estructura, su movimiento y cómo estaban construidos, lo que nos ayudó mucho en el proceso de la animación.
En particular, me gustaban mucho los norigaes de las protagonistas Rumi, Mira y Zoey, ya que cada uno representaba su personalidad. El de Mira, fue especialmente complejo de animar por la cantidad de piezas colgantes, las dos extensiones al final y los dijes con las caras de Rumi y Zoey. De hecho, en general, Mira fue uno de los personajes más difíciles de trabajar, pero también uno de los que mejor luce en pantalla.
Al concluir su trabajo en la película, Cruz recibió regalos oficiales enviados por Sony Pictures como muestra de agradecimiento por su participación. Entre los obsequios una figura de Rumi (la protagonista de la película) y el peluche de Derpy (tigre mascota de Jinu)
Desde tu perspectiva como artista latinoamericano, ¿cómo percibes el impacto cultural de una película que combina K-pop con fantasía?
Creo que una película animada permite lograr cosas que serían muy difíciles de hacer en una producción de live action. Puedes crear mundos completamente fantásticos, como un grupo de K-pop que combate demonios, y lograr que el espectador se sumerja por completo en esa realidad. Aunque sabemos que esos personajes no existen, conectamos con ellos, nos reímos, nos enojamos y peleamos a su lado.
Lo que me parece increíble es el impacto que ha tenido la película. Muchas personas me han dicho: “Necesitamos que este grupo sea real y sigan sacando nuevas canciones”, lo que refleja el nivel de conexión que se logró.
Una de las mayores preocupaciones era saber cómo reaccionaría el público coreano, y ahora ver que la película alcanzó el puesto número uno en Netflix Corea y que su música también lideró las listas allí, fue asombroso. Incluso vi que la canción “Golden” estuvo en primer lugar en Estados Unidos y dije: “Ok, estamos cerrando el Honmon” (barrera mágica que separa el mundo humano del demoníaco).
A veces creemos que, para disfrutar de una historia, debemos identificarnos con ella directamente, pero una buena película es como un buen chisme, si está bien contado, no importa de quién se trate, te atrapa. Eso es lo que está logrando esta película, está acercando a personas que jamás pensaron interesarse por el K-pop o la cultura coreana.
Después de terminar la película, viajaste a Corea para conocer de cerca la cultura que animaste. ¿Qué impacto tuvo esa experiencia en tu visión artística como a nivel personal?
Tras terminar la producción de “Las guerreras K-pop”, viajé a Corea. Me había involucrado tanto que sentí la necesidad de ver por mí mismo los lugares, los objetos y detalles que habíamos animado, fue una forma de verificar si lo habíamos hecho bien.
Durante mi estadía, visité museos y me inscribí en una escuela para estudiar coreano. Recuerdo que mis maestros y compañeros me preguntaban si era fan de los k-dramas, y aunque respondía que sí, lo cierto es que nunca había visto uno completo. Les contaba que en mi caso había trabajado en una película animada sobre K-pop, y a partir de ese proyecto, nació mi interés de explorar la cultura más a fondo.
Con el tiempo, hice amistades coreanas, y la película aún no se había estrenado, pero meses después se volvió viral en Corea. Varios amigos me escribieron diciendo: “¡Les robaron la idea!” porque pensaban que otra productora había sacado una historia similar. Fue muy gracioso, porque no imaginaban que yo había participado en un proyecto tan grande.
Ese trabajo marcó un antes y un después en mi vida. Solo conocía a BLACKPINK de forma casual, pero gracias a las recomendaciones constantes de canciones en los chats de trabajo, fui conociendo otros aspectos de la cultura. Incluso me compré un libro por Amazon para aprender a leer hangeul (alfabeto coreano) y con el tiempo, logré leer el idioma, aunque aún no comprendía todo.
Estudiar en Corea fue una experiencia muy enriquecedora, ya que el ambiente de estudio, rodeado de personas comprometidas, me impulsó a aprender más. Hasta los pequeños esfuerzos, como pedir un café en coreano, generaba una reacción positiva, lo que me ayudó a entender cuán valioso es acercarse a una cultura desde su idioma.
Durante su visita a Corea, el animador recorrió la Aldea Tradicional de Namsangol, en Seúl, donde conoció más sobre la cultura.
¿Qué consejo le darías a jóvenes latinoamericanos que sueñan con trabajar en la animación y llevar su talento a escenarios internacionales como Corea?
Les diría que sigan haciendo arte, sigan practicando, ya sea animación, dibujo o diseño, es pura práctica. Yo mismo sigo aprendiendo todos los días. Nunca llegas a un punto en el que digas: “Ya estoy listo”, cada proyecto es diferente y siempre exige algo nuevo.
Vean tutoriales, sí, pero también busquen asistir a una escuela o taller sobre lo que les apasiona, es allí donde aprendes a recibir retroalimentación, algo fundamental para crecer. Cuando estudias de forma autodidacta, tú eres tu único filtro, y puedes pensar que lo que hiciste está bien, hasta que llegas a un entorno profesional y alguien te dice: “Esto no funciona”. Esa confrontación aunque duela, te hace mejorar.
Así que, combinen el estudio formal con el aprendizaje independiente, y nunca dejen de practicar.
Cruz Contreras, en su espacio de trabajo sosteniendo un peluche de la película 'Las guerreras K-pop' y en el fondo se pueden ver recuerdos de algunas películas en las que ha participado.
Cruz Contreras demuestra el impacto que podemos conseguir cuando fusionamos la pasión con una visión global. Su desempeño como animador latinoamericano en “Las guerreras K-pop”, una película que combina elementos de la cultura coreana no solo refleja su talento, sino también su capacidad de conectar con un país que parece tan lejano al inicio.
Historias como la suya nos muestran que la creatividad puede revelar conexiones que a veces no podemos visualizar a simple vista y cómo la curiosidad puede abrir grandes puertas. Incluso logra acercar a más personas a un rubro competitivo como el arte y dar la oportunidad de que nuevos talentos compartan sus propias historias con orgullo para que sigan evolucionando de forma auténtica.
kimhyelin211@korea.kr
Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afecto y entusiasmo hacia Corea.