Reporteros Honorarios

12.08.2025

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Por la reportera honoraria Merit Mendoza de México
Video: Canal de Cine Cosmos UBA en YouTube

"Partió de mí un barco llevándome" (A Boat Departed From Me Taking Me Away) es un documental argentino‑singapurense dirigido por Cecilia Kang, con guion de Virginia Roffo y protagonizado por Melanie Chong. Fue estrenada en 2023, y con una duración aproximada de 81 minutos, la película explora el proceso íntimo de una actriz argentino-coreana que, al interpretar el monólogo del testimonio de una víctima coreana de la esclavitud sexual en tiempos de guerra por parte del ejército japonés —llamadas eufemísticamente ‘mujeres de consuelo’—, confronta su herencia cultural, memoria familiar e identidad.

De acuerdo con la Enciclopedia Coreana de la Cultura y el Folclore, de la Academia del Folclore de Corea, las también conocidas como Comfort Women fueron mujeres (mayormente adolescentes coreanas) que fueron engañadas o secuestradas por el ejército imperial japonés antes y durante la Segunda Guerra Mundial y obligadas a servir como esclavas sexuales en lo que se conocía como ‘estaciones de confort’; se estima que hasta 200.000 mujeres de Corea, China, Taiwán y otros países fueron víctimas de este sistema opresivo, cuya memoria histórica salió a la luz gracias a supervivientes como Kim Hak‑sun y Kim Bok‑dong desde los años noventa.

De acuerdo con una entrevista concedida por Cecilia Kang al Centro Cultural Coreano de España, el título del documental se inspira en un verso del poema “Explicar con palabras de este mundo” de Alejandra Pizarnik, incluido en su libro Árbol de Diana de 1962. Kang explicó que este verso refleja la dificultad de expresar con palabras experiencias traumáticas e inefables, un concepto que quiso transmitir a través del proceso de la protagonista, Melanie Chong, quien interpreta el testimonio de una mujer de consuelo coreana. La directora mencionó que la elección del título busca captar la complejidad emocional y la carga histórica que pesa sobre la memoria colectiva y personal, y que el documental intenta transmitir esta dimensión profunda no solamente con palabras sino también con la imagen y el cuerpo, en sintonía con la poética de Pizarnik.



"Partió de mí un barco llevándome", no es simplemente un documental; es una experiencia emocional que obliga a mirar hacia atrás con los ojos del presente. Desde la primera escena, en la que se muestra el casting para interpretar el monólogo de una mujer de consuelo, entendí que no se trataba solo de hablar de un hecho histórico, sino de sentirlo, encarnarlo y descubrir lo que permanece latente incluso en generaciones que no lo vivieron directamente.

Melanie Chong, actriz argentina de ascendencia coreana, es elegida para dar vida a un testimonio profundamente doloroso: el relato de una adolescente secuestrada, violada y convertida en objeto de uso militar. Mientras memorizaba el texto y ensayaba gestos y emociones, comenzó a transformarse: dejó de ser solo intérprete y se convirtió en heredera emocional. Ese proceso se percibe en la forma de hablar con su madre, en su postura corporal y en los silencios que dejó de evitar.

La película alterna el ensayo escénico con su vida cotidiana en Buenos Aires: la vemos trabajando, cocinando, compartiendo con su madre en coreano, y emprendiendo un viaje a Corea que parece reconstruir un mapa fragmentado de sí misma. En esta atmósfera destaco a manera personal la escena en la que aprende más de Corea a través del sentarse en cuclillas. Se trata de un gesto que, a mi percepción, no solo transmite la cultura coreana a la protagonista, también, conecta el pasado y presente lleno de cultura, historia y dolor compartido.

Póster oficial de 'Partió de mi un barco llevándome' | Sitio web Salta Cine

Melanie en 'Partió de mí un barco llevándome' | Página oficial del documental en Instagram



La dirección de Cecilia Kang es sutil; filma desde la intimidad, con planos que respiran y silencios que comunican más que mil palabras. El testimonio que Melanie interpreta no está suavizado: Ss respeta íntegramente, palabra por palabra, lo que podemos observar al reencarnar frases del testimonio pues su cuerpo reacciona; no actúa, lo vive. Esa silenciosa tensión corporal es profundamente conmovedora.

El documental recibió importantes reconocimientos. De acuerdo con la página web del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata en su 38ª edición llevada a cabo el mes de noviembre de 2023, la película ganó el Premio Astor Piazzolla Especial del Jurado por ‘la construcción de un potente vínculo entre una búsqueda de identidad, una historia familiar y la violencia hacia las mujeres en Corea’. El 24 de julio de este año, obtuvo el Premio Sur a Mejor Documental en la Academia de Cine de Argentina, coronando su reconocimiento nacional y subrayando su impacto significativo en la memoria colectiva de Corea y alrededor del mundo, como lo describe el sitio web especializado en noticias Perfil.

Melanie en 'Partió de mí un barco llevándome' | Página oficial del documental en Instagram

Melanie en 'Partió de mí un barco llevándome' | Página oficial del documental en Instagram



Esta película no solo visibiliza un episodio histórico silenciado, sino que lo hace a través de un relato íntimo y profundamente femenino que traza puentes entre generaciones, culturas y memorias. Es un cine que duele, abraza y reclama justicia desde el cuerpo y la palabra. Melanie Chong no encarna el relato de una mujer de consuelo: Se reinventa a sí misma como testigo y reparadora de una herida heredada, cargando con la memoria de otras para hacerla visible, viva y digna. La cámara no registra sólo una actuación; registra una entrega, forma de duelo e historia.

Mientras la vi, me di cuenta de que no solo soy testigo: me reconozco en ese deseo de comprender lo que no me fue contado. Entiendo que las historias que no se conocen se convierten en memorias que sanan incluso a quienes no vivieron el dolor directamente. "Partió de mí un barco llevándome" no es solo un documental: es una meditación urgente sobre memoria, identidad y dignidad. Es una experiencia que duele, transforma y, sobre todo, exige que no miremos hacia otro lado.

También es una ventana a Corea, a su forma de recordar, de cuidar la dignidad de sus mujeres y de exigir justicia a través del arte. Nos enseña que el pasado no es solo una fecha en los libros, sino una cicatriz abierta que aún atraviesa la vida de muchas personas. Para quienes estamos lejos del país pero deseamos conocer su historia con respeto y profundidad, este tipo de contenido es indispensable y necesario para mirar de frente sus dolores, silencios y lucha por la memoria. Porque únicamente así, con obras que conmueven y recuerdan, es posible comprender de verdad el alma de un país.

kimhyelin211@korea.kr

Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afecto y entusiasmo hacia Corea.