Por la reportera honoraria Camila Geraldine Sanchez Baldeón de Perú
Fotografías: Kito
En un mundo donde las fronteras físicas ya no son un impedimento para generar nuevas conexiones, conocer otras culturas se ha vuelto una poderosa herramienta para promover un intercambio.
Prueba de ello es el hallyu (ola coreana), el cual ha ganado relevancia global a través del K-pop, los dramas coreanos, la gastronomía, entre otros aspectos. Este fenómeno ha despertado el interés de miles de personas, quienes buscan aprender el idioma, incursionar en proyectos profesionales e incluso visitar el país.
Cada 27 de septiembre se celebra el Día Mundial del Turismo, una fecha dedicada a impulsar el reconocimiento mutuo entre culturas. El hallyu es sin duda una de las manifestaciones más claras de cómo otras tradiciones pueden inspirar al turismo, debido a que no solo entretiene, sino que sirve como motivación para quienes desean conocer el país de manera profunda.
En esta entrevista realizada por correo entre el 13 y el 15 de septiembre, conversé con Kito, un creador de contenido enfocado en K-pop y presentador en eventos oficiales de la Embajada de la República de Corea. Conocimos cómo su pasión por el país lo ha llevado a compartir sobre esta ola y cómo aquellas interacciones no solo marcaron su carrera, sino que además fomentaron el turismo y abrieron las puertas a nuevas oportunidades.
Kito, creador de contenido especializado en K-pop, participó como maestro de ceremonias en el K-Pop World Festival 2025, realizado en Perú. El evento tuvo como objetivo celebrar y promover la cultura coreana a través de la música y el talento global.
Para empezar, ¿podrías presentarte brevemente y contarnos cómo ha sido tu camino hasta ahora dentro del hallyu?
Hola, soy Kito, creador de contenido de K-pop y de temas relacionados con Asia en general.
Mi camino empezó en el año 2000, cuando vi mi primer drama coreano, Todo Sobre Eva, transmitido en la televisión peruana. Lo veía junto a mis padres, y aunque ninguno de nosotros era aficionado a las novelas, seguimos la historia hasta el final. Esa experiencia no solo me introdujo a la cultura coreana, sino que también se convirtió en un recuerdo familiar.
En los años siguientes continué viendo dramas coreanos como Escalera al Cielo, Otoño en mi Corazón y Sonata de Invierno. En 2006 descubrí el K-pop a través de la canción “Balloons” de TVXQ, cuyo estilo alegre, colorido y con una coreografía llamativa me transmitió ternura y energía. Fue un impacto enorme, porque nunca había visto a artistas masculinos mostrarse de esa manera, y me identifiqué mucho con ellos. Sentí orgullo al reconocer rasgos similares a los míos en ídolos que eran admirados y considerados geniales.
Desde entonces he seguido el K-pop a lo largo de todas sus generaciones, disfrutando de grupos emblemáticos como Girls’ Generation, Super Junior y EXO, hasta llegar a fenómenos globales como BTS y Blackpink. Así comenzó un viaje que pasó de ser una pasión personal a convertirse en mi proyecto de vida como creador de contenido.
¿Qué te llevó a compartir tu pasión por Corea con un público más amplio?
Lo que realmente me motivó a compartirlo fue la falta de comprensión que existía hace unos 10 años respecto al K-pop. En ese entonces, no solo había desconocimiento, sino también muchos prejuicios. Recuerdo que las personas solían restarle valor al trabajo de los artistas y cuestionar el gusto de quienes disfrutábamos de este género. Para mí fue muy duro ver cómo algo que me inspiraba no era tomado en serio.
Por eso decidí crear contenido en YouTube en 2015, con la misión de explicar de forma didáctica qué era realmente el K-pop. Quería que quienes compartíamos esta pasión pudiéramos sentirnos representados y, al mismo tiempo, que otras personas entendieran mejor esta expresión artística y social. Con el tiempo descubrí que no estaba solo, que existía una comunidad apasionada y solidaria con la que podía conectar y crecer. Eso me motivó a seguir creando y a expandirme hacia otras plataformas digitales.
Miro atrás y pienso que, gracias a esos momentos difíciles, nació la motivación que me trajo hasta aquí.
Durante el evento, distintos grupos participantes demostraron su talento en el auditorio NOS PUCP para celebrar la cultura coreana. En la foto, se puede ver a Kito junto al Embajador de la República de Corea en Perú, Jong-uk Choi, y a los ganadores y participantes del K-Pop World Festival 2025, compartiendo un momento de alegría al finalizar la competencia.
¿Cómo comenzó tu colaboración con la Embajada de la República de Corea como presentador, y qué significa para ti participar en estos espacios oficiales?
Comencé hace alrededor de 10 años en eventos pequeños de K-pop y, con el tiempo, esa experiencia me abrió puertas más grandes, hasta que recibí la invitación para conducir actividades organizadas por la Embajada de la República de Corea en el Perú.
Para mí, asumir este rol dentro de la comunidad es un verdadero honor. No solo implica conducir un evento, sino que también se asume el rol de conectar al país con el público peruano. Poder estar en un espacio oficial, donde se reconoce y celebra el patrimonio creativo y tradicional de Corea, me permite aportar a la difusión y mostrar el entusiasmo que existe en nuestra comunidad local.
Has presentado eventos de idols como Hwang In Yeop y Rocky (exmiembro de Astro) en Lima. ¿Cómo ha sido esa experiencia y qué crees que representan estos acercamientos entre ambos países?
Presentar artistas como Hwang In Yeop y Rocky fue una vivencia enriquecedora que me permitió experimentar la pasión de los fans y el impacto real de la ola coreana en el Perú.
Cada visita de este tipo no solo es un momento inolvidable para los seguidores, sino que también brinda una oportunidad para fortalecer los lazos entre ambos países, mostrando que la música, el arte y el entretenimiento son herramientas muy poderosas que conectan a las personas, sin importar la distancia geográfica.
Desde tu perspectiva, ¿cómo ha evolucionado este fenómeno en Perú y de qué manera está generando nuevas oportunidades para jóvenes latinoamericanos?
El hallyu ha tenido una evolución impresionante en el Perú. Al inicio se centraba en el K-pop y los dramas coreanos, así como en pequeños eventos de fans, pero con el tiempo se ha diversificado hacia la belleza, la moda, la gastronomía y otras expresiones de vida.
Hoy en día vemos cómo cada vez más personas se inspiran en este movimiento para crear contenido, aprender el idioma, bailar, cantar o incluso emprender proyectos relacionados.
Considero que se está abriendo un abanico de oportunidades para los jóvenes latinoamericanos: desde el ámbito artístico y creativo, hasta la posibilidad de estudiar o trabajar en áreas relacionadas con este entorno. Más que una tendencia, se ha convertido en un espacio donde muchos encuentran identidad, motivación y nuevas metas.
En presentaciones junto a idols coreanos, a la izquierda está con Hwang In Yeop y a la derecha con Rocky. Las fotografías fueron tomadas el día del evento, en el que demostró su labor como conductor con el objetivo de promover la difusión del hallyu al público latinoamericano.
¿Qué consejo le darías a quienes quieren acercarse a la cultura coreana desde un enfoque más profesional y activo?
Mi consejo sería que lo hagan con respeto, constancia y preparación. Acercarse a Corea de manera profesional significa ir más allá del consumo como fan. Implica informarse, estudiar, aprender el idioma si es posible y, sobre todo, generar propuestas que aporten valor y no solo reproduzcan lo que ya existe.
También es importante ser pacientes y perseverantes, porque abrirse camino en este ámbito requiere esfuerzo y credibilidad.
Finalmente, conviene mantener siempre la mente abierta. El hallyu funciona como un canal de intercambio, y acercarse a él de forma activa también involucra estar dispuestos a aprender, a adaptarse y sobre todo a compartir la propia cultura.
Mirando hacia el futuro, ¿qué te gustaría ver en cuanto a los intercambios culturales entre Corea y Perú?
Me encantaría que los vínculos entre ambos sigan creciendo y diversificándose. Sería ideal ver más espacios no solo de entretenimiento, como conciertos o fan meetings, sino también de educación, arte, gastronomía y proyectos colaborativos que unan a jóvenes de ambos países.
La cultura tiene un poder enorme para derribar barreras y crear conexiones reales, por lo que me gustaría que en el futuro se desarrollen más programas de intercambio, talleres y oportunidades que permitan a los peruanos conocer Corea de cerca, ya sea como turistas, estudiantes o creadores, y al mismo tiempo, que los coreanos puedan descubrir la riqueza y tradiciones del Perú.
Fuera del escenario, Kito se muestra sonriente y relajado, reflejando la alegría que lo caracteriza como creador de contenido. Siendo una figura influyente que impulsa el turismo y la difusión del hallyu (ola coreana) en el Perú
Historias como esta ponen en evidencia que las diferencias culturales no son un impedimento, sino una oportunidad para transformar pasiones personales en proyectos de vida con un impacto real.
Desde su experiencia como creador de contenido y presentador en espacios oficiales, su recorrido demuestra como el Hallyu no es solo una inspiración artística, sino también una puerta de entrada al idioma, la historia y otras expresiones más profundas del país.
Este tipo de relatos nos permiten acercarnos a vivencias que, aunque parezcan lejanas, despiertan un interés por el turismo y fortalecen el intercambio.
En el marco del Día Mundial del Turismo, voces como las de Kito nos permiten comprender mejor no solo una cultura distinta, sino también redescubrir la nuestra. Este dialogo entre orígenes diferentes enriquece ambas partes, lo que nos ayuda a ver otra perspectiva, una más humana.
kimhyelin211@korea.kr
Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afecto y entusiasmo hacia Corea.