Política

04.02.2022

El 4 de febrero el Gobierno celebró la primera reunión del grupo de trabajo público-privado para onder a la promoción de Japón de inscribir la mina Sado como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

El 4 de febrero el Gobierno celebró la primera reunión del grupo de trabajo público-privado para responder a los esfuerzos de Japón para inscribir la mina de Sado como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. | Ministerio de Asuntos Exteriores


Por Lee Jihye y Elías Molina

4 de febrero de 2022

El 4 de febrero el Gobierno surcoreano celebró la primera reunión del grupo de trabajo público-privado que busca responder a la intención de Japón de incluir la mina de Sado como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Ese día, la reunión se llevó a cabo a nivel de directores de 7 entidades públicas, incluidas el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo, el Ministerio de Educación, el Ministerio del Interior y Seguridad, la Administración del Patrimonio Cultural, el Servicio de Cultura e Información de Corea (KOCIS) y los Archivos Nacionales. También estuvieron presentes representantes de tres organizaciones no gubernamentales: la Fundación de Apoyo a las Víctimas de la Movilización Forzada de Japón, la Fundación de Historia del Noreste de Asia y el Comité coreano de la Unesco.

El Gobierno lanzó un grupo de trabajo público-privado encabezado por Lee Sang-hwa, embajador de Diplomacia Pública del Ministerio de Asuntos Exteriores el pasado 28 de enero, cuando Japón anunció su decisión de promover la inscripción de la mina de Sado.

En la reunión, el embajador Lee pidió que los expertos en campos relacionados, en una estrecha colaboración con los ministerios y agencias prepararan de cerca la recopilación y el análisis de datos necesarios, y discutieron futuras estrategias de respuesta paso a paso y planes de acción para cada ministerio e institución relevante.

En el futuro, el grupo de trabajo público-privado planea mantener un sistema de cooperación nacional eficiente al operar varias reuniones de grupos pequeños y cooperar activamente con la comunidad internacional.

Según el Ministerio de Asuntos Exteriores, los participantes de la conferencia concordaron con la posición del Gobierno de que es necesaria una implementación sin demora de las medidas de seguimiento sobre las instalaciones industriales de Japón que fueron registradas como Patrimonio de la Humanidad en 2015.


Los participantes también recordaron la 'firme decisión' adoptada por el Comité del Patrimonio Mundial en julio del año pasado. Cuando las instalaciones industriales como Hashima (también conocida como 'Isla del acorazado') se inscribieron en la Lista del Patrimonio Mundial, Japón prometió tomar medidas para conmemorar a las víctimas del trabajo forzado, incluyendo a los coreanos. Sin embargo, Japón en realidad distorsionó la historia del trabajo forzado al abrir el Centro de Información del Patrimonio Industrial en Tokio, lejos del sitio en cuestión, y resaltar la idea de que no había habido discriminación contra los coreanos ni violaciones de los derechos humanos.

En consecuencia, en su 44ª reunión en julio del año pasado, el Comité del Patrimonio Mundial, compuesto por 21 países miembros, adoptó una decisión expresando su profundo pesar por la forma en que Japón administra los sitios del Patrimonio Mundial.

Incluso después de haber sido señalado por el Comité del Patrimonio Mundial por no cumplir sus promesas, Japón intenta nuevamente inscribir la mina de Sado, un sitio donde los coreanos fueron sometidos a trabajos forzados, como Patrimonio de la Humanidad. El Gobierno coreano enfatiza que es una cuestión de confianza en la comunidad internacional que Japón vuelva a incluir en la lista del patrimonio lugares donde ocurrió trabajo forzado con esencialmente las mismas características.

La mina de Sado es el lugar de una tragedia en la que se movilizaron entre 1.200 y 2.000 coreanos durante la Guerra del Pacífico y se les sometió a duros trabajos. Esta mina, que fue famosa como una mina de oro en el período Edo, se usó para asegurar materiales de guerra como cobre, hierro y zinc después de que comenzara la Guerra del Pacífico. Los japoneses movilizaron a un gran número de coreanos para asegurar mano de obra en esta mina que tenía un alto riesgo de accidentes.


jihlee08@korea.kr