Ciencia y tecnología

25.08.2025

Un equipo de investigación dirigido por Koh Je-Sung, profesor de ingeniería mecánica en la Universidad de Ajou, en Suwon, provincia de Gyeonggi-do, identificó el mecanismo de movimiento del insecto acuático rhagovelia y desarrolló un microrrobot inspirado en él. El estudio fue portada de la edición del 21 de agosto (hora local) de la revista Science. | Science

Un equipo de investigación dirigido por Koh Je-Sung, profesor de ingeniería mecánica en la Universidad de Ajou, en Suwon, provincia de Gyeonggi-do, identificó el mecanismo de movimiento del insecto acuático rhagovelia y desarrolló un microrrobot inspirado en él. El estudio fue portada de la edición del 21 de agosto (hora local) de la revista Science. | Science



Por Margareth Theresia

Un equipo de investigación coreano ha descubierto los principios de agilidad del insecto acuático rhagovelia, conocido como “ripple bug” y, a partir de ellos, ha desarrollado el primer microrrobot capaz de imitar su movimiento sobre la superficie del agua.

El Ministerio de Ciencia y TIC informó el 22 de agosto que el grupo dirigido por Koh Je-Sung, profesor de ingeniería mecánica en la Universidad de Ajou, realizó el estudio en colaboración con investigadores de la Universidad de California en Berkeley y el Instituto de Tecnología de Georgia, en Estados Unidos.

El trabajo fue destacado el 21 de agosto (hora local) como artículo de portada de la revista internacional Science.

El portal especializado Science X señaló que estos hallazgos podrían tener amplias implicaciones para la robótica bioinspirada, especialmente en el desarrollo de sistemas de monitoreo ambiental, microrrobots de búsqueda y rescate y dispositivos capaces de desplazarse por interfaces agua-aire con la misma destreza que los insectos.

El rhagovelia, de la familia Veliidae, es conocido por su fuerte propulsión y notable movilidad incluso en aguas rápidas, gracias a la estructura en forma de abanico situada en el extremo de sus patas traseras. Hasta ahora, sin embargo, no se había confirmado científicamente cómo funcionaba este mecanismo en tan corto lapso de tiempo.

El equipo descubrió que la estructura en abanico opera de manera automática mediante su interacción con el entorno acuático, y no por contracciones musculares. Se abre en una centésima de segundo al sumergirse en el agua y se retrae casi de inmediato al salir a la superficie, mostrando un mecanismo ultrarrápido de autotransformación.

Los investigadores se inspiraron en este principio para diseñar un diminuto robot que reproduce fielmente la estructura en abanico del insecto mediante 21 fibras artificiales en forma de pelos. A pesar de su tamaño similar al de un insecto, el prototipo demostró gran propulsión en el agua y la capacidad de cambiar de dirección con agilidad.

Koh explicó que el objetivo de este tipo de estudios es identificar la “inteligencia estructural” de los insectos en la naturaleza para aplicarla en campos como el monitoreo ambiental, las operaciones de rescate y la robótica biomimética.

margareth@korea.kr