Sociedad

14.07.2021



Por Lee Kyoung Mi y Kim Hyelin
Video: Lee Jun Young
15 de julio de 2021

En la calle de piedra del barrio Samcheong-dong en Seúl existe un buzón amarillo. En su exterior tiene escrito "Transmitiendo corazones con las puntas de dedos: Buzón de correos de Ongi (calidez)". Este no es un buzón ordinario.

Al lado del buzón hay un cartel con instrucciones junto con papel y bolígrafos. Cualquiera que escriba algo en una hoja de papel y lo deposite en el buzón de correos puede esperar una respuesta en dos o tres semanas. No se necesita el nombre del remitente. Y no se trata de un cuento de hadas.

La organización sin fines de lucro Ongi Post administra este servicio benéfico. El fundador, Cho Hyunsik, comenzó a recibir y responder estas cartas de forma anónima con el deseo de "ofrecer palabras cálidas a los demás" desde febrero de 2017, cuando asistía a la universidad. 

Hay un buzón de correos de Ongi Post en el camino de piedra del barrio de Samcheong-dong del distrito de Jongno-gu en Seúl. Nueve de esos buzones se encuentran en la capital, y las cartas en ellos se recogen todos los jueves. | Ongi Post

Hay un buzón de correos de Ongi Post en el camino de piedra del barrio de Samcheong-dong del distrito de Jongno-gu en Seúl. Nueve de esos buzones se encuentran en la capital, y las cartas se recogen todos los jueves. | Ongi Post


Ongi Post ha instalado buzones de correo en nueve lugares de Seúl, incluidos barrio de Samcheong-dong, la Calle del Muro de Piedra del palacio Deoksugung y los áreas de Daehangno, Myeongdong y Noryangjin. Las cartas al servicio también se pueden enviar en línea en lugar de cartas escritas a mano enviadas por correo, y las respuestas también se pueden escribir y recibir en idiomas extranjeros.

Cho inicialmente dirigía el servicio con su propio dinero, pero la Agencia del Servicio Postal de Corea ahora aporta los sellos postales y los 170 voluntarios apodados "carteros Ongi" cooperan con 10.000 wones por mes para cubrir los costos operativos.

El director dijo que la cantidad de cartas que expresan letargo, aislamiento y depresión ha aumentado desde el inicio de la pandemia del COVID-19. Muchas personas extranjeras en Corea, incluidos turistas, enviaron cartas en idiomas como inglés, japonés y chino (mandarín) antes de que llegara el coronavirus, aunque actualmente el número ha disminuido un poco. Con la disminución del número de estudiantes y turistas extranjeros en Corea debido a la pandemia, el número de cartas también ha disminuido.

Las cartas de los ciudadanos extranjeros expresan preocupaciones que van desde asuntos pequeños hasta preocupaciones sobre los sueños y el futuro del remitente. Muchas cartas transmiten las luchas y soledad de los remitentes para adaptarse a la vida en Corea. Los voluntarios que estudiaron en el extranjero en los países de origen de los remitentes o que tienen experiencias similares escriben las respuestas, ya que pueden comprender mejor estas situaciones.

El 2 de julio, siete

El 2 de julio, siete "carteros de Ongi", o voluntarios que responden a cartas de remitentes anónimos sobre sus preocupaciones, mientras se reúnen para leer cartas y escribir respuestas durante aproximadamente dos horas en la oficina de correos de Ongi, ubicada en el distrito de Gangnam-gu en Seúl. | Lee Kyoung Mi


Siete "carteros de Ongi", o voluntarios que escriben personalmente las respuestas a las cartas enviadas a Ongi, se reunieron el 2 de julio en la oficina de la asociación en el distrito de Gangnam-gu en Seúl. Eran personas de diversas edades y orígenes, entre ellos una estudiante universitaria de veintitantos años, una diseñadora de treinta y tantos, una madre de unos 60 años de edad, un bombero y un voluntario chino que se unió recientemente.

Aproximadamente 10 de los voluntarios se reúnen diariamente y envían alrededor de 100 respuestas por semana. Desde el inicio del proyecto en 2017 hasta el mes pasado se han entregado 10.112 respuestas. 


Unirse al cuerpo de voluntarios de Ongi no conlleva requisitos difíciles.

"Lo importante es cuánto te preocupas y escribir las cartas con sinceridad", dijo Cho. "La preocupación es absoluta, así que cumplimos con las reglas de nunca decirles a los remitentes que todos pasan por lo mismo o responder de manera mandona".

km137426@korea.kr