Los aficionados de fútbol, se reúnen, el 24 de noviembre, en la plaza de Gwanghwamun, en el distrito Jongno-gu de Seúl, para animar al equipo surcoreano en su primer partido del Grupo H en la Copa Mundial de Catar, contra Uruguay, y gritan '¡Daehanminguk!' (República de Corea en coreano) deseando la victoria.
Por Kim Hyelin
Fotografías: Jeon Han Vídeo: Lee Jun Young
"¡Se siente una pasión de otro nivel!"
Así describió con entusiasmo Kim Dajeong, de 25 años, su primera experiencia asistiendo a un evento al aire libre para animar al equipo nacional en un festival deportivo.
La policía estimó que alrededor de 26.000 personas de los "Red Devils" (Diablos Rojos), el club de aficionados de la selección nacional de fútbol, se reunieron el 24 de noviembre en la plaza de Gwanghwamun en Seúl para apoyar a Corea en su primer partido del Grupo H contra Uruguay en el torneo mundialista.
La gente comenzó a reunirse cinco horas antes del partido, a las 5 p.m., en áreas de vítores callejeros divididas en cinco secciones por razones de seguridad. Se mostró un mensaje en video expresando condolencias por el accidente de Itaewon, seguido de una actuación bajo el tema "Consolación y recuerdo" mientras la multitud esperaba el juego.
La energía de los fanes del fútbol, que salieron a la calle con la esperanza de que Corea del Sur pudiera repetir el éxito vivido en la Copa Mundial de 2002, estaba calentando el frío del incipiente invierno.
Los de fanáticos del fútbol, reunidos el 24 de noviembre en la plaza de Gwanghwamun en Seúl para ver el primer partido de la fase de grupos de Corea en la Copa Mundial de Catar, se sorprenden después de que el jugador uruguayo Diego Godín fallara por poco un gol al golpear el poste izquierdo.
Los aproximadamente 26.000 "Red Devils", que vitorearon más fuerte y mostraron más entusiasmo que los asistentes al partido en el estadio de la Ciudad de la Educación, en Rayán, Catar, expresaron sorpresa y decepción a medida que avanzaba el partido.
El capitán de la selección, Son Heung-min, cayó al recibir una falta del defensa uruguayo Martín Cáceres a los 11 minutos del segundo tiempo, lo que provocó alarma entre los aficionados. Se notó una preocupación inmediata en las caras de los aficionados después de ver los calcetines rotos de Son. Sin embargo, cuando vieron que no se había lesionado, lo empezaron a vitorear con una voz aún más alta.
Dina Amalia de Indonesia, que estaba entre la multitud que vio el empate sin goles, dijo: "Durante dos años que he vivido en Corea, nunca había visto a la gente coreana tan emocionada", y agregó: "Espero que el equipo coreano dé una buena pelea en los próximos juegos en Doha al recibir la energía acalorada de Seúl".
Unos oficiales de policía en la avenida Sejongdae-ro en Seúl ayudan el 25 de noviembre a las personas a regresar a casa de manera segura después de que el primer partido de Corea en la Copa Mundial de Catar contra Uruguay terminó en un empate sin goles.
Mauricio Dávila de Chile, quien animó al equipo coreano durante todo el partido, dijo: "Me divertí bastante vitoreando al equipo coreano junto con tanta gente emocionada en plena calle", y agregó: "Aunque el lugar estaba llenísimo, vi que las personas trataban de mantener el orden entre sí, lo cual me pareció impresionante".
Dado que la seguridad ha sido la máxima prioridad, un equipo de inspección de seguridad compuesto por personal de los Gobiernos locales, la policía y los bomberos realizó controles exhaustivos antes de que comenzaran los vítores. Durante el juego, alrededor de 1.200 miembros del personal de seguridad, incluidos miembros de brigada especial de la policía y médicos, guiaron los movimientos de los fanáticos y se prepararon para las emergencias.