BAE Negocios. 12-11-2018
Una extraordinaria mansión ubicada sobre la calle Maipú en el área de la Plaza San Martín, una de las zonas más emblemáticas y prestigiosas de la ciudad de Buenos Aires y que hasta hace poco se utilizó como espacio para eventos fue reciclada para que se convierta en la nueva sede del Centro Cultural Coreano. La construcción de más de 100 años conocida como Palacio Bencich, es uno de los edificios clásicos de estilo ecléctico, de inspiración francesa, característica desarrollada en el país hacia fines del siglo XIX.
La superficie del terreno es de 920 m2 aproximadamente. La planta baja ocupa una superficie de 582 m2. Por dos generaciones, el Palacio Bencich funcionó como residencia familiar construido por los arquitectos argentinos Eduardo M. Lanúsy Pablo Hary. Sus amplios salones, donde se destaca el salón principal con un impresionante vitral en el techo fue acondicionado para alojar el nuevo espacio cultural que tendrá exposiciones permanentes, talleres de enseñanza del idioma coreano, biblioteca y un bello auditorio para charlas, recitales y proyecciones cinematográficas.
En la ceremonia de inauguración estuvieron presentes el embajador de la República de Corea, Lim Ki-Mo; el director del Korean Culture and Information Service (KOCIS, del Ministerio de Cultura, Deporte y Turismo de Corea), Kim Tae-hoon; el director del Centro cultural Coreano, Jang Jinsang; el secretario de Gobierno de Cultura del Minsiterio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación, Pablo Avelluto; el ministro de Cultura de Buenos Aires, Enrique Avogadro; la diputada de la Nación y presidenta del grupo parlamentario de amistad con Corea, Karina Banfi, y el presidente de la Asociación Coreana en Argentina, Lee Byung Hwan.
Entre los nuevos espacios creados, a partir de la amplitud del lugar se cuentan una Sala de Hanbok, dedicada a los vestidos de Corea, que tienen una tradición de siglos y que aún hoy se utilizan para festividades y eventos especiales. Tambien cuenta con una Sala de Hallyu y Hangul. Se trata del alfabeto coreano (hangul) en el que coexisten la belleza, la democracia y el espíritu de amor al pueblo que siempre acompañó su historia. Creado en 1447, posee una excelencia científica reconocida alrededor del mundo ya que sus 24 letras, inspiradas en los órganos vocales, permiten combinar un número casi infinito de palabras. La sala también tiene un espacio dedicado al hallyu, la ola coreana: aquellos productos culturales de exportación, en particular el K-pop, Y no podía faltar un espacio para su comida, el hansik. De hecho, hay pocas cosas que sientan más propias que su cultura culinaria. Entre su gran diversidad de platos se destacan los fermentados, por su sabor particular y su modo de preparación. El kimchi es el alimento fermentado tradicional coreano: existen más de 200 variedades. La sala de Hansik propone un espacio para conocer el mundo culinario coreano y su historia.
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