Por la reportera honoraria de Korea.net, Mónica Angulo de México
30 de junio de 2021
Más allá de su inigualable crecimiento económico y alto nivel de vida, Corea es un país con una riqueza histórica y cultural muy especial. Es una nación que no solo ha logrado proteger y hacer honor a sus tradiciones, sino que ha buscado compartir su cultura con el resto del mundo. Desde mediados de la década de los noventa, la ola coreana o hallyu, ha sido imparable. Iniciando en Asia y extendiéndose por todos los cinco continentes, el hallyu ha aumentado el poder blando de Corea en el ámbito internacional, componente importante del poder e influencia que tiene un país en el mundo.
¿Qué es el poder blando (soft power)?
El soft power surge de los valores que expresa un país por medio de su cultura, y el término se utiliza para referirse a la habilidad de alterar el comportamiento de otros países para obtener beneficios por medio de la atracción. | iStock photos
Traducido como poder blando, este término se utiliza para referirse a la habilidad de alterar el comportamiento de otros países para obtener beneficios por medio de la atracción. Al contrario del hard power (poder duro), que es el uso de la fuerza, el soft power surge de los valores que expresa un país por medio de su cultura. Esta definición nos hace ver el gran potencial de Corea como un referente de soft power, pues la cultura coreana está llena de tradiciones, arte y comida tradicionales que atraen a millones de personas cada año.
En 2014, la Fundación Hansun (think tank surcoreano) posicionó a Corea como el noveno país del G20 con poder nacional total, subiendo cuatro puestos en comparación a 2009. Esto nos hace ver que tanto su poder blando como poder duro e influencia en el mundo ha aumentado durante los últimos años. Es entre periodo de tiempo, específicamente en julio de 2012, cuando la canción “Gangnam Style” de Psy se vuelve viral en Internet y las redes sociales, llevando a millones de personas a buscar información sobre Corea y el K-pop (música pop coreana), impulsando así el movimiento hallyu.
El inicio y desarrollo del movimiento Hallyu
El término hallyu (traducido como ola coreana) fue acuñado en 1999 por un grupo de periodistas chinos para referirse al aumento de popularidad de los productos de entretenimiento de la nación surcoreana en China. Sin embargo, el hallyu comenzó propiamente en 1995, y es posible identificar dos periodos dentro del movimiento de acuerdo con su alcance geográfico y los medios utilizados para su difusión. Hallyu 1.0 se da desde 1995 hasta 2005, y consiste en la difusión de películas coreanas y K-dramas (telenovelas coreanas) en China, Japón y el Sudeste Asiático. Hallyu 2.0, el periodo actual del movimiento, inicia en 2006 con la difusión no solo de películas y K-dramas, sino también de K-pop, eSports y K-beauty (productos cosméticos) en todo el mundo a través de las redes sociales.
Las inversiones de los gobiernos de Kim Dae-Jung (1998-2003) y Lee Myung-Bak (2008-2013) hacia la industria cultural para promover la imagen del país dan excelentes resultados con el paso del tiempo, ya que el hallyu se ha vuelto un puente de conectividad entre Corea y el resto de los países. El fenómeno de popularización de la cultura popular surcoreana ha llevado a que dicha nación tenga, de acuerdo con el reporte Global Hallyu 2020 de Korea Foundation, 104.777.808 millones de fans, razón por la cual el Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo de Corea maneja 42 centros culturales coreanos en todo el mundo.
El impacto del Hallyu en la economía coreana
Actualmente Corea no solo forma parte del G20 (grupo de las veinte economías más grandes del mundo), sino que ocupa el puesto nº10 de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, posicionándose encima de países más extensos territorialmente como Rusia y Brasil. Reportes de la Organización de las Naciones Unidas señalan un incremento reciente de la exportación de bienes coreanos, provocado por el aumento de seguidores de grupos de K-pop y K-dramas, quienes muestran interés en productos y el estilo de coreano.
Este efecto se ha complementado con la atracción del turismo recreativo y educacional a Corea. Durante los últimos seis años se ha visto un aumento en la llegada de estudiantes internacionales, teniendo su punto máximo en 2019 con 160.165 estudiantes que viajaron al país para obtener un título profesional o estudiar el idioma coreano. En 2020, debido a la pandemia de COVID-19, esta cifra disminuyó ligeramente, ya que solo 154.000 extranjeros decidieron estudiar en la nación surcoreana.
Dentro del turismo recreativo motivado por el hallyu es imprescindible mencionar el efecto económico del grupo de K-pop Bangtan Sonyeondan, mejor conocido como BTS. Se estima que en 2017, la banda surcoreana motivó a alrededor de 800.000 turistas a visitar Corea, representando el 7% de todos los visitantes dicho año. Así mismo, se estima que tan solo en 2019, BTS añadió 3.500 millones de dólares a la economía de Corea, entre ventas de productos y turismo. Es por esto por lo que no debe sorprendernos que la banda protagonizara durante 2020 la campaña de turismo de Seúl.
El impacto del Hallyu en la diplomacia coreana
Aunque BTS no es un sinónimo de hallyu, el grupo se ha convertido en el mayor representante del movimiento, especialmente en el ámbito de la diplomacia. | BigHit Music
Aunque BTS no es un sinónimo de hallyu, el grupo se ha convertido en el mayor representante del movimiento, especialmente en el ámbito de la diplomacia. El hallyu busca promover el diálogo y las colaboraciones transculturales, lo cual BTS ha logrado con sus dos apariciones en la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2018 y 2020, y con sus colaboraciones con la Unicef. Desde palabras de aliento para creer en uno mismo, hasta frases motivacionales para seguir adelante durante tiempos difíciles, los discursos del grupo han logrado resonar en millones de jóvenes de todo el mundo, razón por la cual la revista Time los ha incluido en la lista de “Líderes de la Próxima Generación”.
Su labor ha sido reconocida por diversas figuras políticas surcoreanas. En 2018, el ex primer ministro Lee Nak-Yeon reconoció el impacto que BTS ha provocado en la expansión del hallyu y el idioma coreano en el mundo, cuando los siete miembros recibieron la medalla al Orden del Mérito Cultural. De igual manera, en 2019 el presidente Moon Jae-in elogió el éxito de la banda en promover la cultura coreana por todo el mundo.
A pesar de que 2020 fue un año muy complicado para todos los países debido a la pandemia de COVID-19, este fue el escenario ideal para la expansión del hallyu. Desde el éxito de la película Parásitos de Bong Joon-ho y su premio al Óscar como mejor película, el interés por los contenidos de entretenimiento coreanos ha ido en aumento, razón por la cual dicha industria ha seguido expandiéndose aún tiempos de la pandemia. Así, podemos concluir que la exportación cultural de Corea es una estrategia exitosa para obtener poder y mantener influencia en el plano internacional ya que, más allá de atraer recursos económicos en tiempos inciertos, es una fuente de orgullo nacional y esperanza mundial que separa a la nación del resto del mundo y la vuelve un modelo a seguir.
eliasmolina@korea.kr
* Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.