Por la reportera honoraria de Korea.net, Talia Berrones de Ecuador
9 de agosto de 2021
Conocer un país por medio de su literatura es una interesante alternativa para quienes gustan de la lectura. Los aspectos culturales pueden reflejarse en detalles como lugares, refranes y hasta hábitos de los personajes en las obras. Plasmar todo esto ya es difícil para un escritor, ahora imagina tener que hacerlo con un material en un idioma diferente, y tan complejo como lo es el idioma coreano, de eso se trata el trabajo de los traductores.
La traducción literaria no es un reflejo meramente textual, sino que convergen muchos otros aspectos que ayudan a expresar la identidad y sentimiento de la obra. El filósofo y escritor italiano, Umberto Eco, ve esta actividad como una negociación. Según el autor, “traducir significa siempre ‘limar’ algunas de las consecuencias que el término implicaba. En este sentido, al traducir, no se dice nunca lo mismo”.
Para conocer a fondo los procesos de traducción -específicamente del coreano al español- las traductoras Hana Bak y Alba Verea cuentan sus experiencias con literatura coreana, y algunas claves que pueden despertar el interés de nuevos lectores. Pero antes de entrar en materia es importante mencionar que tanto Bak, de Corea del Sur, y Verea, de España, recibieron formación académica en el Instituto de Traducción Literaria de Corea (LTI Korea por sus siglas en inglés), organismo gubernamental responsable de llevar las obras de autores coreanos a diferentes idiomas.
Ahora es momento de sumergirte en el mundo de la traducción literaria.
Idioma vs. Elocuencia
Quizá el pensamiento común es que se necesita gran dominio del idioma coreano -casi nativo- antes de considerar siquiera trabajar en la traducción de una obra. Pues no hay que llevarlo tan lejos. “Aunque puede parecer que lo más importante sería el nivel de idioma coreano -que sí, es muy importante porque si no lo entiendes no vas a poder traducir- yo creo que lo más importante es cómo tú manejes tu idioma nativo, en este caso el español”, indica la traductora española Alba Verea.
Una opinión similar la comparte la surcoreana Bak. Para ella, lo primordial es ser un buen lector. “Antes de entrar a la academia siempre creí que hacía falta un nivel super alto, no como nativa -en su caso de español-; pero me di cuenta de que sí es importante y cuanto más alto mejor, y aun así eso no significa que la traducción esté bien. Conocí a unos compañeros que apenas hablaban coreano, o tenían miedo de hablarlo, pero cuando traducían lo hacían bien, era increíble”. Bak atribuye la elocuencia reflejada en una buena traducción a un “sentido literario” que se desarrolla a partir del gusto por la lectura.
La encrucijada cultural
Al igual que en el resto del mundo, es inevitable que las obras literarias reflejen varios aspectos de sus autores y por consecuencia, de sus países de origen. Ahora, ¿cómo llevar esto a un nivel de entendimiento global?
Desde el punto de vista de ambas profesionales, todo depende de lo que requiera el texto y cada caso es diferente. “Cuando traduzco siempre sé que el lector lo pueda contrastar con lo que puede encontrar en internet. Como hablante nativa del coreano entiendo perfectamente la cultura coreana y cómo tengo que traducir, pero no puedo saber cómo les parecerá a los lectores hispanohablantes[...]. Si son cosas famosas como bibimbap o bulgogui, no hay dificultad, pero si es un aspecto que podría ser difícil de entender, lo traducimos literalmente y, si aún así sigue siendo complejo, lo quitamos. En especial si es un detalle pequeño y no es tan relevante para la historia”, menciona Bak.
En el caso de Verea, ella señala que le parece importante “no exotizar[...]. También es distinguir la línea entre algo cultural que necesitas explicar y algo más a lo que no deberías darle mayor importancia. Al final tú tienes que ver qué te pide el texto en ese momento”.
Homónimos, comida y personajes sin nombre
La gastronomía presente en la literatura es una de las curiosidades que encontró Bak en el trayecto de la traducción. Por ejemplo, la frase "¿bab meog-eosseo?" (밥 먹었어?) -cuya traducción literal sería "¿comiste?"- puede significar ¿Cómo estás?, ¿Cómo te va?. “Hablamos mucho de comida, es muy importante mencionar qué se come, cuándo se come, porque expresamos mucho a través de esta”, señala Bak.
Otro aspecto a resaltar en la literatura coreana son los personajes sin nombre. Algunas de las experiencias contadas por Bak y Verea coinciden con lo expuesto en la conferencia ‘El reto de traducir la literatura coreana’, impartida por la Universidad de El Salvador. Para explicar el porqué de estos peculiares personajes, las catedráticas indicaron que “se buscaba enfatizar el anonimato de la vida contemporánea”, causando así que la historia pudiera ser la de cualquier persona. Y para finalizar, el ritmo intencionado de los textos. Repetición de palabras, homónimos y hasta onomatopeyas son algunos de los recursos usados por los autores coreanos, pero que no son comunes en los escritos en prosa en español.
¿Cómo dar el primer paso a la literatura coreana?
En este punto, no es de extrañar sentir curiosidad sobre la literatura coreana. Las temáticas son tan variadas como en cualquier otro país, pero si se trata de traducciones recientes, los tópicos giran en torno a la fantasía, feminismo, suspenso y ecología. La biblioteca digital del LIT Korea cuenta con información sobre 207 títulos de libros traducidos al español. Además, anualmente proporcionan programas de estudio y becas para quienes desean convertirse en traductores.
Si todavía tienes dudas y no sabes por dónde comenzar, acá te dejamos cinco recomendaciones de libros traducidos al español:
- ‘Laberintos de Neón’, compilación de Editorial Hwarang
- ‘Almendra’ de Won-pyung Sohn
- ‘La única en la Tierra’ de Chung Seran
- ‘Actos humanos’ de Han Kang
- ‘A vista de cuervo’ de Yi Sang
eliasmolina@korea.kr
* Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.