Por el reportero honorario José Alirio Peña de Venezuela
Arnold Henry Savage Landor fue un explorador, escritor e ilustrador que nació en Florencia en 1865. Durante su vida recorrió más de cincuenta países. Después de visitar a Japón,ón realizó un viaje a Corea en 1891, logrando publicar en Londres, en 1895 (bajo la edición de William Heine Mann) un libro ilustrado de experiencias viajeras titulado “Corea or Chosen: The Land of The Morning of Calm” (Corea o Joseon: La Tierra de La Calma Matutina). Con esta publicación logró ser invitado a Balmoral, por parte de la reina Victoria. Ella se interesó en sus aventuras y dibujos.
Sobre el relato de viaje de Savage Landor existe una publicación en línea, en idioma inglés, en la web de la biblioteca digital Gutenberg, que data del año 2004. Veinte años después, el Proyecto Historia Olvidada realiza una publicación en físico con traducción en idioma castellano, edición y comentarios del historiador Luis Javier Nicolás Sánchez.
El propósito de este artículo es describir algunos elementos tradicionales y de modernidad en el relato “Corea o Joseon: La Tierra de La Calma Matutina” sobre la Corea de 1891, autoría de Savage Landor, a fin de destacar las connotaciones contextuales y la perspectiva del autor a finales del siglo XIX.
El castigo del paseo con una tabla | Dibujo de A. H. Savage Lando
Tradición y modernidad en el mundo occidental del siglo XIX
En el pensamiento occidental del siglo XIX la tradición se consideraba como un conjunto de características propias de determinadas culturas y modos de vida que antecedían a la modernidad como etapa o estado donde se producían importantes cambios tecnológicos, económicos, políticos, sociales y subjetivos.
En el siglo XIX se consideraba que las sociedades atravesaban un desarrollo lineal desde lo tradicional-local hasta la modernidad-mundial. El concepto de “lo moderno” se usó como oposición a lo antiguo, clásico y tradicional. Los proclamados modernos (con base en el proceso de industrialización, el interés en la razón, la secularización y la burocratización) empezaron a describir a otras sociedades como bárbaras y atrasadas.
El burro de un funcionario coreano en 1891 | Dibujo de A. H. Savage Landor
Lo bárbaro
Adquiere dos connotaciones en el relato de Savage Landor. Una, hace referencia a lo más tradicional y tosco de los coreanos, como el caso del kan (ondol) y el castigo del paseo con una tabla. Otra, se centra en lo ajeno de aquel mundo europeo desconocido por los coreanos, pero asociado a la idea de progreso por parte de los propios europeos.
Para el viajero, el kan representaba una tortura ante la cual los coreanos se habían adaptado, considerando que en Europa las estufas de leña o resina eran las más empleadas para mantener el calor dentro de las viviendas, independientemente de la clase social. “Recuerdo bien, la primera vez que use un ‘kan’, el nombre nativo del horno. En esa ocasión, sentí tanto calor que pensé que había entrado en un horno crematorio en lugar de un dormitorio…” (Savage Landor)
En cuanto a los castigos aceptados por las personas de una manera sumisa, tiene que ver, quizá, con la tradición feudal y la esclavitud. Hombres y mujeres se convertían en propiedad de quien adquiría las tierras donde vivían. Y no es sino hasta 1894 cuando se elimina de manera formal la esclavitud en Corea.
El “diablo extranjero masculino” y el “bárbaro extranjero que usa botones en su vestimenta” son las maneras como Savage Landor describe lo extraño, lo ajeno, por parte de los coreanos, con la idea implícita de que, en efecto, en Europa, esto no es bárbaro. Hay un sentido de lo moderno que, más exactamente, se corresponde a tradiciones de contextos europeos (distantes) más que a elementos de la modernidad misma. Usar botones y permitir a las féminas conversar con los hombres son costumbres occidentales. En estos casos el concepto de tradición implica la idea de autoridad. Si algo es “por tradición” merece respeto, debe ser aceptado.
Un funcionario en una silla monociclo | Dibujo de A. H. Savage Landor
Medios de transporte
Son formas de poner en relieve cuan industrializado está un país. Para 1891 la dinastía Joseon contaba con medios precarios de transporte. Los burros y los pequeños caballos eran el principal medio de transporte. Estos últimos eran descritos, por Savage Landor, como más pequeños que cualquier shetland, es decir, una raza de caballos originaria de las Islas Shetland, frente a la costa norte de Escocia.
Las carreteras apenas servían para conectar las ciudades pero no poseían la infraestructura para que circularan medios de transporte con ruedas de caucho. La silla monociclo equilibrada por un hombre adelante y otro detrás, solía ser el transporte de algunos funcionarios.
La estación de señales | Dibujo de A. H. Savage Landor
Medios de comunicación
Luis Javier Nicolás, traductor y editor de la publicación en español de “Corea o Joseon: La Tierra de la Calma Matutina” sostiene que se desconoce cuán precisa es la historia que le contaron a Savage Landor sobre un teléfono instalado en el ataúd de la reina, pues es la única referencia que se tiene sobre esta historia. Sin embargo, aclara que a partir de los artículos de los periódicos del momento se puede comprobar que había teléfonos en el palacio antes de 1898.
Sobre los pon-wa o señales de fuego, Arnold Savage se sorprende que un espectáculo tan bonito hecho con cinco montones de piedras en la cima del monte Namsan fuera el método de seguridad empleado desde hace muchos años a lo largo de la costa. Era la manera de alertar la presencia de invasores. Métodos precarios de alarma.
La no inclusión del teléfono y de señales de alarma diferentes a los pon-wa pone en evidencia que la modernización de Corea (proceso de modernidad fuera de Occidente) requería antes que introducir inventos y tecnologías una reflexión sobre la propia modernidad, el porqué adherirse a las tecnologías, cuál era el sentido para la sociedad y para cada persona.
Tapa y contratapa de la edición 2024. Traducción al castellano por Luis Nicolás Sánchez | Dibujo de A. H. Savage Landor
A modo de cierre
Se intentó destacar elementos tradicionales y de modernidad en el relato de viaje de Arnold Henry Savage Landor sobre la Corea de 1891 partiendo del propio pensamiento sobre la modernidad y tradición del siglo XIX a fin de evitar anacronismos.
Es preciso reconocer que en el intento por destacar elementos tradicionales y de modernidad savagerianos (por darle algún nombre), impregnados de pensamientos positivistas, se encontraron nociones no tan claramente delimitadas, y más bien híbridas, entre tradición y modernidad. Esto lleva a pensar que las dualidades atraso-progreso y barbarie-civilización no se corresponden exacta y fielmente a los relatos de viaje de Savage. Sin embargo, siempre existe un mínimo imaginario específico sobre eso que se llama tradición y modernidad.
Para tener una visión más amplia les invito a ver la ponencia titulada “Elementos tradicionales y de modernidad en el relato de viaje de A. H. Savage Landor sobre la Corea de 1891” autoría de Claritza Arlenet Peña Zerpa y José Alirio Peña Zerpa, presentada en la mesa 2 sobre “Historia Contemporánea de la Península de Corea (siglos XIX-XXI)” en el marco del “XI Congreso Nacional de ALADAA Argentina 2024".
kimhyelin211@korea.kr
Este artículo fue escrito por un reportero honorario de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios proviene de todo el mundo y trabaja para compartir su afecto y entusiasmo hacia Corea.