Por la reportera honoraria Merit Mendoza de México
Fotografías: Captura de pantallas de Apple TV
“El océano es nuestro hogar. No podemos dejar de bucear; tenemos que ir al mar. Incluso en mi próxima vida volveré a bucear. Solo una anciana y el mar, para siempre.” – Geum Ok, haenyeo.
De acuerdo con la página web de la Unesco, en su pestaña Patrimonio Cultural Inmaterial, en Corea existe una comunidad de buceadoras llamadas haenyeo, que se sumergen en el océano sin máscaras de oxígeno para pescar mariscos como abulones o erizos de mar. Esta actividad es su sustento económico, pues lo extraído se vende en mercados de la zona y, de esta forma, se gestionan actividades pesqueras y la conservación del medio ambiente gracias a sus métodos ecológicos. Dentro de la misma fuente, se menciona que Jamsugut, diosa del mar, acompaña en cada una de sus actividades a las haenyeo, las ayuda a tener un buceo sin riesgos y una pesca abundante.
En 2016, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) declaró a las haenyeo como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, al celebrar la resiliencia de las mujeres, la promoción de prácticas pesqueras ecológicas, la transmisión de la actividad a través de las familias, escuelas, cooperativas pesqueras y asociaciones de buceadoras, así como su contribución a la conservación del medio ambiente.
Las últimas mujeres del mar es un documental de 2024 dirigido por Sue Kim, donde se retrata el día a día de las haenyeo en la isla de Jeju, en Corea. Como menciona el sitio web especializado en cine Filmaffinity, este trabajo fue premiado en el Festival de Toronto 2024 con el Premio NETPAC, en la categoría de Mejor Película Asia/Pacífico.
A lo largo de la crónica audiovisual, podemos observar tres grandes problemas que enfrentan actualmente las haenyeo: la edad y la poca participación de nuevas generaciones, la contaminación de los océanos y las aguas residuales radiactivas de la central nuclear de Fukushima.
La sabiduría en la vejez. El legado de las haenyeo
A lo largo de la película, conocemos la vida diaria de las haenyeo de la isla de Jeju, quienes están entre los 70 y 80 años de edad. Aprendemos cómo sus actividades se complementan con su trabajo en el mar, así como las dificultades que enfrentan. Una de las grandes preocupaciones de la comunidad es que la mayoría de las mujeres se encuentran en el rango de personas mayores y, aunque su condición física es excelente, tarde o temprano se necesitará a más personas que puedan preservar el buceo.
Soon Deok Jang en la ONU. Las últimas mujeres del mar
Aquí conocemos a Soon Deok Jang, de 72 años, quien continúa siendo haenyeo a pesar de su edad y problemas físicos como dolores de espalda causados por el buceo. Ella comenzó esta actividad cuando tenía 20 años y dejó de bucear cuando se casó; sin embargo, volvió a hacerlo para sustentar sus gastos. Cuenta que lleva 52 años como haenyeo y que su mayor preocupación es que, a pesar de las actividades realizadas por el grupo de buceadoras para atraer a más personas, el número no incrementa, por lo que piensa que muy pronto dejarán de existir.
Solo el 5 por ciento de las mujeres de las islas se convierten en haenyeo, lo que representa un gran problema para la conservación de la práctica. Aquí conocemos a Sohee Jin y a Jungmin, haenyeos contemporáneas que, a través de redes sociales y videos en YouTube, han aumentado el interés por esta tradición.
Un océano invadido. La amenaza silenciosa de la basura marina
Además de la amenaza de desaparición por falta de practicantes, hay otra constante que pone en riesgo a las haenyeo: el cambio climático y la contaminación de las aguas. Soon Deok Jang ha radicado toda su vida en la isla, por lo que combina su actividad pesquera con la narración de visitas guiadas a turistas que llegan a Jeju para que conozcan más acerca del lugar, su historia, su preservación y su importancia en Corea.
Soon Deok Jang en visita guiada de Jeju.
Aquí cuenta que una de las preocupaciones de toda la comunidad es que la basura proveniente de China, Japón y Corea llega al mar y, de ahí, se traslada a la isla, ocasionando un grave problema de salud para las haenyeo, pues se exponen a diferentes enfermedades en la piel o los pulmones debido a los líquidos vertidos al momento de desecharlos. Estos, en su mayoría, son plásticos, residuos de consumo humano, corcho blanco, entre otros.
Aguas en peligro. Preocupación por los vertidos radiactivos de Japón
A finales de 2024, Japón liberó al océano 78,200 toneladas de aguas residuales radiactivas de la central nuclear de Fukushima, con la autorización del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Esta noticia puso en alerta a la comunidad haenyeo, pues pone en riesgo la salud de las buceadoras a mediano plazo.
El tema se aborda dentro del documental a través de la participación del grupo con personas de organizaciones civiles, quienes proponen la realización de diferentes manifestaciones para evitarlo. Sin embargo, el vertido se lleva a cabo, causando una gran preocupación para todas las mujeres buceadoras.
Es en esta parte del documental donde podemos observar diferentes rituales hechos a la diosa del mar Jamsugut, con la ayuda de una chamana que ofrece distintas ofrendas para que se proteja la vida marina y la práctica haenyeo, a pesar de lo realizado por Japón.
Además, volvemos a ver a Soon Deok Jang, quien es invitada a Ginebra, Suiza, para hablar ante funcionarios y activistas de la Organización de las Naciones Unidas sobre la importancia de las haenyeo y la preocupación por la contaminación radiactiva del ecosistema marino.
"Soy haenyeo, una marinera de Jeju. Como buceadora, me gano el salario en el mar para alimentar a mi familia. De origen humilde, me he ganado la vida buceando. He vivido toda mi vida en las aguas limpias de Jeju, pero Japón está vertiendo aguas tóxicas al mar. Por favor, dejen de tirar al agua antes de que sea muy tarde. Gracias". — Soon Deok Jang, haenyeo. Discurso ofrecido a la ONU.
Soon Deok Jang en la ONU.
A través de una estética que constantemente muestra colores azules, cafés y blancos, conocemos la vida de, en efecto, las últimas mujeres del mar. Gracias a su constante participación, aprendemos más acerca de la importancia del buceo a través de las mujeres que, día a día, ponen en alto el nombre de la comunidad.
Las últimas mujeres del mar no solo documenta la vida de las haenyeo, sino que también nos enfrenta con preguntas urgentes sobre el futuro: ¿quién cuidará del mar cuando ellas ya no estén? ¿Qué pasará con una tradición que ha resistido el paso del tiempo, pero que ahora se ve amenazada por la indiferencia global frente a la contaminación y el cambio climático?
Sue Kim logra plasmar una memoria viva que resiste bajo el agua, entre corrientes contaminadas y decisiones geopolíticas que parecen ignorar el valor de estas mujeres y su legado. Las haenyeo no solo bucean por sustento: lo hacen por amor, por historia, por comunidad. Su lucha silenciosa —entre redes, rituales y manifestaciones— es también un grito que nos invita a reflexionar sobre lo que estamos perdiendo.
Mientras el mar siga llevando su canto, y aunque el número de haenyeo disminuya, su ejemplo seguirá latiendo en cada ola que toca las costas de Jeju. Su historia, al igual que su inmersión diaria, es un acto de resistencia.
kimhyelin211@korea.kr
Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afecto y entusiasmo hacia Corea.