Por la reportera honoraria Alexandra Polcovnicu de Rumanía

Del 23 al 25 de mayo, el corazón de Transilvania se llenó de color, música y celebraciones culturales cuando Cluj-Napoca acogió una vez más su esperado evento anual, los Días de Cluj. Este festival, uno de los más importantes de la ciudad, celebra la creatividad, la cultura y el sentido de comunidad, reuniendo a personas de todas las edades y orígenes. Al igual que en Corea con el “Día Juntos”, Cluj celebra la diversidad y la convivencia intercultural.

Durante el evento EthniCity, que forma parte del festival, cada comunidad internacional tuvo la oportunidad de presentar su cultura. Entre los stands culturales, el de Corea fue uno de los favoritos del público, ofreciendo una experiencia completa a través de juegos tradicionales, trajes típicos, danza y gastronomía.

Juegos tradicionales que conectan culturas

Una de las atracciones más populares este año en el stand de Corea fue la posibilidad de jugar ttakji y jegichagi, juegos tradicionales coreanos que despertaron curiosidad entre las personas presentes. Muchas reconocieron los juegos por la famosa serie "El juego del calamar", lo que hizo que la experiencia fuera aún más entretenida.

Como parte de la actividad del "Pasaporte Cultural", los visitantes pasaban por cada stand internacional, respondían una pregunta de cultura general sobre ese país y ganaban un sello para participar en la rifa final llamada "EthniCity". En el stand coreano, los participantes podían poner a prueba sus conocimientos sobre Corea o jugar a los juegos tradicionales.

Una tradición llena de color: el hanbok coreano

Dos tipos de hanbok, el vestido tradicional de Corea, también fueron presentados y rápidamente se convirtieron en una de las principales atracciones del stand. El primero fue el hanbok utilizado en la danza tradicional con abanicos, con faldas rojas y blusas blancas o azules. El segundo estaba inspirado en los estilos aristocráticos de las dinastías coreanas, destacando por su elegancia y detalles refinados.

Los visitantes se mostraron fascinados por los tejidos, los patrones y el significado detrás de cada prenda. Los voluntarios, en su mayoría estudiantes de la carrera de Lengua y Literatura Coreana, compartieron curiosidades que dieron vida a estas vestimentas. Su dedicación fue clave para lograr un intercambio cultural auténtico.

Bailando en los pasos de la multidiversidad

El estand coreano también ofreció un espectáculo especial de danza, a cargo del grupo "Arirang", la segunda generación del grupo de baile del Departamento de Coreano de la Facultad de Letras. La actuación recibió el nombre de "Arirang", canción popular considerada himno no oficial de Corea, que simboliza esperanza, nostalgia y resistencia.

La coreografía se dividió en dos partes: una introducción centrada en los movimientos de las manos y una danza tradicional con abanicos (buchaechum), en la que los bailarines crearon figuras visuales con abanicos coloridos. El grupo bailó al ritmo de la música de Ahn Ye Eun, una artista coreana que mezcla pansori (canto narrativo tradicional) con instrumentos modernos y elementos pop. Su estilo único aportó una energía contemporánea sin perder la esencia de las raíces musicales de Corea.

El sabor de Suwon en Cluj

Durante los Días de Cluj, también se ofreció una experiencia gastronómica coreana muy especial. Chefs de Suwon, ciudad hermanada con Cluj-Napoca, organizaron talleres prácticos de cocina cada día. Los participantes, equipados con delantales y gorros de cocina, aprendieron a preparar tteokbokki, kimbap y kimchi con la ayuda de los chefs coreanos.

Al finalizar, todos pudieron disfrutar de un buffet con delicias coreanas y votar por sus sabores favoritos. Estos talleres no solo acercaron la gastronomía coreana a nuevos públicos, sino que también ofrecieron momentos de alegría compartida.

Ritmo y tradición del mundo hispanohablante

Además del estand coreano, los países hispanohablantes también brillaron con luz propia en esta edición del festival. Estuvieron presentes los stands de Colombia, España, Ecuador, Perú, México y Venezuela, cada uno mostrando lo mejor de su cultura a través de música típica, bailes tradicionales y trajes coloridos que llamaron la atención de todos los visitantes.

Los participantes pudieron disfrutar de espectáculos de mariachi, demostraciones de danzas folklóricas y mini talleres de baile, desde zumba hasta tango y ritmos típicos de cada país. Fue una oportunidad única para aprender algunos pasos nuevos, compartir la alegría de la música y conectar con culturas hermanas.

Una celebración de culturas que nos une

Los Días de Cluj 2025 mostraron, una vez más, cómo la diversidad cultural puede unir a personas de todo el mundo. Ya sea a través de los sabores de la cocina coreana, la energía del mariachi mexicano, la elegancia de un hanbok o los pasos de una danza andina, este festival ofreció un viaje multicultural inolvidable. Gracias a experiencias como esta, la cultura se vive, se comparte y se celebra, dejando recuerdos únicos en quienes participan año tras año.

kimhyelin211@korea.kr

Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afecto y entusiasmo hacia Corea.