Opinión

05.03.2024


Por Yang Sangkeun
Director del Centro Cultural Coreano en Alemania


Hay muchos factores que determinan las características culturales de un país, por eso es difícil descartar su cultura alimentaria. Desde la antigüedad, no ha habido tarea más importante para la humanidad que comer para vivir. Incluso, si los miembros de una comunidad específica migran hacia otros lugares, su forma de alimentarse sigue intacta y se transmite de generación en generación. En este sentido, se puede decir que el grado de difusión de la cultura alimentaria de un país influye en los rasgos de la cultura de una nación.

Recuerdo haber visitado un restaurante coreano justo después de asumir el cargo de director del Centro Cultural Coreano (CCC) en Alemania. Debo confesar que quedé impactado apenas lo vi. Se trataba de un restaurante tan pequeño y sencillo, que era difícil llegar a creer que fuera un restaurante coreano. Cuando entré, me di cuenta de que todas las mesas estaban llenas y había muchos lugareños disfrutando de la comida coreana. Pero, me resultó aún más sorprendente ver que este tipo de escenas se repetían en los casi 100 restaurantes coreanos que hay en Berlín.

Lo que más me sorprende es pensar que hace 15 años, cuando fui como estudiante de intercambio a Berlín, se podían contar los restaurantes coreanos con los dedos de las manos. Además, la mayoría de los clientes eran turistas o inmigrantes coreanos. Debo decir que es un cambio dramático.

Entonces, ¿cómo pudo la comida coreana seducir las papilas gustativas de los alemanes en un período de tiempo tan corto? Considero que no puede explicarse este cambio sin hablar de la expansión de la ola coreana en Alemania.

De hecho, la ola coreana tuvo un comienzo lento en Alemania, en comparación con otros países como los de Asia. La intensidad con la que se vive la misma es relativamente más pasiva. La razón principal se puede encontrar en el hecho de que Alemania, como país, cambia rápidamente y no tiende a irse a los extremos, como cuando se cambia del estado frío al caliente de manera rápida. Por otro lado, se puede encontrar otra explicación con la transición que está teniendo de pasar de los medios tradicionales hacia los nuevos medios.

En la mayoría de países, el auge de la ola coreana se produjo entre finales de los años 1990 y principios de los 2000, debido a la popularidad de dramas como "Una joya en el palacio" (2003) y "Sonata de Invierno" (2002). Por otro lado, en Alemania era raro que la televisión pública transmitiera dramas asiáticos. Como resultado, las bases para la propagación de la ola coreana se formaron un poco tarde.

Sin embargo, hoy en día, a medida que ha crecido la influencia de los nuevos medios, especialmente el uso de las plataformas de servicios de transmisión en línea (OTT, por sus siglas en inglés), ver dramas coreanos se ha convertido en una rutina diaria. Estos cambios han aumentado la frecuencia del contacto de la población local con la cultura coreana, de tal manera que, el contenido cultural coreano que se plantea en los dramas, está naturalmente conectado con el consumo real.

Como resultado de la promoción de la imagen de la comida coreana como una gastronomía saludable y dietética, se ha generado un boom de la misma. Recientemente, se está extendiendo la tendencia de cocinar y comer comida coreana en casa. Por estos días, la comida coreana se considera una de las principales culturas alimentarias de Alemania y está ganando terreno, hasta el punto de que se pueden comprar una variedad de ingredientes de comida coreana en los supermercados locales.

Al observar el apogeo sin precedentes de la comida coreana, lo primero que debemos hacer es sentirnos orgullosos y realizados. Por otro lado, es cierto que existe preocupación sobre cuánto tiempo podrá durar esta felicidad.

Según un informe reciente de los medios de comunicación, solamente en Berlín unos 100 restaurantes coreanos están prosperando gracias a la ola coreana. A pesar de ello, muchos están dirigidos por personas no coreanas, como chinos o vietnamitas. Aunque estos restaurantes operan bajo letreros al estilo coreano, es común encontrar casos en los que se sirven el kimchi (plato de vegetales fermentados de origen coreano) y el bibimbap (arroz mezclado con varios ingredientes y salsa de chile rojo) elaborados con especias e ingredientes desconocidos, o los nombres de los alimentos están escritos incorrectamente. Por ejemplo, "Kimchi mandu" se escribe como "Mandu kimchi".

Por supuesto, el hecho de que personas de otros países estén participando en la creación de restaurantes coreanos, significa que la comida coreana es muy popular, pero en otros sentidos también significa que el riesgo de que la reputación de la comida coreana que se construyó con gran dificultad, pueda desaparecer en un abrir y cerrar de ojos.

Por lo tanto, si bien las actividades de los CCC en el extranjero se han centrado en crear conciencia sobre nuestra cultura y expandir una nueva demanda, ahora es necesario hacer más esfuerzos para proteger y preservar el valioso valor de la ola coreana, que se ha cultivado desde tiempo atrás.

Por ejemplo, en octubre del año pasado, en el evento "Semana gastronómica de Berlín", que atrajo a decenas de miles de personas, nuestro lema promocional principal fue "promover adecuadamente la comida coreana". Este evento brindó a miles de visitantes la oportunidad de reconocer el verdadero valor del "kimbap coreano", que anteriormente se había confundido con el "sushi japonés".

Aunque los lugareños adoran consumirlo en su vida diaria, hay muchos casos en los que no son conscientes de que en realidad es parte de la cultura coreana. En el futuro, nuestro centro planea trabajar más duro para promover el verdadero valor de la cultura coreana.

Por medio de diversas actuaciones, exposiciones y programas de conferencias, que son los principales activos del centro, permitimos a los participantes ver, escuchar y experimentar de una manera integral y tridimensional cada rasgo de Corea, al mismo tiempo que ayudamos a las generaciones futuras locales a encontrar y reconocer desde una edad temprana la forma adecuada de percibir la cultura coreana. Asimismo, en un futuro planeamos ampliar el "programa de invitaciones".

Dicho programa genera una alta satisfacción de los participantes y es una herramienta eficaz para inculcar una imagen positiva de Corea desde una edad temprana. En el caso de nuestro centro, ha invitado entre 30 y 40 grupos de estudiantes de escuela primaria cada año, para presentarles de manera integral la cultura tradicional y moderna coreana. A través de estas pequeñas acciones se puede concebir desde cero la imagen de la futura ola coreana en Alemania.

Este año se cumple el 30º aniversario de la apertura de nuestro centro. Es evidente que gracias a los esfuerzos de muchas personas, que han trabajado arduamente a pesar de las difíciles condiciones, la cultura coreana está floreciendo cada día. Ahora es el momento de poner más esfuerzo en gestionar los árboles de la ola coreana cultivados por nuestros predecesores para que puedan dar frutos por mucho más tiempo.