El gobierno de la ciudad de Incheon colocó una placa conmemorativa de lado de la calle 72, en el año 2002, por la esquina de ¨El Chemulpo¨.
Por la Reportera Honoraria de KOREA.net, Nerea Ramírez de México
16 de marzo de 2018 | Nerea Ramirez
El barrio de Santiago, está dentro del centro histórico de Mérida, Yucatán. Ahí, el parque, es flanqueado por la iglesia de Santiago y el mercado Santos Degollado, ideal para disfrutar de la gastronomía yucateca. De hecho, los lugareños cuentan que fue donde nacieron las marquesitas, un postre tradicional que consiste en un rollito hecho a base de cono de helado relleno de queso bola.
A unos cuantos metros, justo en donde las calles 57 y 72 se cruzan, se le conoce como la esquina de “El Chemulpo”.
Hoy en día, el edificio que ahí se encuentra, corresponde a las oficinas locales del Nacional Monte de Piedad, pero en 1920, existió un local llamado “Bar Santiago”.
El 15 de mayo de 1905, mil 14 coreanos llegaron a Yucatán en tren después de haber desembarcado en Salina Cruz, Oaxaca, región que se encuentra al sur de México colindante con el océano Pacífico. Al arribar fueron distribuidos en 22 haciendas henequeneras, en algunos casos, muchas familias quedaron separadas y trabajaron en las mismas condiciones precarias, que los indígenas y campesinos mexicanos durante la época conocida como el Porfiriato.
Además, Yucatán había pasado por un triste capítulo en su historia, denominado “la guerra de las castas”, durante la cual, los mayas (pueblo que estuvo en donde hoy es Yucatán), se rebelaron contra los blancos ricos y hacendados, derivando en la matanza de muchos indígenas, por lo cual, comenzaron a traer mano de obra extranjera, primero china y luego coreana.
Una vez concluida la Revolución Mexicana en la década de los años veintes del siglo antepasado, durante la cual, se luchó por los derechos de los campesinos, la mayoría de los coreanos que llegaron en 1905 a Yucatán, para trabajar el henequén, ahora libres de los esclavizadores contratos de los hacendados, se establecieron en el Barrio de Santiago y continuaron trabajando bajo la protección de sindicatos ejidales; además ampliaron su abanico de ocupaciones.
Muchos de ellos habían establecido modestos negocios alrededor de esta plaza, trabajaban en el mercado o venían desde las haciendas, y el “Bar Santiago”, constituía el único punto distracción para los trabajadores.
“El rumbo de Santiago, es a donde los coreanos que venían de las haciendas rentaban un cuartito y empezaban a trabajar en el mercado. Las familias que más rápidamente progresaron eran las que tenían varones en la familia y así de esa manera, primero venía el varón con dos o tres amigos, trabajaban en el mercado, juntaban una lana, regresaban a la hacienda a buscar a papá y a mamá y al venir, formaban una familia entera y ponían una pequeña tienda de abarrotes u otro comercio que ayudaba a que mejorara su economía", relata Genny Chans Song, descendiente en tercera generación de la migración de 1905 y ex directora del Museo conmemorativo de la Inmigración coreana a Yucatán.
La placa de Chemulpo (arriba) y el edificio de la oficina de Nacional Monte de Piedad, que era el Bar Santiago que vio las lágrimas de trabajadores coreanos. (abajo)
Genny, recuerda con nostalgia y orgullo la historia que escuchó de los mayores sobre el barrio de Santiago. Entre sus anécdotas, relata que cuando los hombres entraban en copas, la nostalgia por la tierra dejada atrás y a la que no podían regresar debido a la ocupación japonesa, se hacía evidente.
“Los coreanos que venían a trabajar de las haciendas al mercado de Santiago, iban a tomar una cerveza allá. Después de algunas cervezas empezaban a gritar ¡Chemulpo, Chemulpo! y el dueño del bar les dice 'ustedes seguramente están insultando en su idioma' y dicen 'no, señor, Chemulpo no es un insulto, Chemulpo es mi ciudad’ y sacaban una foto mostrándoles lo que era Chemulpo, diciendo ‘y lloramos y gritamos porque estamos tristes; queremos volver a Chemulpo y no podemos porque los japoneses están allá’.”
Aquel nombre desconocido para el dueño del bar, era como se conocía a la ciudad de Incheon donde estaba el puerto donde habían salido 1400 personas de las cuales, sobrevivieron esas 1014 que llegaron a Yucatán.
El dueño del bar, conmovido por la historia de los coreanos, decidió cambiar el nombre del bar a “El Chemulpo”, como un homenaje a la historia de aquellos clientes suyos. Y este lugar continuó siendo un punto de encuentro en años posteriores.
En Mérida, las esquinas son nombradas con algo representativo del lugar donde se ubican y se les coloca una plaquita con el nombre asignado y un dibujo alusivo.
Ese es el caso de la esquina “El Chemulpo”, donde una placa de piedra, colocada de lado de la calle 57, dibuja a un barco, el Ilford, (que fue en el que llegaron hasta Salina Cruz) y dos torres de una hacienda henequenera.
En el año de 2005, dentro de las conmemoraciones por el centenario de la llegada de los primeros coreanos a Yucatán, el gobierno de la ciudad de Incheon, colocó una placa conmemorativa de lado de la calle 72, como símbolo de amistad, en el edificio que alguna vez fue testigo de la nostalgia de los primeros coreanos llegados a México, en el lugar donde lloraban por Chemulpo, donde estuvo el Bar Santiago.
kimhyelin211@korea.kr
* Este artículo fue escrito por una Reportera Honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de Reporteros Honorarios son de todo el mundo y trabajan para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.