Por la reportera honoraria de Korea.net, Araceli González de Argentina
28 de septiembre de 2021
En este artículo te presentaremos dos documentales realizados en la Argentina que nos relatan la historia de las primeras generaciones de ciudadanos coreanos y sus descendientes, quienes llegaron al país con las corrientes migratorias que los trajeron hasta aquí en búsqueda de nuevas oportunidades y condiciones de vida en aquellos años en los que la recién nacida República de Corea vivía aún los vestigios que la guerra con su contraparte del norte hubo ocasionado en la península.
Estos documentales, cada uno con su propia historia, comparten algo en común y es que, nos habilita a ver desde la perspectiva de sus protagonistas cómo se vivencia en carne propia la búsqueda de la identidad que emerge de ellos.
Halmoni de Daniel Kim (2018)
El título de este documental "Halmoni" proviene del idioma coreano y se traduce como abuela. El documental trata de la historia de la abuela del mismo director Daniel Kim la protagonista principal. | Cuenta oficial del Festival Internacional de Cine Documental de Buenos Aires en Twitter
Este es el nombre de la ópera prima del joven talento egresado de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), entidad de formación cinematográfica de carácter público dependiente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina (INCAA).
El título de este documental proviene del idioma coreano y se traduce como “abuela”. Es justamente la abuela del mismo director Daniel Kim la protagonista principal en ella y sin embargo a pesar de esto, la historia no es sólo su historia, sino que al mismo tiempo refleja también la de millones de inmigrantes de diferentes países alrededor del mundo.
Jo Ok Sim, la abuela es quien nos relata en este film de poco más de una hora, su propia vida y la de su familia, su huida de Corea en plena guerra, la llegada a la Argentina y los primeros pasos que dieron aquí, en la ciudad del fin del mundo: Ushuaia, la cual es conocida como la ciudad más austral del mundo.
Desde el momento en que este largometraje inicia, nos sumergimos junto a ella a través de sus recuerdos en todo lo que ha vivido y el ritmo que lleva el film es tan preciso que es capaz de transmitir las emociones de quienes nos van acercando la historia, que se convierte en una pieza audiovisual de rápido consumo capaz de generar al mismo tiempo un sinfín de reflexiones en torno a aquello que se nos está mostrando.
El primer sitio en el que llegaron aquí a Latinoamérica fue Brasil, luego de vivir allí un par de años finalmente migran a Buenos Aires, la capital de Argentina y luego se instalan en la provincia de Tierra del Fuego, específicamente en Ushuaia, siendo de este modo los primeros habitantes coreanos en este recóndito lugar del mundo.
La familia de Jo Ok Sim se convirtió en los primeros productores agrícolas en lograr el cultivo de lechugas en la región que no era adecuada para ello. La imagen tomada del documental muestra a uno de los productores agrícolas que empezaron a cultivar lechuga en Ushuaia después del logro de la familia de Jo. | Captura de la pantalla de canal de ifuknow70 en YouTube
Con mucho esfuerzo, a la familia le es cedida tierras por parte del gobierno de la provincia y se convierten así en los primeros productores agrícolas en lograr la introducción del cultivo de lechugas en tierras que no eran las más adecuadas para ello y por lo cual nunca antes otros productores se habían arriesgado a invertir dinero, tiempo y energía en lograrlo. Sin embargo, Jo Ok Sim y su esposo lo consiguen y a partir de ello comienzan a trabajar en la agricultura, abriendo viveros y granjas de cultivo, siendo noticia no sólo en la ciudad sino también en la propia Corea.
La fuerza que radica en este film es la disyuntiva de la identidad que se genera tanto en la abuela, sus hijos y el propio Daniel, quien a través de la voz de su halmeoni cuenta la historia de la familia y también de las comunidades de inmigrantes, pero especialmente de los inmigrantes coreanos que buscan mantener vivas esa identidad en un país lejano y con una cultura completamente diferente, pero también en el modo en que han sabido formar sus identidades a partir de este punto de inflexión que generó en sus vidas estos cambios: la interculturalidad que los dota pero la cual también se convierte muchas veces en el costo de no poder sentirse completamente identificado con ninguna de ambas culturas.
Los pilares del trabajo, la unidad familiar y la identidad son asuntos que esta obra aborda de manera maravillosa y conmovedora, la cual no solo nos habla en presente, sino que nos acerca recuerdos del pasado a través de cintas familiares que son compartidas y brindan al espectador la sensación de intimidad con esta familia.
Daniel forma parte de la primera generación de coreanos nacidos en Ushuaia. Para él este documental intentó responder a una de las preguntas que sigue vigente en su vida desde que es un niño:”¿A partir de qué construimos nuestra identidad?”
Kim a través de su film resalta cómo a pesar de sus dificultades, sus abuelos lograron superarlos y lograr el crecimiento del vivero que hasta hoy día mantiene su abuela y cómo le han sido heredados los valores del esfuerzo y el trabajo y a través del relato de esta vivencia de su abuela, lo que hace es una oda a su familia.
“Halmoni es un documental sobre la migración coreana sobre el trabajo, sobre la identidad, sobre la tierra, sobre la familia, sobre las plantas, sobre Ushuaia, sobre Corea.
Halmoni es un documental sobre mi abuela”.
-Daniel Kim
Puedes disfrutar de Halmoni desde Argentina ingresando al sitio web Cine.ar o a través de la aplicación Cine.Ar
Póster oficial del documental "Mi último fracaso" dirigido por Cecilia Kang. | Cuenta oficial de Mi último fracaso en Facebook
Cecilia Kang es también egresada de la ENERC y cuenta con un posgrado en Laboratorio de Cine de la Universidad Torcuato Di Tella. Fuente del afiche de la película tomada de misbelovedones productora. Todos los derechos reservados de la imagen a su respectivo autor.
Este documental dirigido por Cecilia Kang, al igual que Halmoni es un vistazo a la propia familia de su directora. A partir de él, lo que se nos pone en el foco de observación es la vida de su hermana y su madre además de la propia en lo que se convierte una mirada íntima a sus vidas, pero en la que al mismo tiempo se nos presentan a otras dos grandes mujeres ajenas a lazos familiares con ellas pero que son admiradas por la comunidad coreana en el país, especialmente por las mujeres, ya que ambas se erigen como símbolos de que el desarrollo y el crecimiento personal como mujeres han alcanzado no es algo imposible de lograrse aún en una sociedad con una cultura conservadora.
La directora Cecilia Kang (derecha) relata la vida y las preocupaciones de las mujeres de la comunidad coreana en Argentina a través de su documental "Mi último fracaso". | Cuenta oficial de Mi último fracaso en Facebook
Yun Shin Kim y Teresa Tan Kim, inmigrantes coreanas en el país son estas dos mujeres fuertes que se suman al relato a reforzar esta mirada más feminista de la directora en torno al rol de las mujeres coreanas en Argentina y la disyuntiva que recae en ellas al ser constituidas por ambas culturas, con las dificultades que ello mismo conlleva.
Mi último fracaso es un documental que busca mostrar cómo se vive en el cuerpo el hecho de ser un mujer coreana inmigrante en Corea, sin embargo a través del modo en que Kang encara el film, logra dotar de empoderamiento a estas mujeres sin la necesaria sino que lo vamos descubriendo a intervención de datos que nos indiquen quién es cada una, medida que transcurre el film, con cada conversación que se va dando entre ellas, lo que pone en valor esta igualdad de las mujeres ante las posibilidades de decidir por sus propios caminos para sus vidas, lo que supone una narrativa alternativa a la usualmente adoptada en documentales de cabida más patriarcal.
En ambos casos, estos films fueron dirigidos por hijos de coreanos o coreanos de la primera generación, quienes llegaron siendo muy jóvenes a este país y donde está presente esta búsqueda de la identidad, la desidia de mantener las tradiciones culturales de la familia, de la propia comunidad pero al mismo tiempo abrirse a la cultura del país que los vio nacer, crecer y que los fue formando. Un acercamiento íntimo a dos familias y específicamente a las mujeres coreanas que forman parte de ellas, quienes imprimen una esencia muy fuerte en sus hijos, en sus nietos, mismos quienes enfatizan sus figuras a través de estas obras que tan perfectamente nutren de sensibilidad y reflexiones a sus espectadores.
kimhyelin211@korea.kr
* Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.