Anne Sophie Schroeder (izda.), de Alemania, y Sarah Shalaby, de Francia, dos voluntarias del Festival de Cultura Real de primavera de este año, posan para una foto el 10 de mayo con el palacio de Gyeongbokgung al fondo, en el distrito Jongno-gu de Seúl. | Jeon Han
Por Lee Kyoung Mi
Los cinco palacios reales de Seúl, Gyeongbokgung, Changdeokgung, Deoksugung, Changgyeonggung y Gyeonghuigung, son un oasis de paz en la bulliciosa capital que siempre ofrecen serenidad a los visitantes sin importar la época del año.
Sin embargo, dos europeas están más fascinadas por estas estructuras que la mayoría: Anne Sophie Schroeder, de Alemania, y Sarah Shalaby, de Francia. Ambas trabajaron como "goong-ee doong-ee", o "personas estrechamente relacionadas con el palacio", en la edición de primavera de este año del Festival de la Cultura Real de Corea, celebrado del 27 de abril al 5 de mayo, organizado en los palacios por la Agencia del Patrimonio Cultural de Corea.
"Goong-ee doong-ee" es el apodo de los voluntarios que ayudan a los visitantes en todas las sedes del festival. Schroeder colaboró con los programas de
norigae (borla tradicional) y Shalaby con los juegos tradicionales, ambos en el palacio Changgyeonggung.
En una entrevista con Korea.net, el 10 de mayo, en Seú, las dos europeas relataron en un coreano fluido sus actividades de voluntariado en los palacios y su amor por estos lugares.
La voluntaria Anne Sophie Schroeder (izda.), de Alemania, explica a los visitantes de la edición de primavera del Festival de Cultura Real de Corea cómo hacer norigae (borla tradicional). Schroeder comentó que el palacio durante el festival parecía un viaje en el tiempo, ya que mucha gente vestía trajes tradicionales y se podían ver actuaciones tradicionales. | Anne Sophie Schroeder
Hasta hace poco, Corea era el país de Asia Oriental que Schroeder menos conocía. Llegó a Corea por primera vez hace dos años sin expectativas, buscando un lugar desconocido, y acabó enamorándose del país.
Dijo que la impresionó especialmente Gyeongbokgung, e incluso preguntó a un redactor de Korea.net si le sorprendía la sensación de tranquilidad que le producía un palacio en medio de una ciudad bulliciosa llena de gente y coches. Añadió que se interesó por los palacios coreanos y así se enteró del festival.
Hasta hace dos años, Schroeder solo sabía decir frases básicas en coreano como "Quedé con unos amigos el fin de semana pasado". Pero disfrutó mucho del festival gracias a los voluntarios que amablemente se acercaron a ella y le ofrecieron explicaciones en inglés.
"Decidí ser voluntaria del festival después de dominar el coreano", añadió.
La voluntaria Sarah Shalaby, de Francia, explica el 1 de mayo a un niño cómo se juega a un juego tradicional en la sala Gyeongchunjeon del palacio Changgyeonggung, durante la edición de primavera del Festival de la Cultura Real de este año. Shalaby dijo que los lugares históricos de Corea están a fácil acceso, por lo que conocer a fondo la historia y la cultura del país es realmente atractivo. | Lee Kyoung Mi
Aficionada a la historia, Shalaby dijo que sintió que se enamoraba cuando vio el drama histórico coreano "Deep Rooted Tree". A pesar de haber tenido una oportunidad de conseguir un trabajo seguro en Francia, decidió venir a Corea convencida de que seguir su corazón era más importante que buscar una vida cómoda.
Antes de que la redactora pudiera terminar de decir que rechazar semejante oferta de trabajo debió de ser difícil, Shalaby interrumpió para decir: "¡Fue demasiado fácil!".
"Me gustaba mucho Corea y quería aprender rápidamente coreano y más sobre la cultura y la historia coreanas".
Para ambas voluntarias, los palacios coreanos no son simples atracciones turísticas, sino lugares que guardan recuerdos valiosos.
La edición de primavera del Festival de la Cultura Real de este año fue una gran oportunidad para que Shalaby mostrara a su hermana pequeña, que voló desde Francia, lo mucho que le gustaban los palacios. Como voluntaria, Shalaby añadió los buenos momentos con su hermana a sus recuerdos del festival.
En su trabajo, inspeccionaba a diario cada rincón del palacio Changgyeonggung y conoció los mejores lugares del palacio para estar a solas. "Recuerdo todos los momentos que pasé con los otros voluntarios y toda mi comunicación con los visitantes", dijo.
Schroeder y Shalaby dijeron que estaban un poco decepcionadas por el hecho de que el palacio Changgyeonggung atrajera menos visitantes que el más grande y famoso Gyeongbokgung. Añadieron que esperan retomar sus roles en la edición de otoño del festival y disfrutar de los palacios con más visitantes.
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