Cocina y viajes

20.05.2025

Por Charles Audouin
Fotografías: Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo


En el amanecer del 3 de mayo en el templo Baekyangsa, ubicado en el condado de Jangseong-gun, en la provincia de Jeollanam-do, los paraguas alineados junto al muro del pabellón principal, Daewoongjeon, comenzaron a abrirse uno a uno. Ese día lloviznaba suavemente incluso antes del oficio matutino, justo cuando un grupo de quince corresponsales extranjeros visitaba el templo.

El grupo llegó tras recorrer 300 kilómetros desde Seúl la noche anterior. Faroles multicolores colgaban en el patio del templo y bajo los aleros de los pabellones, con motivo del 2.569º aniversario del nacimiento de Buda.

Una experiencia espiritual que sosiega la mente: el Templestay


A través del programa Templestay, los visitantes pueden pasar una noche en el templo Baekyangsa. Este programa fue creado en 2002, en el marco de la Copa Mundial de la FIFA Corea-Japón, como una colaboración entre el Gobierno coreano y la Orden Jogye del budismo coreano. Su objetivo era, por un lado, resolver la escasez de alojamientos y, por otro, dar a conocer la cultura tradicional coreana a los turistas extranjeros.

Desde entonces, ha tenido una acogida muy positiva: más de seis millones de personas han participado en las dos últimas décadas, de las cuales el 11 por ciento eran extranjeras.

El templo Baekyangsa está ubicado al sur del monte Naejangsan, famoso por su follaje otoñal. Fue fundado en el siglo VII durante la era del reino de Baekje, cuando el budismo se expandía por la península coreana.

El templo Baekyangsa está ubicado al sur del monte Naejangsan, famoso por su follaje otoñal. Fue fundado en el siglo VII durante la era del reino de Baekje, cuando el budismo se expandía por la península coreana.



Baekyangsa se encuentra en la zona sur del monte Naejangsan, famoso por su follaje otoñal. Fundado en el siglo VII durante el reino de Baekje, el templo representa uno de los lugares por donde se extendió el budismo en la península coreana.

Al entrar, se oye el murmullo claro del arroyo que corre por el valle, y los acantilados colosales que rodean el recinto crean una barrera natural que aísla del ruido urbano.

Según la filosofía geográfica tradicional coreana, las cadenas montañosas están conectadas de la misma forma que los sistemas fluviales. Baekyangsa se sitúa en el extremo sur de la cordillera Baekdudaegan, que conecta el monte Baekdu en el norte con el monte Jiri en el sur, y simboliza la unidad del territorio coreano.

"Este es el lugar donde confluyen todas las energías de la tierra coreana", explicó el abad Mugong. "Por eso, desde la antigüedad, la región de Jangseong ha dado lugar a tantas figuras ilustres y eruditos".

Los monjes y los periodistas visitantes participaron en el rezo matutino del 3 de mayo en el Daewoongjeon, el edificio principal del templo decorado con dancheong, un estilo tradicional de pintura arquitectónica coreana.

Los monjes y los periodistas visitantes participaron en el rezo matutino del 3 de mayo en el Daewoongjeon, el edificio principal del templo decorado con dancheong, un estilo tradicional de pintura arquitectónica coreana.



Rutina matutina monástica: oración, meditación y comida

A las 4:20 a.m., los monjes se sentaron ante una estatua dorada de Buda y comenzaron el rezo matutino acompañado del sonido del moktak, un instrumento de percusión tradicional de madera. Se arrodillaban, unían las palmas, inclinaban el cuerpo y tocaban el suelo con la frente y las manos. Los periodistas los imitaron cuidadosamente.

Tras la ceremonia vino la meditación. En un silencio profundo, todos parecían estar en otro mundo. La serenidad se reflejaba en sus rostros.

A las 6:00 a.m., se sirvió el desayuno. Nada de leche, pan o cereales. En su lugar, arroz, sopa de algas y acompañamientos vegetales bien dispuestos. Había una regla esencial: no dejar comida. Cada comensal debía lavar sus platos con agua después de vaciarlos. Comer también es una forma de práctica espiritual.

En el sentido de las agujas del reloj: pepino y brotes de bambú sazonados, hongos shiitake con ñame, kombucha del templo Baekyangsa y doenjang jjigae (spoa de pasta de soja)

En el sentido de las agujas del reloj: pepino y brotes de bambú sazonados, hongos shiitake con ñame, kombucha del templo Baekyangsa y doenjang jjigae (spoa de pasta de soja)



Mesa y enseñanzas con la monja Jeonggwan

A las 10:00 a.m., los periodistas se encontraron con la monja Jeonggwan, conocida por su aparición en el documental de Netflix "Chef’s Table" en 2017. Desde entonces, chefs de todo el mundo han visitado Baekyangsa para aprender sobre su cocina monástica.

En el aula de cocina de Cheonjinam, se prepararon ingredientes como kimchi, salsas fermentadas (soja, pasta de soja, pasta picante), brotes de bambú, pepino, setas, hierbas silvestres y frambuesas negras. Todo proveniente del propio templo, sin pesticidas ni condimentos de olor fuerte como ajo o cebolla.

"Para cocinar, primero hay que conocer los ingredientes: de dónde vienen, cuánta cantidad se necesita, si deben hervirse o cocerse al vapor", explicó la monja e mientras cortaba una calabaza con una cuchara.

La monja Jeonggwan, vestida con su hábito tradicional, habla antes de recitar el Ogwangye, una oración previa a la comida.

La monja Jeonggwan, vestida con su hábito tradicional, habla antes de recitar el Ogwangye, una oración previa a la comida.



Luego, todos se sentaron a compartir el almuerzo. Cada bocado era profundo y limpio. Las verduras conservaban un aroma tan distintivo que podrían reconocerse con los ojos cerrados. El doenjang jjigae (guiso de pasta de soja) combinaba perfectamente el picante del chile con la ligereza del caldo.

Antes de partir, los visitantes compartieron una taza de té verde con los monjes. "Una alimentación inadecuada puede enfermarte. La comida es vida y compañera. Se puede vivir sin esposo o hijos, pero no sin comida", dijo Jeonggwan.

Cómo llegar y reservar

Para visitar Baekyangsa, lo más conveniente es ir en vehículo particular. Desde la autopista Honam, se debe salir por la salida Naejangsan o Baekyangsa y conducir de 15 a 20 minutos hacia el lago Jangseongho por la Ruta Nacional 1.

En tren, se puede bajar en la estación Baekyangsa (línea Honam del tren Mugunghwa) o en la Estación Jangseong (KTX). En autobús, se llega a la terminal de autobuses de Jangseong y desde allí tomar un taxi (unos 20.000 a 30.000 wones) o un bus interurbano.

Las reservas para el programa Templestay se pueden hacer en el sitio web: www.templestay.com

caudouin@korea.kr