Por la reportera honoraria de Korea.net, Anabel Martín Gutiérrez de España
13 de julio de 2020 | iStock Photo
Las esculturas japsang en los tejados del palacio Gyeongbokgung
Si alguna vez has visitado algún palacio en Corea o has visto fotografías, te habrás fijado en que son construcciones con infinidad de detalles arquitectónicos, tanto por el diseño de su estructura como por los llamativos colores con los que están decorados; pero, ¿alguna vez te has fijado en sus tejados? Si levantas la vista y observas con atención, podrás distinguir unas pequeñas esculturas de diferentes formas alineadas en el borde del alero. Estas figuras son conocidas comojapsang (잡상).
Las esculturas están representadas por diferentes figuras humanas y de animales. Aunque los orígenes difieren, cada una de estas figuras tiene su propio nombre. Algunas de ellas llevan el nombre de los personajes de una de las grandes obras clásicas chinas ‘Viaje al Oeste’; donde el protagonista, el monje Xuanzang (대당사부, Daedangsabu) hace amistad con tres inmortales, un mono llamado Sun Wukong (손행자, Sonhaengja), un duendecillo de agua llamado Sha Seng (사화상, Sahwasang), y un cerdo llamado Zhu Bajie (저팔계, Jeopalgye). Todos ellos viajan a la India con el fin de recuperar los sutras sagrados y juntos enfrentan dificultades a lo largo del camino. Se cree que decidieron nombrar así a las figuras porque esperaban que fueran valientes y fuertes como los personajes de la historia.
El resto de esculturas son conocidas como: 삼살보살 (Samsalbosal), 이귀박(Igwibak), 마화상(Mahwasang), 이구룡 (Iguryong), 천산갑 (Cheonsangap) y 나토두 (Natodu). Ilustraciones de estas figuras pueden encontrarse en el libro Sangwa-do publicado en 1920, que se encuentra en la Academia de Estudios Coreanos.
Durante la puesta de sol pueden apreciarse sus pequeñas siluetas en el horizonte
Durante la dinastía Joseon (1392 - 1910), comenzaron a colocarse japsang en edificios de clase alta como palacios, siempre en un número impar. Existe la creencia de que, durante ese tiempo, el mayor temor del pueblo coreano era el fuego, ya que la mayoría de los edificios estaban hechos de madera. Así, estas figuras se usaron no sólo como elementos decorativos para mostrar la dignidad y la grandeza de un edificio, sino también como símbolos chamánicos para ahuyentar las desgracias y a los espíritus malignos. De esta manera, estas pequeñas figuras se convirtieron en los guardianes de los imponentes palacios, vigilando desde las alturas.
Como dato curioso, no sólo pueden encontrarse en construcciones antiguas. También podemos verlas decorando los tejados de la Casa Azul (Cheong Wa Dae), la actual residencia del presidente de Corea del Sur.
Mito o realidad, las esculturas japsang forman parte tanto de la cultura como de la historia arquitectónica de Corea. Durante la puesta de sol pueden apreciarse sus pequeñas siluetas en el horizonte. Allí están, impasibles al paso de los años, vigilantes y guardianes del pasado y del presente.
eliasmolina@korea.kr
*Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.