Por la reportera honoraria de Korea.net, Araceli González de Argentina
Fotografías: Alianza Editorial
9 de agosto de 2021
Hwang Sok-yong es el nombre de uno de los autores reconocidos que elevan el valor de la literatura coreana actual en el mundo. Aunque ha escrito ya numerosas novelas y relatos cortos, lo cierto es que es un nombre aún novedoso para Occidente y, por ello, en este artículo, te presentamos dos de sus cuentos que, hasta el momento, han sido traducidos al español. "Bari, la princesa abandonada" y "Shim Chong, la niña vendida" son las novelas de este autor que recuperan los relatos tradicionales pero con una vuelta interesante, ya que abordan problemáticas sociales y momentos y mitos históricos que han dejado huella en la nación coreana.
Bari, la princesa abandonada
Si te interesa la historia coreana o eres un fiel admirador de las series de Corea, lo más probable es que, en algún momento, te hayas topado con alguna producción que abordara el chamanismo coreano de alguna manera o presentara personajes vinculados a esta religión.
Para presentar a la protagonista del cuento de Hwang también tenemos que hacer mención a ello, ya que “Bari, la princesa abandonada” es una novela que está inspirada en Barigongju, quien es conocida como una de las principales deidades femeninas presentes en el chamanismo coreano. Su historia es recitada como parte de los rituales que se realizan en esta religión originaria en Corea para apaciguar a los espíritus de los muertos, guiarlos al submundo y eliminar todo rencor que pudiera haber guardado esa persona antes de partir de este mundo.
Este mito, a pesar de tener numerosas variantes dependiendo de la zona en la que es relatada, donde se resaltan diversos aspectos de la historia con determinados fines, existe por encima de todas ellas y es una versión que es la que ha sido traducida a otros idiomas.
Se presenta, en un primer momento, una pareja a punto de contraer matrimonio, cuyos nombres son Jusanggeummama y Jungjeonbuin. Cuando ambos acuden en la búsqueda de un consejo al palacio Cheonghagung, un Dajibaksa les advierte que no deberían apresurarse con los preparativos de su boda.
La pareja procede con la unión matrimonial haciendo caso omiso al consejo y por ello, la mujer solo es capaz de concebir hijas. Tienen seis hijas ya cuando se enteran de un séptimo embarazo y esperan finalmente recibir a un niño en la familia, pero una séptima mujer nace y es abandonada. Esta niña es llamada Barigongju, que significa “princesa abandonada”, quien es finalmente criada por sus abuelos.
Al crecer, sus padres enferman y son informados de que la única manera de poder salvarse es obteniendo la pócima llamada yaksu y las flores que se encuentran en un solo lugar, en el que se encuentra el inframundo donde vive Mujangseung, quien guarda la pócima. Además, también les dicen que la cura debe ser obtenida por una de sus hijas, pero aquellas seis que viven en el palacio rehúsan ir en su búsqueda.
A diferencia de sus hermanas, Bari se ofreció a obtener la cura para salvar a sus padres y parte al inframundo. El mito relata su travesía en este viaje en el cual se embarca, y como es que termina contrayendo matrimonio con Mujangseung, teniendo dos hijos con él como parte de su objetivo final. Finalmente, transcurrido cierto tiempo comparte su necesidad de volver con sus padres y de entregar aquello, por lo que llegó hasta el inframundo y es permitido, emprendiendo el camino de regreso junto a su familia.
La princesa Bari se da prisa para dar las flores y yaksu a sus padres y logra salvarlos de su destino mortuorio. Cabe destacar que el final varía en función del relato que sea retomado. Otro final nos muestra que, a pesar de que sus padres han muerto, ella, de igual manera, cumple con la promesa de entregarles la cura y es por este logro que recibió un título sagrado por el rey debido a la devoción filial que ha demostrado valientemente.
De esta manera, sus hijos son asignados para servir como la deidad de las siete estrellas. Mujangseung era la deidad guardiana del rey del inframundo y la princesa Bari se convirtió en la deidad de la posesión, venerada por los chamanes en sus ceremonias religiosas.
¿Qué relación tiene este mito con la novela de Hwang Sok-yong?
En la imagen se ve la portada de la edición en español del libro "Bari, la princesa abandonada" de Hwanh Sok-yong en el que el autor trae a colación la historia del nombramiento de la protagonista Bari y agrega características particulares que la vuelven aún más rica.
Hwang Sok-yong trae a colación en su obra “Bari, la princesa abandonada” la historia del nombramiento de la protagonista con este nombre compartiendo el rechazo generado en su familia debido al hecho de que haya nacido mujer como el resto de sus hermanas y no varón. Por lo que también queda al cuidado de su abuela y es el punto que se retoma directamente de la historia. Sin embargo, este autor logra también agregar características particulares a su propia historia que la vuelven aún más rica.
Como Hwang Sok-yong ha sido y es un autor comprometido con su país, es interesante reponer que, en esta reproducción del clásico mito, también incluye los temas sociales que tuvieron que atravesar miles de compatriotas a lo largo de la historia: migrar a nuevas tierras, empezar de cero en contextos hostiles ya sea por voluntad propia o por fuerzas externas que escapan a la decisión de los propios sujetos. Esto nos rememora un poco a las grandes oleadas de migrantes coreanos que dejaron sus tierras posterior a la Guerra de Corea o en la Segunda Guerra Mundial en busca de un mejor porvenir.
Otro elemento muy rico tiene que ver con dotar a su protagonista de una capacidad sobrenatural que le permite tener una especie de contacto con el más allá, lo que es una tradición muy presente en el chamanismo coreano que resalta la figura de las mujeres como chamanes con capacidad de conectar con otros planos y de ofrecer ayuda tanto a vivos como a los muertos a través de sus diferentes ceremonias.
Shim Chong, la niña vendida
En esta otra gran obra, Hwang Sok-yong es capaz de combinar el clásico mito de Shim Chong, la hija de un hombre ciego que nos refleja claramente la importancia que radica en la piedad filial con un contexto muy presente en el confucianismo que lo dota a este clásico con aún más dureza.
En este mito se nos presenta en una primer instancia a un ciego llamado Shim Hak-kyu que pertenece a yangban (양반), la clase noble durante la dinastía Joseon. A pesar de haber ansiado tener hijos junto a su esposa llamada Kwakssi no lo habían logrado aún. Sin embargo, con el correr de los años y de una oración constante con la esperanza depositada en ser capaces de convertirse en los padres, son bendecidos finalmente con el nacimiento de una hermosa hija, Shim Chong.
Dada esta circunstancia su madre muere como consecuencia del parto y, de este modo, la pequeña niña se cría junto a su padre ciego y lo ayuda mientras juntos recorren el pueblo pidiendo limosnas. Un día, el anciano Shim salió sin su hija a pedir limosna pero tropezó y terminó cayendo al agua. Mientras se lamentaba por la desdicha de su invalidez, el relato señala que un monje le ofreció su ayuda a cambio de trescientos sacos de arroz para su templo como tributo al Buda. De este modo junto a otros monjes del templo rezarían cada día para devolverle la vista.
Como él lo había ayudado sacándolo también del agua, el señor Shim aceptó a pesar de no ser capaz de conseguir tal cantidad y cuando regresó a casa esa misma noche, le contó a Shim Chong la oferta y su aflicción al ser incapaz de poder pagar aquello. La joven esa noche sueña con su madre y le indica el modo de poder resolver aquello yendo al puerto y encontrándose con un mercader que se hallaba en la búsqueda de una joven doncella.
Desde aquí el mito narra que el Rey Dragón del Mar del Este estaba disgustado y por ello producía tormentas que terminaban hundiendo barcos en su camino a China. Para apaciguarlo, los mercaderes necesitaban sacrificar a una hermosa doncella y fueron incapaces de hallar a una hasta que Shim Chong llegó a ellos. A cambio, la joven pidió que le fuera entregado a su padre los trescientos sacos de arroz y así sucedió. a pesar de que su hija fue sacrificada, se pagó la ofrenda y las oraciones fueron realizadas. Aún así, él no recuperó su vista.
Shim Chong no murió, sino que habitó en el palacio submarino del Rey Dragón, sin embargo, con el correr de los años, anhelaba volver a ver a su querido padre y al verla tan triste, el Rey accedió a devolverla al mundo de la superficie al verse conmovido por la devoción de esta hija. Fue así entonces como Shim Chong regresó en forma de una gigantesca flor de loto blanca en la desembocadura de un río. La flor fue encontrada por unos pescadores y se la ofrecieron a su rey, quien recientemente había enviudado, ya que aquella flor era tan hermosa.
De esta forma Shim Chong contrajo matrimonio con el Rey, pero, de nuevo, ella sintió tristeza con el pasar del tiempo y su rey, por pedido de esta para mejorar su estado de ánimo, le concedió la realización de un gran banquete público al que todos los ciegos del reino debían ser invitados. Durante el último día, ella finalmente logra dar con su padre ciego para sorpresa propia y de su padre, quien la creía muerta. Su padre, a pesar de su situación, abrió los ojos de par en par y cuando lo hizo descubrió que de repente podía ver y ante él estaba su hija.
La protagonista Shim Chong en la novela de Hwang Sok-yong no sólo comparte el mismo nombre con aquella mítica protagonista sino también toma un contexto cruento del siglo XIX de Corea y relata cómo ella, siendo una niña, es vendida al comercio de niños. En la imagen se ve la portada de la edición en español de "Shim Chong, la niña vendida" publicada por Alianza Editorial.
La protagonista Shim Chong que conocemos en la novela de Hwang Sok-yong, al igual que el caso anterior, no sólo comparte el mismo nombre con aquella mítica protagonista, sino que, además, toma un contexto muy cruento del siglo XIX de Corea y relata cómo ella, siendo una niña, es vendida al comercio de niños. Allí es nombrada como Lenhwa, que significa “flor de loto”, otro guiño que el autor propone en relación al mito.
Como podemos ver, Hwang Sok-yong recupera de manera fenomenal dos mitos tradicionales de la cultura coreana ligada al chamanismo y a la piedad filial muy vinculada al confucianismo. No obstante, al mismo tiempo, los dotan de un realismo moderno, inspirado en las duras vivencias que atravesaron en determinados momentos de la historia a su país así como en el resto del mundo.
Si bien estas son dos obras que tienen este vínculo con la tradición oral coreana, toda su literatura es atravesada por una impronta de sensibilidad y compromiso social que le han valido en más de una oportunidad de lograr los premios literarios y las nominaciones a otros de gran reconocimiento, erigiéndose así como un escritor prometedor.
¿Conocías alguno de estos mitos? ¿Has tenido oportunidad de leer primero estos libros y conocer los mitos detrás de su inspiración por primera vez? Sea cual sea el caso, lo concreto es que reconocemos esa intertextualidad que nace del juego hecho por Hwang Sok-yong al retomarlos, poner en valor los mitos tradicionales y darlos a conocer al mundo a través de las novelas que ha escrito tomando a estas protagonistas femeninas para demostrar fortaleza a través de cada una de ellas, sacándolas de una posición en la que son vistas muchas veces como sujetos de sacrificio y convirtiendo a cada una en sus propias heroínas ante las adversidades a las que se enfrentan.
kimhyelin211@korea.kr
* Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.