Desde el año 2018 ha sido conmemorado el Día Internacional de Conmemoración de las Mujeres de Consuelo el 14 de agosto de cada año por el Gobierno surcoreano. La foto muestra las estatuas erigidas para honrar la memoria de las víctimas de la esclavitud sexual instaladas en el monte Namsan, ubicado en el distrito de Yongsan-gu en Seúl. | Korea.net DB
Por la reportera honoraria de Korea.net, Mariana de Obeso Fernández del Valle de México
9 de agosto de 2021
El 14 de agosto de 1991, Kim Hak-soon, una activista coreana de derechos humanos que luchó en contra de la esclavitud sexual y los crímenes de guerra, testificó por primera vez sobre su experiencia como mujer de consuelo. Gracias a su valentía cientos de mujeres tuvieron el coraje de alzar la voz y contar su propia historia, de recuperar algo de todo lo que les habían quitado décadas atrás.
Desde ese día, el 14 de agosto se conmemora a las más de 200 mil mujeres que fueron llevadas a la fuerza a territorios desconocidos, alejados de sus familias y hogar y despojadas de sus derechos, sus infancias, su dignidad y sus vidas. Las Mujeres de Consuelo, también conocidas como mujeres de solaz o mujeres de confort, en su mayoría menores de edad, fueron esclavas sexuales del Imperio Japonés. Las estaciones de consuelo, los lugares a donde eran llevadas, y todas estas mujeres que formaron parte de este sistema de manera forzada, son un ejemplo más de la política de exterminio y deslegitimación que llevó el Imperio Japonés en la península coreana durante su ocupación (1910-1945).
Desafortunadamente, según estimaciones del Tribunal Internacional de los Derechos de las Mujeres de las Naciones Unidas, la mayoría de ellas no sobrevivieron la guerra ni al Imperio Japonés. Muchas murieron por desnutrición, por enfermedades de transmisión sexual o por la brutalidad de los soldados. Y otras fueron fusiladas para que no pudiera testificar en contra del imperio cuando llegaron las tropas aliadas. En conmemoración de todas estas mujeres, niñas y adolescentes, presento la historia de dos mujeres, quienes sobrevivieron y alzaron la voz por quienes ya no pudieron hacerlo.
Kim Hak-soon (1924-1997)
En la foto se ve la estatua de Kim Hak-soon, quien fue la primera mujer coreana en dar un testimonio sobre su vida como mujer de consuelo el 14 de agosto de 1991. Durante sus últimos años de vida, se dedicó al activismo y a pedir una disculpa por parte del Gobierno japonés así como el reconocimiento de los hechos en los libros de historia. | Korea.net DB
Kim Hak-soon, nació en ciudad de Jilin en 1924. Sus padres coreanos huyeron a China por la represión japonesa. Su padre era parte del movimiento independentista de la península. Regresó a Piongyang tras la muerte de su padre. A los 14 años su madre volvió a casarse y Kim Hak-soon, tras una serie de descontentos, fue enviada con una familia adoptiva que entrenaba a las kisaengs, mujeres artistas de Corea dedicadas al entretenimiento. Luego, su padre adoptivo la llevó a China a los 17 años en donde sería raptada por el ejército japonés y después sería forzada a ser una mujer de consuelo para el ejército imperial, en donde recibiría el nombre de “Aiko”. Logró escapar de la estación después de cuatro meses. Más tarde fue víctima de un matrimonio forzado y abusivo, y Kim Hak-soon tuvo que enfrentarse a una vida de humillación y desconcierto.
Fue la primera mujer coreana en dar un testimonio sobre su vida como mujer de consuelo. El movimiento feminista en Corea a finales del siglo XX la inspiró a contar su historia después de 40 años de silencio. El 6 de diciembre de 1991, cuatro meses después de su testimonio del 14 de agosto de 1991, presentó una demanda en el Tribunal de Distrito de Tokio exigiendo las disculpas del gobierno japonés. Durante sus últimos años de vida, se dedicó al activismo y a pedir una disculpa por parte del Gobierno japonés así como el reconocimiento de los hechos en los libros de historia. Murió a los 73 años en diciembre de 1997, sin recibir una disculpa.
Kim Bok-dong (1926-2019)
Kim Bok-dong, una mujer que luchó de manera pacífica hasta su último aliento por los derechos de las mujeres de consuelo, en la entrevista realizada en octubre del 2018 por el canal Asian Boss, narró que fue llevada a una estación de consuelo cuando tenía 14 años con la promesa de trabajar en una fábrica y no pudo regresar a Corea durante 8 años. | Captura de pantalla del canal Asian Boss en YouTube
Kim Bok-dong es una mujer que luchó de manera pacífica hasta su último aliento por los derechos de las mujeres. Según una entrevista con el canal Asian Boss en octubre del 2018, ella fue llevada a una estación de consuelo cuando tenía 14 años con la promesa de trabajar en una fábrica y no pudo regresar a su amada Corea hasta 1947 ya con 22 años. Mientras tanto fue llevada a China, Hong Kong, Malasia, Indonesia y Singapur.
No fue capaz de hablar de esos 8 años de su vida hasta 1992. Sin embargo, después de este año dedicaría los siguientes años de su vida a tratar de obtener una disculpa por parte del Gobierno japonés. A lo largo de su activismo, Kim Bok-dong fue condecorada con premios internacionales por su inagotable lucha por alcanzar la reparación del daño y por los derechos de las niñas y mujeres en contexto de conflictos.
Asimismo, ayudó a muchos niños a continuar con sus estudios. Como afirma en la entrevista, la educación fue la oportunidad que a ella le quitaron, y quería que alguien más la tuviera en su lugar. En el 2012 estableció en conjunto con el Consejo Coreano para la Justicia y el Recuerdo sobre las Cuestiones de la Esclavitud Sexual Militar de Japón, el Fondo Mariposa, el cual busca apoyar a las víctimas de violencia sexual en contextos de conflicto y además, a las mujeres de solaz que aún sigan con vida.
La voz de Kim Bok-dong representa la fuerza que todas las mujeres tenemos dentro, la determinación por no darnos por vencidas, la sororidad y la resiliencia dentro de cada una de nosotras. Dicho de otra manera, representa que no importa cuanto te puedan lastimar, nunca podrán quitarnos nuestras alas. Kim Bok-dong fue cada semana a la Manifestación de los miércoles, manifestaciones pacíficas realizadas cada miércoles frente a la embajada japonesa en Seúl. Murió de cáncer en el 2019, sin recibir ninguna disculpa formal por parte del Gobierno japonés, lo que era su sueño de toda la vida. Sin embargo, su testimonio, su liderazgo y su fortaleza fueron tan grande que cientos de personas siguen asistiendo a las manifestaciones por ella, demandando la restitución que no pudo ver en vida.
La historia y testimonios de estas dos mujeres son unos de los cientos que se tienen hasta la actualidad, sin embargo, muy pocas de estas mujeres siguen con vida. En marzo del 2020, únicamente vivían 14 de las sobrevivientes de los 239 testimonios conocidos desde que Kim Hak-soon habló por primera vez.
Después de 76 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, y las estaciones de consuelo, y 30 años después del testimonio de Kim Hak-soon, las recuerdo con un hueco en mi corazón y con la esperanza de que sus historias no se olviden, y por ningún motivo se repitan. Cada una de estas mujeres representa la fuerza del pueblo coreano, un pueblo libre e independiente. Y cada una de sus historias representan una historia de resistencia y resiliencia.
Sus historias llenas de tristeza y desesperanza, de abusos y violencia, nos llenan de coraje para hacer las cosas un poquito mejor y luchar, puesto que las voces de las víctimas quienes han sufrido injusticias nunca se apaguen y son un eco permanente en nuestras memorias y corazones. Nos acordamos de la importancia de alzar la voz para garantizar la no repetición de eventos tan brutales y vergonzosos además de tener accesos a procesos de justicia y de construcción de memoria histórica y la reparación del daño.
Estas mujeres son parte de la identidad coreana y de la construcción de la memoria de su pueblo. Un ejemplo de su lucha y resistencia son la Manifestación de los miércoles celebradas cada miércoles fuera de la embajada japonesa en Seúl. Desde el año 1992 las sobrevivientes, los familiares y las personas que se han unido a su lucha pacífica y se reúnen para pedir una disculpa del Gobierno japonés. En el 2011 se celebró la manifestación número 1000. Diez años después, estas manifestaciones se siguen llevando a cabo. Fuera de la embajada, se encuentra también una escultura de una niña sentada y a su lado una silla vacía, en honor a todas las mujeres y niñas que fueron llevadas contra su voluntad por el ejército japonés.
eliasmolina@korea.kr
* Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.