Por la reportera honoraria
Verónica Cabrera Guillén de
Costa Rica
El 21 y 22 de noviembre se realizó el Festival de cine coreano en el auditorio de la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica, en el marco del XVIII Congreso Internacional de la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África (ALADAA) titulado "Asia y África y sus desafíos contemporáneos en el mundo globalizado", que tenía como objetivo principal ahondar en la explicación de los desafíos que el siglo XXI ha deparado a las sociedades asiáticas y africanas, así como en sus diásporas.
Hoy en día, la ALADAA cuenta con un capítulo nacional en Costa Rica, entre otros varios países latinoamericanos. En ese contexto, el público costarricense tuvo la posibilidad de disfrutar de dos excelentes producciones cinematográficas surcoreanas: "Memorias de un asesino" (2003) del director Bong Joon-ho y "Área común de seguridad" (2000) de por Chan-Wook Park. En mi caso, tuve la oportunidad de asistir al festival para ver la proyección de la película "Área común de seguridad", por eso comparto su sinopsis y una apreciación de la misma.
La foto muestra una de las escenas claves de la película 'Área común de seguridad', en la que se observan soldados de las dos Coreas en la zona desmilitarizada. | Captura de pantalla de la película 'Área común de seguridad'
Contextualización histórica y geopolítica
"Área común de seguridad" es el tipo de película que puede llevar las emociones del espectador a flor de piel. Sin embargo, considero que es importante tener claros aspectos básicos de la historia y la geopolítica de la península coreana para así comprender mejor la trama que se presenta y experimentar intensamente lo que los personajes transmiten desde cada uno de sus papeles.
Para 1943, Corea aún se encontraba bajo la dominación japonesa. En ese mismo año, líderes de las potencias mundiales establecieron que, conscientes de la esclavitud del pueblo coreano, estaban determinadas a que, a su debido tiempo, su nación fuera libre e independiente. En ese momento, por regla general se consideraba que las colonias, incluida Corea, eran incapaces de autogobernarse. En ese sentido, la expresión "a su debido tiempo", se refería a que Corea sería libre e independiente luego de un periodo de tutela y administración conjunta entre los aliados. En una reunión posterior entre el presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt y el dictador soviético José Stalin, se acordó que la Unión Soviética (URSS) también tomaría parte en esa tutela conjunta sobre Corea.
Con la repentina muerte de Roosevelt en 1945, Harry S. Truman tomó su lugar con desconocimiento del acuerdo entre Roosevelt y Stalin. Aún más, Truman procuró lograr la rendición japonesa antes de la intervención de la URSS y, para conseguirlo, lanzó la bomba atómica en Hiroshima; como respuesta, Stalin inmediatamente le declaró la guerra a Japón y comenzó su avance hacia la península de Corea.
La rendición de Japón generó presión sobre las tropas estadounidenses que estaban más lejos de la península coreana que de las tropas soviéticas, las cuales avanzaban desde el norte. Sin importar cuán rápido se movió el Ejército de Estados Unidos por el sur, no logró evitar la ocupación soviética en la península de Corea. En respuesta, Estados Unidos decidió establecer el paralelo 38 como línea de demarcación militar a lo largo de la cual la península de Corea sería dividida y ocupada por el Ejército estadounidense en el sur y el Ejército de la URSS en el norte. Dicha división se mantiene hasta la actualidad entre Corea del Norte y Corea del Sur.
Esta serie de acontecimientos significó el establecimiento de un régimen separatista en Corea del Norte y su rápida transformación hacia el socialismo. Sin embargo, Corea del Sur aún no tenía claridad del camino a seguir; no fue sino hasta tres años después, en 1948, que se logró establecer un Gobierno constitucional que dio paso a la fundación de la República de Corea.
Las diferencias políticas e ideológicas y la incapacidad de designar un Gobierno unificado, elevó las tensiones e intensificó el conflicto armado entre quienes fueran, tiempo atrás, una sola nación. Fue hasta 1953 que se firmó el Acuerdo del Armisticio de Corea que puso un alto al fuego y designó una Zona Desmilitarizada a lo largo del paralelo 38. El acuerdo de cese al fuego, que se propuso como una solución provisional, no ha podido ser reemplazado por un acuerdo de paz; lo que significa que, técnicamente, las dos Coreas continúan en guerra y mantiene la reunificación como un desafío latente y de múltiples dimensiones.
"Área común de seguridad": dar un paso hacia la deshonra y abrir la puerta de la reunificación
Como su nombre lo indica, la película está ambientada en la zona de seguridad conjunta, un sector de la zona desmilitarizada mencionada anteriormente, en la que tanto norcoreanos como surcoreanos mantienen puestos de vigilancia. La trama inicia con la llegada de una oficial del Ejército suizo, considerado un país neutral entre esta discordia. A esta oficial se le delegó la responsabilidad de resolver un crimen en el que fueron hallados los cadáveres de dos oficiales norcoreanos.
Dado el contexto histórico y geopolítico que se expuso arriba, claramente un hecho como ese eleva al máximo las tensiones entre los países y puede hacer que explote nuevamente la guerra. Ante el hallazgo de los cadáveres, Corea del Norte acusa a Corea del Sur de un claro ataque, mientras que esta última alude a que los norcoreanos secuestraron a uno de sus oficiales, quien debió hacer lo necesario para escapar. Sin embargo, las declaraciones de los implicados y las circunstancias que rodean el caso presentan algunas inconsistencias, por ejemplo, se encontraron 16 balas en la escena del crimen, a pesar de que el arma del soldado surcoreano, quien era el sospechoso principal de los asesinatos, solamente podía cargar 15 balas. Los hechos son sencillos pero trágicos.
No voy a exponer la trama de la película más de lo necesario para no arruinar la intriga, pero algo que no puedo dejar pasar es el mensaje implícito de la obra. "Área común de seguridad" nos presenta el lado humano de los soldados; nos recuerda que antes que militares, son personas y que tras años de guerra latente y conflicto armado, es posible preservar la sensibilidad y la empatía hacia el otro, incluso siendo su enemigo.
Entre casualidades y eventos no planeados, una verdadera amistad surge entre cuatro soldados, dos norcoreanos y dos surcoreanos. El vínculo que crean es tan real como utópico; a manera de simbolismo, estos soldados cruzan varias veces el "puente de no retorno" o "puente sin retorno". Se le llamó así debido a que luego del armisticio se utilizó para intercambiar prisioneros, a los cuales se les dio la posibilidad de elegir de qué lado de la península coreana querían quedarse, con la condición de que una vez cruzado el puente, no podrían regresar al otro lado jamás; como si el director Park quisiera recordarnos que sí es posible volver atrás, no solo espacialmente, sino también en las decisiones que han marcado la historia de ambos países.
Los protagonistas son conscientes del riesgo al que se exponen al confraternizar con el "enemigo" y rápidamente comprenden que su amistad no es tan fuerte como su patriotismo, pues ninguno está dispuesto a cambiar de bando. ¿Mantenerse en la monotonía de sus puestos o cruzar el puente y encontrarse con sus colegas del bando contrario? ¿Ser firmes patriotas u olvidar, al menos por algunos instantes, la hostilidad de la guerra y creer en la posibilidad de una península coreana unificada? Cada vez, mientras no los descubrieran, pudo más la fraternidad. De ahí surge la que me pareció la frase más icónica de la película y la que probablemente mejor resume esta obra cinematográfica: "demos un paso hacia la deshonra y abramos la puerta de la reunificación, por primera vez en 50 años".
Los asistentes escuchan las intervenciones de los ponentes en el foro que se realizó previo a la proyección de la película 'Memorias de un asesino' (2003) del director Bong Joon-ho. | Cuenta oficial de la Embajada de la República de Corea en Costa Rica en Facebook
El festival de cine tuvo una buena asistencia durante los dos días en los que se proyectaron películas. Además, los asistentes pudieron degustar una muestra de postres coreanos compartidos por la Embajada de Corea.
shong9412@korea.kr
* Este artículo fue escrito por una reportera honoraria de Korea.net. Nuestro grupo de reporteros honorarios es de todo el mundo y trabaja para compartir su afección y entusiasmo hacia Corea.