Min Yongchi, un maestro de la música tradicional coreana que hace parte de la tercera generación de coreanos en Japón, posa para una foto durante la entrevista realizada por los periodistas de Korea.net y la Agencia de Noticias Yonhap. | Lee Jun Young
Mientras estaba en la universidad, ganó la medalla de oro en el 2º Concurso Mundial de Samulnori por tocar el janggu (tambor tradicional), y al año siguiente ganó el tercer lugar en un concurso organizado por el diario Dong-A Ilbo por tocar el daegeum (flauta de bambú). Debido a sus logros en varias competiciones, Min podría haber ingresado a un grupo de gugak después de haberse graduado de la universidad, pero decidió optar por un camino diferente.
Min eligió el camino como solista porque quería hacer nuevos intentos y componer nuevas obras. Actualmente difunde el shinhanak, un nuevo género de música coreana, que combina el gugak y el jazz.
Los periodistas de Korea.net y la Agencia de Noticias Yonhap, conocieron personalmente a Min, un maestro que a través de la fusión de los géneros musicales, trasmite las tradiciones de la música tradicional coreana, reflejando las tendencias de la época.
A continuación se presentan algunos de los acápites de la entrevista realizada el 1 de noviembre:
El 2 de diciembre de 2015, Min Yongchi (tercero desde la izquierda) se toma una fotografía después de la actuación 'Shinhanak X Trisonic'. | Min Yongchi
Mi padre, que no cumplió su sueño de convertirse en músico, crio a sus cuatro hijos para que se convirtieran en artistas. Entonces, como tercer hijo, crecí en un entorno en el que estaba naturalmente expuesto a la música sin ser consciente de ello. Nuestra casa, que de por sí era bien pequeña, estaba repleta de los parlantes que mi padre había coleccionado a lo largo de su vida. Mi hermana mayor se especializó en gayageum, mi hermano mayor se especializó en daegeum y mi hermana menor en danza coreana. Creo que si mi casa hubiera sido más grande, no habría crecido en un ambiente tan intercultural. Los que pertenecen a la diáspora coreana en Japón pertenecen a un grupo multicultural, lo que considero que es a la vez una posibilidad y una ventaja competitiva. Doy clases a estudiantes coreanos en la Universidad de Mujeres Ewha y la Universidad de Artes de Chugye. Si se da la oportunidad, me gustaría traer a Corea del Sur estudiantes que hacen parte de la diáspora, para poder capacitarlos como músicos coreanos híbridos que dominen ambas culturas.
- Shinhanak es una fusión entre el gugak y el jazz, ¿por qué incursionó en este tipo de música?
Aunque me gradué de la Escuela Secundaria Nacional de Gugak y del Departamento de Música Coreana de la Universidad Nacional de Seúl, también toqué la batería en una banda de música durante la escuela primaria y secundaria. Por eso, en mi cabeza tengo tanto la música occidental como la música tradicional coreana.
Podría haberme unido a un grupo de música tradicional coreana después de haberme graduado de la universidad, pero elegí trabajar por cuenta propia porque quería fusionar la música oriental y la occidental. La música tradicional coreana es tan adictiva como el rico cheonggukjang, pero su desventaja es que es demasiado lenta y difícil de entender para los principiantes.
Así que he intentado de varias maneras que la gente de la era moderna sienta más fácilmente el encanto del gugak. He colaborado con artistas pop como Psy, Shin Hae-chul, Lee Moon-sae, Kang San-ae, DJ DOC, Roo'ra y Panic, así como con músicos clásicos famosos como Chung Myung-whun (director), Jo Sumi (soprano) y Yang Bang Ean (compositor y pianista) para hacer presentaciones de esta fusión.
- ¿Alguna vez ha enfrentado alguna dificultad como descendiente coreano nacido en Japón mientras interpretaba música tradicional coreana?
He vivido la vida de una persona límite con dos identidades. Creo que los intercambios con otras músicas han sido más libres gracias a la identidad de los coreanos en Japón a quienes no les resulta difícil pertenecer plenamente ni a Corea ni a Japón. Un intento que a mí me parece natural les parece más nuevo y fresco a otros, por lo que parece ser bien recibido.
La foto muestra a Min Yongchi tocando el janggu (tambor tradicional), en New Plymouth, Nueva Zelanda, como parte del evento 'World of Music and Dance', que se llevó a cabo del 9 al 12 de marzo de 2012. | Min Yongchi
-¿Cómo ha reaccionado el público extranjero ante sus presentaciones?
En el extranjero, las actuaciones de gugak tienen más demanda que las de fusión. El público extranjero se entusiasma con la grandeza del gugak. Es capaz de sumergirse durante horas en las melodías del Jongmyo Jeryeak (música ritual ancestral real de la dinastía Joseon) o del sinawi (música tradicional de improvisación).
Nunca se aburren ni se cansan porque el gugak es algo auténtico que no podrá ser reemplazado por nada. Esta reacción es algo similar a la ovación que los extranjeros le dan al noh (danza dramática clásica japonesa). Es tan impactante que incluso las entradas para las funciones se agotan con meses de antelación.
Las respuestas a la danza o las artes escénicas en el extranjero son mucho más positivas que las de las canciones con letra. Esto se debe a la limitación que tienen las letras de una canción de transmitir un mensaje, inclusive si tienen subtítulos. También hay muchos casos en los que, a pesar de las ligeras diferencias que existen entre los estilos vocales, terminan siendo similares.
- ¿Cuál es la presentación que más recuerda?
Participé 13 veces en los campamentos de la herencia coreana para adoptados coreanos, que se llevaron a cabo entre 1996 y 2011 en Denver, Colorado, y toqué samulnori (música de percusión tradicional) en cada uno de ellos. Todavía recuerdo vívidamente a los niños que lloraban, me agarraban los pantalones y decían: "Por favor, méteme en una bolsa y llévame a Corea del Sur".
Como japonés que tocaba el gugak porque llevaba insertado en mi ADN la cultura coreana, aparentemente conmoví a los niños que crecían en una sociedad blanca, y esto es algo sobre lo que siempre parecen sentir curiosidad.
El gugak tiene el poder de infundir el orgullo por las raíces y la identidad coreanas. Cada vez que veo a niños entusiasmados escuchando nuestra música tradicional, siento que he tocado bien el gugak.
¿Hay algo que le gustaría solicitarle a los lectores?
Conozcan el mundo de las artes con una mente completamente abierta y eliminen sus prejuicios. Los artistas no compiten. Incluso si los géneros son diferentes, trabajamos juntos como uno para crear obras de calidad y enriquecer los corazones de las personas.
¿Cuáles son sus planes a futuro?
En diciembre actuaré en el "World-resonating Arirang" en Seúl, y en abril del próximo año, junto con el grupo creativo del Centro Nacional Gugak de Corea, haremos una presentación en la Sala Sinfónica en Osaka, Japón, para conmemorar el 25º aniversario del Centro Cultural Coreano (CCC) en dicha ciudad.
He probado varias cosas, como colaboraciones de fusión para promover la tradición, pero como ahora tengo más de 50 años, creo que es hora de promover lentamente la "tradición original". Por eso, el próximo año tengo planeado actuar con el maestro de samulnori Kim Duk-soo en el mes de octubre en Tokio, e interpretar el gugak con un noh japonés en cuatro ciudades (Fukuoka, Osaka y Tokio en Japón y Seúl) en noviembre.
Planeo tomar la iniciativa de revitalizar el mercado discográfico y de derechos de autor para ayudar a los músicos del género a hacer valer sus derechos de autoría, y lograr que las audiencias se enamoren y se estimulen con el encanto del gugak.
El 20 de abril de 2019, Min Yongchi (centro) toca el daegeum (flauta de bambú) en la actuación 'Manhangga' celebrada en el Teatro Nacional Noh del Consejo de las Artes de Japón, en el distrito Shibuya de Tokio, Japón. | Min Yongchi